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Las noticias últimamente son tan extrañas que me siento como si estuviera viviendo una novela o en una película de terror.
Tenemos un expresidente y candidato a un segundo mandato que ha sido acusado cuatro veces por la actual administración presidencial, el último incidente marcado por una foto criminal difundida por Internet. Sé que algunas de las acusaciones proceden de los estados de Nueva York y Georgia, pero es obvio que todos colaboran con los federales para eliminar a este hombre de la carrera presidencial.
Casi toda la isla de Maui ardió en llamas, matando a más personas que cualquier incendio que haya afectado a Estados Unidos en 100 años, y las élites globalistas culpan al "cambio climático".
Y ahora tenemos un gobierno deshonesto tambaleándose hacia una segunda ronda de mandatos y confinamientos.
Natalie Winters informa que el gobierno federal ya ha comenzado a comprar equipos COVID-19 y a contratar consultores privados para hacer cumplir los "protocolos de seguridad" de la era de la pandemia.
Las medidas coercitivas podrían empezar ya el mes que viene con la obligatoriedad de llevar pañales faciales.
The federal government has already begun buying COVID-19 equipment and hiring consultants to enforce pandemic-era "safety protocols." Some of these contracts are scheduled to begin in September and October.
Algunos de estos contratos comenzarán en septiembre y octubre, y muchos se prolongarán hasta 2028. Sí, has leído bien, hasta 2028.
Vea a Winters hablando de esta noticia de última hora.
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Así que el gobierno federal, encabezado por el Departamento de Defensa, está contratando a empresas privadas para decretar encierros Covid 2.0 basados en el miedo. Esto es fascismo puro: grandes empresas trabajando con el gran gobierno para oprimir al pueblo. Pero así es como funciona la tecnocracia.
La tecnocracia es muy diferente del marxismo o el comunismo. En un Estado marxista, el gobierno es propietario de los medios de producción. Pero en una tecnocracia, que es el modelo preferido de las élites globalistas autoproclamadas en el Foro Económico Mundial, la Fundación Rockefeller, la Fundación Gates, el Club de Roma, las Naciones Unidas, etc., el gobierno trabaja en asociaciones público-privadas (APP) con grandes corporaciones para crear, dotar de personal e imponer un estado de vigilancia digital que lo abarca todo. Piense en ello como el nazismo a escala mundial con acceso a la moderna tecnología de seguimiento digital. Siguen creyendo en la eugenesia. Siguen creyendo que son superiores al resto de nosotros. Siguen creyendo que hay que reducir la manada de "comedores inútiles" a un tamaño más manejable.
No es casualidad que los globalistas hayan sacado a su pseudocientífico satánico favorito, el Dr. Anthony Fauci. Preparando las mentes para el Covid 2.0, ahora aboga abiertamente por encerrar a todos los que aún no se hayan sometido a sus inyecciones mortales. A continuación, Lord Fauci nos habla en una entrevista en vídeo con un profesor de la Wayne State University de Detroit.
"Si se tiene una vacuna disponible, es posible que se quiera confinar temporalmente para poder vacunar a todo el mundo", afirma Fauci.
Luego argumenta que "los confinamientos son oportunos, pero no son una solución permanente".
Supongo que en este punto de la entrevista se supone que debemos estar completamente imbuidos por el Síndrome de Estocolmo, inclinarnos para besar los pies de Fauci y agradecerle profusamente su gentileza de confinarnos permanentemente.
Fauci, jefe del NIAID durante mucho tiempo y multimillonario que nunca ha hecho otra cosa que trabajar para el gobierno, declara entonces que el "cambio climático" está "desempeñando un papel" en la causa de las pandemias.
Pide un "compromiso internacional para disminuir la huella de carbono en la sociedad para que no se produzcan el tipo de clima loco que estamos teniendo en este país".
Sí, en realidad dijo eso. No sé si lo cree, pero lo dijo. ¿Por qué? Porque está haciendo su parte para establecer la narrativa de que los seres humanos causan el cambio climático y por lo tanto debemos cambiar la forma en que vivimos o estar sujetos a cierres perpetuos.
Continuó culpando de la tragedia de Maui al cambio climático.
Parece que los luciferinos que nos trajeron Covid 1.0 tienen algo mucho más draconiano bajo la manga en las últimas semanas de 2023 y en 2024. La primera versión no era más que una prueba de lo que está por venir. La etapa final de implementación de su demoníaco "gran reinicio" requerirá que todos los seres humanos sean vacunados, potenciados continuamente, etiquetados con una identificación digital biométrica, y rastreados dondequiera que vayan, incapaces de comprar o vender o participar en la sociedad sin la marca digital.
Todo esto está siendo dirigido principalmente por las élites globalistas de Estados Unidos y Europa. China ya está sometida. Parece que el Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y la mayor parte de Europa ya han sido sometidos. Las únicas naciones que todavía representan un problema para la multitud del reseteo son Estados Unidos y Rusia.
Estados Unidos es una nación bajo opresión demoníaca que necesita desesperadamente una liberación. Mientras escribo esto, me viene a la mente el libro de 1973, Pigs in the Parlor. Es un manual de cómo hacer una "guerra espiritual de confrontación". No estoy apoyando el libro o su teología. Sólo recuerdo que lo compré en una librería cristiana hace unos 20 años y lo hojeé. El título y el tema se me han quedado grabados todos estos años. Llega un punto, generalmente después de años de opresión, cuando una posesión llega a ser tan manifiesta, tan completa, que se necesita una guerra espiritual total para derrotar a las fuerzas de la maldad que oprimen el alma de un individuo. Lo mismo ocurre con una nación y una cultura. Estados unidos y Occidente están en ese lugar. Su cultura esta tan enferma por décadas de idolatría y adoración de falsos dioses que nada menos que reconocer a lo que nos enfrentamos y luego atacarlo en el poderoso nombre redentor a través del arrepentimiento, la oración constante y el ayuno nos llevara a la liberación.
En otras palabras, es hora de enfrentarse. Es hora de dejar de preocuparnos por lo que piensen de nosotros si no nos ponemos sus pútridas máscaras o nos ponemos sus venenosas inyecciones. ¿Cómo funcionó eso en Covid 1.0? Los demonios nos pisotearon y se rieron al salir. Es hora de ponernos humildemente toda la armadura de Dios, reconocer a quién y a qué nos enfrentamos -al mal sin diluir- e ir a la guerra.
Leo Hohmann
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