Las cadenas de Televisión egipcias han difundido, puestas en escenas, poniendo en evidencia simulaciones y manifestaciones con escenas de “victimas”, realizadas por manifestantes de los hermanos “musulmanes”. Se trata de puestas en escenas para venderlas a las agencias de prensa y a las cadenas y televisiones occidentales, representando supuestas manifestaciones de los partidarios del ex presidente Morsi opuestos al gobierno egipcio.
Las imágenes y los videos han sido incontestablemente herramientas utilizadas desde el comienzo de las llamadas primaveras árabes. Un medio que los cabalistas, los medias y los rebeldes han sabido explotar para manipular la opinión pública y abrazar estas revoluciones, antes de hacerlas bascular en interminables guerras civiles, fue el caso en Libia y en Siria, como lo fue y lo sigue siendo en Afganistán e Irak.
Los hermanos “musulmanes” y los wahabitas no han cesado de utilizar a sus partidarios completamente adoctrinados por su ideología de control de las emociones anti-islam de la ideología del Takfir y de la llamada rebelión, prometiendo aplicar la Charia, cuando ellos están ligados al sionismo y a la cábala. El Islam no puede tener como aliado el sionismo satánico. La realidad ha demostrado que los hermanos “musulmanes” es una secta diabólica que toma sus raíces de los ismaelitas, sufismo, chiismo y masonería, muy lejos del libro sagrado que ellos utilizan para materializar la agenda cabalista. Así cuando enarbolan en sus manifestaciones el libro sagrado lo hacen como instrumento propagandístico para atraer a las masas adoctrinadas. Los hermanos “musulmanes” y las monarquías del golfo han demostrado sobradamente que son instrumentos de desestabilización, agentes de la cábala que hacen el trabajo que no pueden hacer los países "occidentales" por procuración. La visita del patrón de los servicios de inteligencia saudí a Moscú, Bandar Ben Sultán para intentar convencer a Vladimir Putin a que se deshaga del régimen de Siria a cambio de un enorme contrato de armamento de un valor de 15 mil millones de dólares y de una influencia mayor en los países árabes, revela que el trabajo sucio lo hacen esta clase de míseros que bajo la cobertura de Islam y la protección de los santos lugares del Islam hacen el trabajo cabalista.