El martillo de Thor

Publié par Contra información sur 3 Juillet 2025, 18:41pm

Una secuencia en tres etapas puede describir la desaparición de la matriz religiosa de nuestras sociedades: religión activa (creencia y práctica regular), religión zombi (incredulidad con supervivencia de valores morales y sociales), religión cero (nada más). Apliqué primero esta secuencia al cristianismo, en sus diversas variantes: católica, protestante y ortodoxa. Luego la extendí a los dos monoteísmos padres, el judaísmo y el islam, más precisamente a su componente chií. Por lo tanto, podemos describir, para Escandinavia, por ejemplo, una secuencia de "protestantismo activo, protestantismo zombi, protestantismo cero". Para Irán, tendremos la misma secuencia, pero incompleta: "chiismo activo, chiismo zombi", sin descartar la posibilidad de un "chiismo cero" en el futuro. Para Israel, ya podemos describir una secuencia completa: "judaísmo activo, judaísmo zombi, judaísmo cero".

El caso de Israel, como el de los Estados Unidos, nos obliga a profundizar en el análisis histórico porque han aparecido nuevas religiones en estos dos países: evangelismo loco en Estados Unidos, judaísmo ultra-ortodoxo en Israel. Se trata de religiones, sin duda, pero que son innovaciones, poscristianas en un caso, posjudías en el otro. Nunca en la historia del protestantismo se había observado un dios tan frío, dispensador de gratificaciones monetarias en ausencia de moral; jamás en la historia judía, no se había observado el crecimiento exponencial de un grupo de holgazanes que viven de las subvenciones del Estado y del trabajo de sus esposas para andar en círculos en la Torá. Estas dos nuevas religiones tienen en común haber rechazado la ética de trabajo del protestantismo o el judaísmo. Estas dos innovaciones, sin embargo, no son las más importantes si se intenta captar el fenómeno religioso después del cristianismo o después del judaísmo.

Lo dije en La derrota de Occidente: el vacío que sucede al cristianismo produce una deificación del vacío, ese nihilismo que quiere la destrucción de las cosas, de los hombres y de la realidad. El nihilismo es la matriz de las nuevas religiones. Pero la verdadera nueva religión de masas es el culto a la guerra. Paradójicamente, o lógicamente, esta innovación nos lleva ante el monoteísmo. La historia humana alinea, en efecto, interminablemente, las religiones de la guerra, al mínimo de los dioses y de las diosas de la guerra. Ares y Atenea entre los griegos, Indra entre los indo-arios, Ningirsu en Sumer, Sekhmet en Egipto, sin olvidar el más conocido entre nosotros, gracias a Astérix, Toutatis, dios celta de la guerra. Nuestros antepasados los galos eran simplemente cortadores de cabezas.

Huitzilopochtli (Códice Telleriano-Remensis)

En el canal Fréquence populaire, hablando con Diane Lagrange sobre el último ataque estadounidense-israelí a Irán, mencioné, de forma un tanto improvisada, al dios azteca de la guerra, Huitzilopochtli, como posible candidato para la nueva religión estadounidense-israelí. Gracias al Pentágono, podemos hacerlo mejor. El nombre de la operación para bombardear las instalaciones nucleares iraníes, Midnight Hammer, nos señala al dios ideal. El "martillo" es el instrumento y emblema de Thor, el dios escandinavo (y más generalmente germánico) de la guerra. Un martillo de mango corto, que vuelve a la mano de su maestro después de golpear. Thor es, en este inicio del tercer milenio, el dios de los neonazis. Su mundo original escandinavo es hoy el lugar de un impresionante revival bellicista. Propongo pues nombrar culto de Thor la nueva religión de la guerra que sucede, en país protestante o judío, al monoteísmo y a su moral.

Necesitaremos imágenes para fijar este concepto. ¿Por qué no sustituir las estrellas de las banderas americana e israelí, con cinco o seis puntas, por el martillo de Thor? Cincuenta y un mini martillos de Thor, bien blancos, en la esquina izquierda de la bandera de la Unión; un solo martillo de Thor, bien azul, en el centro de la bandera israelí. Thor es el verdadero dios de América e Israel.

Emmanuel Todd