Los “yihadistas” del “Estado islámico en Irak y en Levante” son monstruos. Nadie lo niega. Pero no ir más allá de este reconocimiento y limitarse a compadecerse de las poblaciones martirizadas es un timo. Este monstruo ha sido parido por el premio Nobel de la paz Obama, Hollande y la mayoría de los dirigentes occidentales.
MaCain y el mercenario marioneta Al-Baghdadi
¿De dónde provienen el dinero y las armas?
La organización terrorista dispone de medios financieros considerables. El dinero proviene de varios países del Golfo aliados a Washington y ostensiblemente a París, y de saqueo como el efectuado en la sucursal del banco central iraquí en Mosul al comienzo del mes de junio con un botín de 425 millones de dólares, del comercio del petróleo, con la producción de varias refinerías como las de Tikrit y Baiji…así como del pillaje de las antigüedades vendidas a precios elevados en Occidente por las redes mafiosas.
¿De dónde provienen las armas? Muchas gracias al gran Sam y a sus compañeros de Londres y París. El material proporcionado a los rebeldes de Bachar el Assad ha pasado al 90% a las manos de los “yihadistas” contando con los remanentes de los arsenales libios, así como blindados, tanques y armamento pesado de fabricación US, tomados de la desbandada, del ejército iraquí.
Los talibanes en Afganistán habían sido armados por Reagan en nombre de la defensa del “hombre libre” con el resultado que conocemos. Los “contras” de Nicaragua se habían beneficiado de la misma generosidad.
En tiempos del dictador nicaragüense Somoza, en Washington, los oficiales tienen la costumbre de decir: “Somoza es posiblemente un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta.” Los dirigentes occidentales podrán a partir de ahora decir los mismos propósitos con respecto a los “yihadistas”: “Son monstruos, pero son nuestros monstruos.”
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