¿Será 2025 el año en que multimillonarios, bandidos y ciegos gobiernen la Tierra?

Publié par Contra información sur 10 Février 2025, 09:48am

En una era de materialismo burdo, los materialistas más burdos están dispuestos a tomar el timón y dirigir el mundo según la visión que ven desde sus tronos dorados.

Se trata de un regreso a una era de reyes, zares y dictadores, ahora rediseñada para la era digital. Una era en la que una parte significativa de la población ya no puede activar sus neuronas, pero no parece oponerse a que se las vincule a algo "inteligente".

Mientras una subespecie adoctrinada de hombre inteligente se abre camino a través de una dieta tóxica de realidad virtual y parálisis por teléfonos inteligentes, el poder nacional y global está siendo robado por la riqueza y la astucia.

Y es en el marco de esta población programada y preocupada que los multimillonarios –y otros aspirantes a déspotas con talento para la política– tienen la base perfecta desde la cual ejercitar su poder financiero.

En esencia, compran el poder o lo adquieren por dinero. Sólo una minoría muy pequeña no acepta sus sobornos. Y para gran parte de la población, estos negocios ilícitos se han convertido en una forma de entretenimiento, en la que los espectadores se entregan a estos espectáculos políticos atroces.

Sin embargo, esto no significa necesariamente que esos líderes no puedan mostrar ocasionalmente algún tipo de celo reformista. Puede haber momentos de ese tipo. Un dictador "benigno" puede ser mejor que un demócrata cruel, pero es una quimera, sólo un pequeño endulzante de un trago que por lo demás es claramente amargo.

La megariqueza de estos individuos debe medirse en relación con los estados de pobreza extrema que existen en todos los países del mundo.

Es entonces cuando se ve cuán enfermiza se manifiesta realmente esta disparidad en nuestro planeta.

Se informa que Donald Trump ha elegido tres multimillonarios para ocupar sus diversos puestos gubernamentales. Encabezados por el multimillonario Elon Musk, por supuesto.

¿Comparten todos ellos el objetivo de “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”? Y, si es así, ¿de qué clase de grandeza se trata? ¿Fue Estados Unidos grande alguna vez?

Una parte importante del sueño americano siempre ha sido la propaganda de que “cualquiera puede lograrlo” y que “de la miseria a la riqueza”. De modo que el humilde barrendero puede llegar a ser millonario y luego multimillonario, con pura fuerza de voluntad y una obsesión por revertir su sensación de sufrimiento por el “síndrome del estatus inferior”.

Ese es prácticamente el final de la existencia humana según los protagonistas de 'El sueño'.

El dinero –y mucho dinero– es el punto central de la atención de quienes carecen de un sentido mayor a la vida que el de “tener” prácticamente todo lo que desean. Adquirir el estatus egoísta de “ser adinerado” es una parte importante de esto.

Tener es esencialmente lo opuesto a ser. Sustituye la aspiración espiritual por la obsesión material.

La imagen es de Dios como dueño supremo y controlador del mundo material y su gente.

Un camino al cielo hecho de dólares, en el que el cielo mismo solo se considera alcanzable si todos los deseos materiales se vuelven realizables con solo pulsar un dedo o un interruptor.

Así que el grupo de trece multimillonarios estadounidenses que trabajará con Trump y Musk para “hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande” probablemente compartirá exactamente el mismo amor por el poder y la misma determinación de hacer que el dinero crezca en los árboles.

No con el propósito de reequilibrar y distribuir dicha riqueza en favor de un mundo sano, justo y humanitario, sino como símbolo de la necesidad omnipresente del ego de ser completamente saciado.

Y, por supuesto, en particular el ego estadounidense, porque es estrictamente "Estados Unidos" el que debe volver a ser grande, ¿no es así?

El mundo debe volver a caer a los pies de "Estados Unidos". Porque sólo Estados Unidos puede conducirnos a la tierra prometida, donde crecen dólares celestiales y bien armados dondequiera que se posen los ojos.

La palabra "grande" se ha devaluado hasta el punto de que no tiene otro significado que el de hegemonía sin trabas, en la visión simplista del mundo global de Trump. Hay que hacer lo que sea necesario para mantener viva la ambición de riqueza y poder, y para que la gente siga siendo totalmente adicta a la realización del "sueño".

Los multimillonarios están formando un club exclusivo. Se necesitan unos a otros para mantener vivo el sueño, para reforzar el ideal de la ambición materialista en un momento en que su monopolio singular de la vida cotidiana finalmente está siendo cuestionado, en una escala que podría significar problemas para los reyes y reinas narcisistas de la codicia globalista.

Al fin y al cabo, trece multimillonarios trabajando juntos pueden comprar la "democracia" y transformarla en autocracia. Este es el sueño de todo político obsesionado con el ego. El oligarca Musk quiere hacerlo por su cuenta.

Una forma de gobierno que no permite ninguna alternativa a su mandato, al tiempo que da vía libre a las masas parlanchinas para que se desahoguen despotricando en la plataforma de redes sociales X de Musk. Una fórmula probada y especialmente eficaz en tiempos de inseguridad socioeconómica y ansiedad generalizada por lo que se avecina.

El Politburó de Rusia y el Consejo de Estado de la República Popular China funcionan con una fórmula similar, pero tienen un mecanismo para hacer parecer que el pueblo al menos ha tomado algún tipo de decisión.

El Consejo de la Unión Europea es también una versión apenas disfrazada de la misma escuela.

En realidad, es una expresión supranacional del Cuarto Reich.

El Gran Reinicio del Foro Económico Mundial de Klaus Schwab se creó para imponer globalmente la misma medicina paralizante, de modo que el lema “no poseerás nada y serás feliz” deja la propiedad de todo en manos de la cábala.

Una vez más vemos que la “posesión de todo” es el objetivo del dios miope del materialista espiritualmente en bancarrota y clínicamente loco.

Cuando el mundo no es suficiente, el Universo se convierte en el siguiente objetivo.

A ese paso, pronto no quedará nada para honrar a la Fuente Suprema que inició todo y de quien nosotros los humanos somos la verdadera progenie.

Para los locos, sólo la inteligencia artificial y los billetes de dólar tienen cualidades divinas.

Ésta es la condición delirante del megalómano; y por defecto, de aquellos que se aferran a una vida de mediocridad estéril como su salvación de tener que pensar, ser y hacer.

Todo esto tiene, por supuesto, una credibilidad racional de cero emisiones netas, pero es, no obstante, la realidad de la vida en la Tierra en 2025.

Mientras tanto, los ciudadanos del mundo políticamente comprometidos se enfrentan a un hecho consumado: la elección entre déspotas multimillonarios y déspotas no multimillonarios, tecnócratas y dictadores. Salvo unas pocas excepciones, la "democracia" ya había sucumbido a la influencia subyacente de estas fuerzas prácticamente desde su creación.

Sus defectos han sido explotados sin piedad, porque el gobierno "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo" nunca entusiasmó realmente al "pueblo" lo suficiente como para tomar colectivamente el control de sus destinos.

Incluso hoy en día, la mayoría prefiere pasar el poder de gobernar a otros, para así tener lo menos que ver con él.

¿Es de extrañar que hayamos acabado teniendo cada vez menos control sobre quién usurpa el trono político o qué hace cuando llega allí?

Una deriva prolongada hacia la pasividad y la indiferencia ha caracterizado a la raza humana como una especie que ha ido hacia atrás.

Afortunadamente, no todos. SÍ que hay resistencia a la agenda distópica del culto que maneja a estos gobernantes títeres y garantiza su conformidad con el modelo de visión de túnel que es su Biblia.

Esta resistencia se está acumulando y, en un nivel completamente diferente, también se está generando una reacción kármica energética.

El hombre, la naturaleza y el Universo están intrínsecamente interconectados. Si una gran proporción de la humanidad se desvía de su verdadero curso (natural) de desarrollo en cuerpo, mente y espíritu, también a nivel cósmico habrá una reacción a este desequilibrio. Una forma de alerta vibratoria que se transmite a todo el Universo.

Lo mismo ocurre con la Tierra (Gaia). La Tierra es un ser sensible e inteligente por derecho propio. Como revela la física cuántica, también lo son cada una de las trece millones de células de nuestro cuerpo humano.

Ambos se ponen en modo defensivo cuando nos desviamos seriamente del camino humano, espiritual y físico.

Para sobrevivir, deben prepararse para la "resistencia". Su instinto les lleva a vivir de forma creativa, inteligente y amorosa. Pero no pueden hacerlo mientras se encuentren bajo ataque o bajo la influencia de una represión y una distorsión continuas.

Hoy esta crisis se manifiesta simultáneamente en todos los frentes: humano, terrenal y cósmico.

Hemos permitido que el desarrollo de tendencias psicopáticas y dictatoriales alcance las alturas que ocupan hoy. Décadas de pasividad han dejado la puerta abierta para que psicópatas y demonios se descontrolen, vampirizando la esencia energética de la vida, lo que ha llevado a un agotamiento de la "voluntad de lucha" en la humanidad.

No más. Que el año 2025 sea conocido como el año en que le dimos la vuelta a todo esto y asumimos la responsabilidad por la Vida que nos regaló la Conciencia Suprema.

Responsabilidad por nuestra propia vida y por la vida del mundo metafísico más grande con el que estamos casados, nos guste o no.

No hay otra expresión orgánica de lo que significa “estar vivo” que defender con valentía la santidad de la sabiduría, la justicia y la verdad. Mantenerse firme y decididamente en pie contra todos los actos perversos de explotación y represión.

Julian Rose

globalresearch