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La principal organización de seguridad en el transporte de Estados Unidos, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), está dando pasos importantes hacia un futuro más digital. Y, por supuesto, eso significa más vigilancia y seguimiento.
El plan es que, para finales de 2024, muchos de sus objetivos operativos incluyan un componente de identidad digital, una medida que sugiere un compromiso duradero para agilizar las experiencias de los viajeros con la tecnología, aunque socave la privacidad.
En un plan de acción en cuatro partes publicado por la TSA, la agencia tiene previsto ampliar su iniciativa de permisos de conducir móviles y utilizar más ampliamente la tecnología de reconocimiento facial en los aeropuertos. Esto incluye ampliar su programa piloto actual de pruebas de identidades digitales y permisos de conducir móviles, que se utilizan en los puntos de control de la TSA a al menos nueve estados. El anuncio se produce después de que la TSA anunciara en mayo que estaba estudiando la posibilidad de implantar licencias e identificaciones digitales en 25 aeropuertos nacionales.
Subrayando la amplitud de la expansión digital de la TSA, la agencia ha revelado sus planes de añadir una nueva plataforma al quinteto existente utilizado para la identificación digital. Esto significa que los viajeros tendrán seis opciones, incluidos los dispositivos móviles, a su disposición para la identificación digital. Sin embargo, en el informe público no se incluyen detalles concretos sobre estas mejoras.
Paralelamente a estos esfuerzos de identificación digital, la TSA también se compromete a ampliar la utilización de sistemas de identificación facial en el marco de su servicio PreCheck, un programa destinado a evaluar preventivamente las amenazas y facilitar un proceso de seguridad aeroportuaria más rápido para los viajeros inscritos. El servicio es un tanto controvertido, ya que permite a la agencia un acceso más profundo a los datos y la información sobre un individuo y su vida, algunos de los cuales van más allá de lo que los viajeros creen que tienen acceso.
El objetivo es duplicar el número de aeropuertos equipados con esta tecnología, que pasarán de cinco el año pasado a diez a finales de este año. Del mismo modo, se prevé que el número de aerolíneas que utilicen PreCheck aumente de dos a tres.
Estos objetivos previstos reflejan las directrices de un documento de estrategia biométrica publicado en 2018, en el que los funcionarios hacían hincapié en ampliar la base de usuarios de sistemas biométricos y reforzar la infraestructura necesaria.
En particular, los últimos planes no reconocían las intenciones anteriores de la TSA de colaborar con Aduanas y Protección de Fronteras en la biometría para los viajeros en el extranjero, un objetivo que era una faceta de la estrategia de 2018.
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