El USDA debe poner fin a la política de "no preguntes, no digas" sobre las vacunas transgénicas en el ganado orgánico, según un grupo de vigilancia

Publié par Contra información sur 3 Août 2023, 15:00pm

OrganicEye, organización de vigilancia del sector agroalimentario, ha exigido hoy al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) que convoque una audiencia pública -o se enfrente a un litigio- sobre el uso de ARNm y otras vacunas modificadas genéticamente en la producción ganado orgánico.

El uso de estos productos modificados genéticamente viola la definición legal de "orgánico", afirma el grupo.

La petición se produce tras los informes de que el USDA y algunos certificadores orgánicos han "mirado discretamente hacia otro lado" cuando los productores comerciales de ganado han comenzado a utilizar vacunas modificadas genéticamente en animales que producen carne, huevos y productos lácteos con certificación orgánica, según OrganicEye.

Una de las diferencias más importantes -quizá la clave- entre los alimentos convencionales y los orgánicos es la estricta prohibición de la etiqueta orgánica de insumos e ingredientes agrícolas genéticamente modificados, tal como se establece en la Ley de Producción de Alimentos Orgánicos de 1990.

OrganicEye dijo que en lugar de hacer cumplir esta norma, el USDA ha sancionado un protocolo de "no preguntes, no digas" - impulsado por Big Ag - que permite a los productores administrar vacunas genéticamente modificadas a los animales y aún así etiquetarlos como "orgánicos."

La cuestión es urgente, según Mark Kastel, director ejecutivo de OrganicEye, con sede en Wisconsin, debido al inminente uso de vacunas de ARNm para el ganado, que se están desarrollando actualmente con una financiación masiva del gobierno y la industria.

"El impulso para que actuemos ahora es la inminente introducción de vacunas para el ganado producidas con tecnología de ARNm similar a la utilizada por Pfizer y Moderna para producir sus respectivas versiones de la vacuna contra el SRAS-CoV-2", declaró Kastel.

"Existe una controversia continua en el país en relación con esta nueva tecnología y debemos trabajar para preservar los productos orgánicos como el último refugio seguro para los consumidores que quieren asegurarse una dieta verdaderamente 'natural'", añadió.

Es "inaceptable", declaró la organización sin ánimo de lucro, que el USDA "dé largas al asunto" en esta cuestión tan controvertida.

OrganicEye está pidiendo a la Junta Nacional de Normas Orgánicas del USDA (NOSB) que convoque una reunión de todas las partes interesadas, no sólo con los intereses de la industria que quieren estas vacunas, dijo Kastel a The Defender, sino también con "las personas que tienen una preocupación - ya sean agricultores que no las necesitan y sienten que están siendo perjudicados competitivamente al competir contra estas fábricas de ganado, o si son consumidores que tienen una preocupación general sobre la ingeniería genética y el suministro de alimentos."

Tienen derecho a ser escuchados", afirmó.

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Un proceso de supervisión corrupto

Los materiales sintéticos están prohibidos por defecto en los productos orgánicos, a menos que se hayan permitido explícitamente porque se consideran "esenciales" para la producción y se han evaluado y determinado que son seguros para la salud humana y el medio ambiente.

El Congreso creó el NOSB en la década de 1990 con el fin de recomendar normas industriales para regular este tipo de materiales. Se trata de un poderoso consejo asesor: el USDA no puede permitir ninguna sustancia sintética en la producción orgánica a menos que el NOSB la haya aprobado y recomendado explícitamente.

La junta fue diseñada para representar a las partes interesadas de de toda la industria orgánica, incluidos los pequeños agricultores y los consumidores, pero cada vez está más dominado por los poderosos grupos de presión de la agroindustria y, en consecuencia, cada vez está más subordinado a los dictados de la agroindustria.

La primera cuestión que debe investigarse, según Kastel, es si las vacunas son "esenciales" para el ganado. Por lo general, no son obligatorias en la producción ganadera "salvo algunas normativas estatales relativas al transporte interestatal de ganado", explicó.

Pero muchos productores, sobre todo en la agricultura industrial, vacunan a sus animales de todos modos para "mitigar riesgos".

Kastel dijo que una audiencia permitiría al público investigar si "hay alguna buena justificación que provenga de alguien que no sea la gente involucrada en la producción ganadera convencional para el uso de vacunas".

O, tal vez, los animales "mantenidos en un entorno saludable con abundante acceso al aire libre y pastos para rumiantes como las vacas de carne y de leche en granjas familiares", no necesitan ninguna vacuna en absoluto - y mucho menos las modificadas genéticamente, dijo.

Muchas vacunas aprobadas anteriormente para la producción orgánica han sido eliminadas y sustituidas por vacunas producidas mediante modificación genética.

En reuniones recientes del NOSB, los certificadores orgánicos acreditados admitieron que no comprueban si las vacunas utilizadas violan la prohibición contra la ingeniería genética, a pesar de que la normativa federal obliga a su revisión.

En respuesta, el NOSB recomendó al USDA aprobar una enmienda regulatoria que permitiera el uso de estas vacunas genéticamente modificadas en la producción orgánica en los casos en que la vacuna producida tradicionalmente ya no estuviera disponible.

En un informe político también publicado hoy, OrganicEye calificó esta medida de "probablemente ilegal" porque "en todos los casos, las vacunas producidas utilizando métodos de ingeniería/modificación genética están claramente prohibidas por las normas orgánicas nacionales y actualmente están excluidas de su uso".

El USDA no promulgó esa recomendación y ha declarado que no actuará en este ámbito normativo.

En otras palabras, dijo Kastel, el USDA está diciendo que "no tienen intención de hacer nuevas normas", y en su lugar están dejando las cosas como están - tomando un enfoque de "no preguntes, no digas" para regular las vacunas transgénicas.

El Dr. Hubert Karreman, doctor en medicina veterinaria, productor lácteo de Carolina del Norte, miembro fundador del Colegio Americano de Medicina Veterinaria Botánica y antiguo miembro del NOSB, dijo que, en su lugar, el USDA podría y debería "crear un sistema de categorización muy claro y fácilmente comprensible, de forma que los agricultores orgánicos no utilicen por error una vacuna modificada genéticamente."

OrganicEye denuncia que la reticencia del USDA a crear ese sistema se debe a la influencia de "poderosos grupos de presión e intereses industriales, en su mayoría con experiencia en la producción ganadera convencional, como en el caso de las vacunas", que tienen interés en que los productores sigan confiando en las vacunas, en lugar de "proporcionar entornos de vida más saludables y seguros para los animales domésticos."

En su informe, OrganicEye propone que el USDA cree una categorización clara para las vacunas, revise la seguridad de todas las vacunas antes de su aprobación - incluyendo la persistencia de ADN, ARN y anticuerpos "extraños" en la carne - y desarrolle una forma de abordar las preocupaciones que surjan de esa revisión, incluyendo la retirada de dichas vacunas del mercado si es necesario.

OrganicEye también está promoviendo una campaña para presionar a la administración Biden para que reduzca su dependencia de los cargos políticos de la agroindustria corporativa en la supervisión de la regulación orgánica - una práctica que ha dado lugar a la conducta legalmente cuestionable por la que protesta el grupo.

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Davidicke

Vía: the Defender