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Nuevas revelaciones se suman al creciente conjunto de pruebas que indican que muchos israelíes que murieron el 7 de octubre fueron asesinados por el ejército israelí. Mientras tanto, el gobierno israelí ha amordazado a los cautivos liberados de Gaza para evitar que la versión oficial sufra más daños.
Testimonios de primera mano de operadores de tanques israelíes, ciertamente inexpertos, revelan órdenes de abrir fuego contra las comunidades israelíes cuando los militantes palestinos traspasaron las vallas que rodean Gaza el 7 de octubre.
Un perfil elogioso de una compañía de tanques formada exclusivamente por mujeres, publicado por la cadena israelí N12 News, contiene confesiones de la capitana de 20 años -identificada sólo como "Karni"- de que un soldado "presa del pánico" le ordenó abrir fuego contra las casas del kibutz de Holit, con independencia de que contuvieran civiles o no.
Diez israelíes murieron en Holit el 7 de octubre; no había niños entre los fallecidos.
"El soldado me indica y me dice "dispara ahí, los terroristas están ahí", relata la capitana en las imágenes recién publicadas, señalando que cuando le preguntó "¿hay civiles ahí?", su compatriota se limitó a responder "no lo sé" y le ordenó "disparar" de todos modos contra los edificios.
Al final, recordó, "decidí no disparar", ya que "se trata de una comunidad israelí". En su lugar, dijo, "disparé con mi ametralladora a una casa".
Aunque el gobierno israelí y su ejército de propagandistas internacionales han culpado exclusivamente a Hamás de una serie de espeluznantes matanzas ocurridas el 7 de octubre, junto con afirmaciones infundadas de violaciones, torturas y decapitaciones de bebés, los comentarios del informe de N12 se suman a un creciente conjunto de pruebas que demuestran que los bombardeos de los tanques israelíes fueron responsables de muchas de las bajas producidas en los kibutzim israelíes. Según los soldados entrevistados, entre las víctimas mortales de la compañía de tanques en cuestión figuran supuestos militantes palestinos a los que dicen haber aplastado hasta la muerte con su vehículo.
"Mi conductor ve a dos terroristas en la carretera e informa de ello", cuenta el capitán a su entrevistador del N12. Cuando "le digo que los atropelle, simplemente atropella a los terroristas y sigue adelante", explica alegremente.
Al parecer, la compañía de tanques femenina fue entrenada con los vehículos menos avanzados del arsenal israelí, y sólo se le asignaron tareas de defensa fronteriza. En el caos del asalto de Hamás del 7 de octubre, se vieron obligadas a utilizar vehículos más avanzados equipados con un sistema de armas por control remoto (RCWS).
En el informe N12, el general de brigada Raviv Mahmia admitió que enfrentarse a una banda de militantes en el kibutz Holit era una tarea "muy compleja" para la que los jóvenes tanquistas "en muchos aspectos... no estaban entrenados para luchar".
"Dispararon contra comunidades israelíes, mientras circulaban por carreteras llanas", señaló.
Los informes de The Grayzone han revelado que muchos de los cadáveres hallados calcinados hasta quedar irreconocibles en el interior de la denominada "envoltura de Gaza", en el sur de Israel, fueron probablemente víctimas del ejército israelí, lo que parecen confirmar las recientes admisiones.
El 26 de noviembre, The Grayzone citó testimonios de testigos oculares para documentar cómo un tanque israelí abrió fuego contra una casa en el Kibbutz Be'eri el 7 de octubre, matando a 12 no combatientes israelíes, incluido Liel Hetzroni, un ejemplo de la campaña de propaganda internacional anti-Hamas de Tel Aviv.
Las pruebas de muertes por fuego amigo el 7 de octubre también llegaron a través de la revelación de Haaretz de que los helicópteros de ataque israelíes probablemente mataron a muchos asistentes al festival de música electrónica Nova, y que Hamás no sabía que el festival se estaba celebrando en ese momento.
Amordazar a los cautivos israelíes liberados para salvar la narrativa
Las revelaciones de que se ordenó a las tropas israelíes abrir fuego indiscriminadamente contra comunidades israelíes se producen mientras los servicios de seguridad del país hacen esfuerzos desesperados por controlar la narrativa de la guerra de Gaza.
Tras un acuerdo de alto el fuego temporal que supuso la liberación de decenas de cautivos judíos de Gaza a partir del 24 de noviembre, el Canal 12 de Israel reveló que las autoridades de Tel Aviv han instituido nuevas normas que exigen que los israelíes liberados sean vigilados de cerca cuando concedan entrevistas.
Se espera que los liberados de la custodia de Hamás "reciban una estrecha supervisión, y se les darán instrucciones sobre lo que deben decir a los medios de comunicación y lo que no", explica el informe.
En el momento de la publicación, ninguno de los israelíes recientemente liberados había hablado públicamente con ningún medio de comunicación. Las apariciones de los cautivos en los medios israelíes son cada vez más escasas desde la liberación de Yochaved Lifshitz, de 85 años, que fue duramente criticada por estrechar la mano de uno de sus guardianes de Hamás y reconocer que "nos trataron con gentileza".
Los recientes comentarios de un familiar de otra anciana israelí liberada el 24 de noviembre, Ruth Munder, parecen validar esa versión.
Al describir la estancia de los israelíes en Gaza, el miembro de la familiar dijo: "Afortunadamente, no sufrieron ninguna experiencia desagradable durante su cautiverio; fueron tratados de forma humana".
"Contrariamente a lo que temíamos", Munder "no se encontró con las historias espeluznantes que habíamos imaginado" y, en última instancia, los custodios de los cautivos "no les hicieron daño", declaró el familiar al diario israelí Jerusalem Post.
Del mismo modo, la hermana de un trabajador tailandés tomado como rehén en Gaza declaró a los medios internacionales que a su hermano "lo habían cuidado muy bien" y "parecía feliz" cuando lo liberaron.
Un invitado del Canal 13 de noticias de Israel reconoció que "es importante mencionar que muchos acusaron [a la ex cautiva israelí] Yochaved Lifschitz [de deslealtad], pero ella declaró estas mismas cosas. Se enfrentó a malos tratos y fue descrita como causante de importantes daños mediáticos, se la acusó de mentir debido a que su marido estaba en cautiverio, de que Hamás había influido en ella, lavándole el cerebro antes de su liberación. Pero cada palabra que dijo era cierta, y estas personas están haciendo las mismas declaraciones".
Al salir de Gaza hacia Israel, la cautiva israelí Danielle Aloni dejó una carta a sus captores de Hamás agradeciéndoles "la humanidad antinatural que mostrasteis hacia mí y hacia mi hija Emilia. Fuisteis como padres para ella, invitándola a vuestra habitación cada vez que quería".
Concluyó expresando su gratitud por "la amabilidad que mostraron aquí a pesar de la difícil situación que ustedes mismos estaban afrontando. Y las difíciles pérdidas que os sobrevinieron aquí en Gaza. Ojalá en este mundo pudiéramos ser amigos".
Durante su cautiverio, Aloni apareció en un vídeo en el que criticaba a Netanyahu por no haber negociado su liberación y la de otros rehenes.
Aunque es probable que el gobierno israelí alegue que Aloni fue obligada a escribir la carta bajo coacción extrema, aún no le ha permitido hablar públicamente sobre su experiencia en Gaza.
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