La próxima gran cosa

Publié par Contra información sur 21 Mai 2023, 14:55pm

"Los psicópatas y narcisistas no son “enfermos mentales”, simplemente son personas horribles, y empeoran con la edad, no mejoran."- Aimee Terese en Twitter

Ahora que el encanto de la locura transexual -la idea de que la angustia emocional de una persona puede curarse identificándose con el sexo opuesto- se ha desvanecido, esperamos la próxima estratagema del plan de juego de los “Woke” para desestabilizar el proyecto humano en la Tierra. Personas de color, personas morenas, autóctonos, insulares del Pacífico, los gays, las lesbianas, personas de corpulencia fuerte, personas con discapacidades diferentes, todas las mujeres (por supuesto), han tenido su turno en el orden de bateo de los grupos minoritarios oprimidos interseccionales, y cada uno se fue con un trofeo de participación. ¿Quién queda ahora?

¡Los muertos! Sus necesidades no han recibido suficiente atención. La integración no ha llegado a ellos... todavía. Se les mantiene sistemáticamente al margen de todas las actividades y ceremonias actuales. Están segregados en guetos de hierba y granito. El sistema jurídico los estigmatiza. Numéricamente, teniendo en cuenta toda la historia de la humanidad, son con diferencia el grupo demográfico más numeroso. Sin embargo, se les ignora, se les pasa por alto, se les falta al respeto. Si alguien merece ser despertado del sueño de la opresión, son ellos.

No se desespere, un gran acicalado está en marcha. La próxima cosa será la transición de la mayoría de nosotros a la muerte. ¿Cree que es casualidad que Hollywood haya producido tantas películas de zombis en los últimos años? Es evidente que cada vez más estadounidenses se identifican con los muertos vivientes. (Y, a juzgar por el comportamiento de nuestros conciudadanos, a mucha gente le han comido el cerebro). Incluso nuestras empresas y bancos parecen muertos vivientes.

Nuestro proyecto en Ucrania ha sido una tremenda ayuda para preparar a la gente para convertirse en muertos. Pero ese experimento está casi terminado. Por lo tanto, debemos buscar un proyecto global mucho más grande para hacer que la humanidad aprecie las satisfacciones de la muerte. Una guerra con China sería la oportunidad ideal para prepararse. Nos superan en número aproximadamente cuatro a uno. Han desarrollado misiles hipersónicos que pueden transportar cargas nucleares a cualquier parte de nuestro país, con la capacidad de vitrificar a millones de estadounidenses en un abrir y cerrar de ojos. Y cuando terminen con eso, pueden enviar un ejército aquí para matar a los afortunados sobrevivientes en los campos de soja y las hileras de maíz.

Tal vez en previsión de este extraño giro que Estados Unidos eligió (según dicen) a un presidente en plena transición hacia la muerte. A "Joe Biden" es célebre por permanecer casi siempre fuera de la vista; bajo tierra, por haber hablado una lengua muerta que se asemeja al inglés vernáculo estadounidense del siglo XX; por haber oscilado de un lado a otro, como un zombi, abandonando el escenario durante apariciones públicas fugaces, y por haber recibido grandes sumas de dinero de funcionarios chinos que apoyan el programa estadounidense de transición. Aún mejor, es que el presidente simpatiza y se identifica personalmente con los muertos, anima a más estadounidenses a convertirse en muertos, ofrece incentivos en metálico a los hospitales que aceleran la muerte y pone a disposición productos farmacéuticos, legales e ilegales, para inducir transiciones efectivas a la beatitud del no ser.

De hecho, parece que ahora hay prisa por hacer la transición, y el ritmo lo marcan los atletas profesionales de entre veinte y treinta años que se desploman en pleno partido en los campos de fútbol, los actores de cine que se convierten bajo los ojos de las cámaras, por los presentadores de diarios televisados que dejan el micrófono con los ojos cerrados como persianas a la vista de todos, y por otras celebridades que simplemente encuentran a sus seres queridos muertos al despertar por la mañana.

Son los avatares de la nueva tendencia. El paso de la vida a la muerte es tan sagrado que sólo se habla en voz baja, como en una iglesia o en un sepulcro. Los médicos que entran en escena quedan hipnotizados hasta el punto de guardar el silencio, muy asombrados para hablar sobre lo que causó la transición fatídica transición; ciertamente tuvieron algo que ver con eso.

Como va el pueblo, va la nación. Estados Unidos está pasando de un sistema dinámico de libertad económica, esfuerzo y ley a una distopía entrópica de caos, corrupción e inercia. Como en un país de muertos vivientes, nada funciona: las llamadas telefónicas se cortan, el banco no te da dinero, tus obligaciones en el trabajo han sido eliminadas, tu tienda de alimentación ha cerrado, no hay piezas disponibles para tus cosas rotas, tus vuelos son cancelados, tu archivo de Facebook ha sido borrado, tu opinión no es deseada, tu voto no tiene sentido, tus hijos ya no necesitan tu permiso para hacer nada y, el un último insulto, un martini cuesta ahora quince dólares.

La muerte está ahora en todas partes en Estados Unidos, cerniéndose sobre todo lo que hacemos. No luches contra ella, celébrala. Foméntala allá donde vayas, entre todos aquellos con los que te reúnas. Dale la bienvenida mientras te deshaces de todas las molestias de estar aquí y te elevas a tu bendita plataforma en el perfecto Elíseo gnóstico prometido por los teúrgos de Wokistas. Conviértete en el muerto que anhelas ser.

kunstler

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