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“Los imprevistos, hijo mío, los imprevistos”». Así dijo el primer ministro británico, Harold Macmillan, sobre la falibilidad de los líderes debido a factores imprevistos e incontrolables. «Las cosas pasan», por usar una jerga. Pero ¿y si los acontecimientos no son ni incidentales ni, en algunos casos, reales? En cuanto a la actualidad, ¿deberíamos creer que Irán tenía una base nuclear en lo profundo de una montaña que fue destruida por bombas antibúnker estadounidenses?
La coincidencia y la metedura de pata no son tan creíbles ni fiables como la conspiración para explicar lo que ocurre en el mundo actual. Los pensadores críticos están atando cabos y viendo segundas intenciones, falsas banderas y montajes para favorecer la agenda globalista. Las personas en las altas esferas del poder están invirtiendo la realidad. Estamos en Alicia en el País de las Maravillas, y si se trata de una estrategia deliberada de conmoción y asombro en pos de un nuevo orden mundial.
Aquí presento una reformulación radical de los acontecimientos, motivos y resultados. En la lógica convencional, los acontecimientos (tal como se informan en las noticias) son reales, y las teorías conspirativas son artificiales. Creo que los guionistas han reinterpretado esto, de modo que sería más preciso (al menos como tendencia) plantear:
Los eventos son artificiales
Las conspiraciones son reales
«Las noticias» es un programa cuidadosamente seleccionado. Se destacan los acontecimientos para convertirlos en temas de conversación, a menudo con un enfoque psicológico que provoca una reacción deseada (por ejemplo, compasión, horror). El COVID-19 fue quizás la mayor operación de psicología conductual de la historia, y su impacto se debió principalmente a la cobertura de los medios de comunicación tradicionales. Ahora nos asalta el espectro de la Tercera Guerra Mundial, pero ¿se trata de una escalada hacia una guerra caliente o de otro montaje?
Los eventos se inventan en tres niveles. Pueden ser incidentes reales e imprevistos, pero explotados de alguna manera (por ejemplo, un comentario con prejuicios raciales utilizado como evidencia de una sociedad racista). En otro nivel, están los eventos reales pero diseñados, con sus verdaderos motivos ocultos. Por ejemplo, podríamos sospechar que un buque portacontenedores impactó el puente de Baltimore, el descarrilamiento de un cargamento de productos químicos en East Palestine, Ohio, incendios en almacenes de alimentos y otros daños a la infraestructura; también incendios forestales con indicios de incendio provocado. Finalmente, están los eventos inventados. Estos últimos son los más controvertidos.
Los eventos artificiales tienen dos públicos. Para la mayoría (los "normales"), la noticia se acepta sin más. Estas mentes son fáciles de manipular. Además, el evento puede contribuir a un mecanismo de problema-reacción-solución, a menudo para impulsar la vigilancia tecnocrática.
El otro público son los escépticos, que no creerán la historia. Quedan pistas para mostrarle al pensador crítico con ojo de águila que el evento no ocurrió como se informó. Por ejemplo: un político que se vacuna con la jeringa sin aguja, o Katy Perry y sus compañeros "astronautas" viajando al espacio y aterrizando en una cápsula que no habría sobrevivido a un día ventoso en la playa.
Consideremos el intento de asesinato de Donald Trump en Butler, Pensilvania, justo antes de las elecciones presidenciales. ¿Fue un montaje o qué? El motivo de un tiroteo teatral era obvio, lo que aumentó la ventaja de Trump en las encuestas de opinión y le valió la admiración de las grandes tecnológicas que antes apoyaban a los demócratas. ¡Trump se salvó, por Dios!
Pensemos en los tiroteos escolares o en el reciente atropello en Liverpool. Los actores de crisis tienen una forma segura de ganar dinero en una carrera con oportunidades limitadas. Pensemos en los "pacientes" que se muestran muriendo de Covid-19, jadeando en una cama de hospital. Claro que estaban actuando.
Consideremos el reciente accidente de Air India. La gente dirá: «Sé que pasó, lo vi en televisión». No, no lo vieron. Vieron un video de un Boeing Dreamliner volando a baja altura. Luego, el avión desapareció de la vista antes de que estallara una bola de fuego. Esto podría ser fácilmente producido por IA. La tecnología ha avanzado drásticamente desde el accidente de las Torres Gemelas, cuando se mostró a dos aviones estrellándose contra los edificios. En aquel entonces, la CGI era omnipresente en las películas de acción de Hollywood. Es interesante que los edificios de hormigón de Ahmedabad siguieran en pie a pesar del visitante inesperado en la azotea, mientras que en Manhattan dos rascacielos construidos para resistir el impacto de un avión se derrumbaron. ¿Air India utiliza combustible para aviones menos inflamable?
Terminemos con el ataque estadounidense a Irán. Durante las últimas dos semanas, hemos visto salvas de misiles impactando Teherán y Tel Aviv. Algunos cínicos se han referido a la "Cúpula de Hierro" de Israel como un espectáculo de fuegos artificiales. ¿Son más creíbles los misiles balísticos iraníes? En cuanto a la destrucción de búnkeres por parte de bombarderos furtivos de la instalación nuclear iraní en una cordillera rocosa, surgen dos preguntas.
En primer lugar, ¿tiene Irán realmente armas nucleares? Este cliché ha sido utilizado repetidamente por los halcones de Washington y los sionistas desde la década de 1980: detener a Irán antes de que desate el Armagedón. No entraré en el debate sobre la existencia de bombas nucleares, pero existe una similitud con el COVID-19: algunos escépticos argumentan que todo el fenómeno de los virus es un engaño.
La segunda pregunta es si la máxima autoridad de Irán está en connivencia con Estados Unidos e Israel. Aterrorizar a sus ciudadanos con una guerra inminente, y en especial con una guerra nuclear, es un método probado para ejercer poderes de emergencia. Trump declaró claramente que el Ayatolá no sería el objetivo. Algunos expertos militares creen que la base iraní no estaba en uso y que se llegó a un acuerdo entre quienes manejaban los hilos para organizar un evento sensacional sin una verdadera masacre. ¡Eso es todo por ahora, amigos!
En 1984 de George Orwell, el conflicto perpetuo de Oceanía con Asia Oriental o Eurasia (que se alternan como enemigos y aliados) no estaba necesariamente ocurriendo; bastaba con decirle a la gente que estaba ocurriendo. Cuando Zbigniew Brzezinski escribió El Gran Tablero de Ajedrez a principios del milenio, esto era acertado porque la geopolítica es como un juego, con jugadores poderosos. Sin embargo, las consecuencias son muy graves. La conspiración es para obtener el control total de la población y los recursos, para esclavizar, despoblar y crear una tiranía global omnipotente.
Niall McCrae
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