La Guerra de los clones ya ha comenzado

Publié par Contra información sur 5 Juin 2025, 18:20pm

La ciencia de la replicación de la identidad ya está aquí.

Te pueden robar la voz para engañar a tu familia y hacerles creer que dijiste cosas que nunca dijiste. Tu rostro puede ser falsificado a la perfección. Tu identidad digital puede ser clonada, predicha y reemplazada. Esto no es ciencia ficción, es la realidad documentada.

El fin de semana pasado, el presidente simplemente "repitió" una publicación que afirmaba que su predecesor fue ejecutado en 2020 y reemplazado por un clon. Si bien el propio Donald Trump ha cuestionado el estado cognitivo de Joe Biden y la legitimidad de los documentos firmados por un clon, al compartir esta teoría del clon sin comentarios a sus casi 10 millones de seguidores, amplificó una afirmación mucho más extrema. Es imposible determinar si Trump está troleando, alimentando teorías conspirativas o si quizás sabe algo que el resto desconocemos; lo importante es comprender las capacidades tecnológicas que hacen posibles tales escenarios.

Lo que sigue es una investigación sobre las capacidades tecnológicas documentadas, basada en artículos científicos, demostraciones corporativas, registros gubernamentales e informes de la industria. Donde especulo, les cuento. Cuando la tecnología está confirmada, las fuentes hablan por sí solas.

Nos dicen que ignoremos nuestros ojos

Cualquiera que me haya conocido en los últimos años sabe que siempre he creído que Biden no es el mismo que fue vicepresidente; no es una opinión política, solo un reconocimiento de patrones. Nos dicen que ignoremos lo que vemos. Un hombre con diferentes orejas, diferentes dientes, diferente forma de cráneo, diferente voz, diferente forma de andar y lo que parece un alma diferente, se dice que es el mismo hombre. Decir lo contrario se considera una locura.

¿La explicación habitual? Cirugía plástica. Pero esta es la realidad médica: ¿un hombre de su edad se sometería a bótox, lifting de párpados, implante de mentón, lifting facial, afeitado de mandíbula, rinoplastia, reducción de cejas e implantes de pómulos para modificar completamente sus orejas? La Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos confirma que los pacientes mayores de 65 años no presentan mayores tasas de complicaciones, pero este nivel de reconstrucción parece médicamente absurdo para alguien de la edad y la posición de Biden.

La tecnología para el engaño ya existe

Como explicó Jonna Méndez, exjefa de disfraces de la CIA, en sus demostraciones: «En cinco segundos, puedo cambiar por completo la apariencia de alguien. Llevamos décadas perfeccionándolo». Describía la tecnología que utilizaban con asombrosa eficacia en la década de 1970. ¿Imaginan lo que es posible ahora con la mejora digital y los materiales avanzados?

En 2025, un consultor recibió una multa de 6 millones de dólares por clonar la voz de Biden mediante IA, creando llamadas automáticas que sonaban exactamente como él, engañando a los votantes. Esta tecnología puede manipular a sus seres queridos haciéndoles creer que dijo cosas que nunca pronunció. La presidenta de la FCC, Jessica Rosenworcel, advirtió: «Ahora es barato y fácil usar la Inteligencia Artificial para clonar voces y abrumarnos con sonidos e imágenes falsos».

En 2018, quien parecía ser Barack Obama emitió un anuncio de servicio público advirtiendo sobre los deepfakes, pero no era Obama en absoluto. Jordan Peele había sintetizado completamente el rostro y la voz de Obama. En el video, "Obama" advirtió: "Estamos entrando en una era en la que nuestros enemigos pueden obligar a cualquiera a decir lo que quiera, en cualquier momento".

El mensaje era de advertencia, pero el subtexto era inequívoco: la tecnología ya existe, y la advertencia era la prueba. Como exploré en mi serie MKULTRA sobre la manipulación de la conciencia, hemos entrado en una era donde ver ya no es creer.

Pero va más allá de voces y rostros. Hoy en día, los investigadores están construyendo "gemelos digitales": simulaciones basadas en IA que replican tu comportamiento, preferencias y respuestas emocionales en tiempo real. Ecosistemas enteros de redes sociales se están replicando para estudiar cómo se mueve la información, cómo se difunden las creencias y cómo se puede influir en las poblaciones sin que lo sepan.

Si pueden replicar una plataforma entera, pueden replicar a una persona. Y si pueden replicarte a ti, pueden predecirte, adelantarse a ti, suplantarte y, eventualmente, reemplazarte. No solo biológicamente, sino psicológicamente. No solo copian tu cuerpo, sino que replican cómo piensas, reaccionas y decides.

Las herramientas para falsificar un presidente están disponibles en el mercado. Solo falta tu consentimiento, y ya lo han automatizado. Cada clic, cada acuerdo que ignoras, cada escaneo biométrico que envías se convierte en consentimiento tácito.

Pero el mundo digital es solo el principio. La infraestructura para la manipulación biológica lleva décadas gestándose. ¿Y si existiera la tecnología para crear no solo clones digitales, sino réplicas biológicas? Este no es otro ataque aleatorio a nuestra consciencia; forma parte del mismo ataque coordinado que he estado describiendo, solo que desplegado a través de diferentes vectores.

Los planos genéticos de Epstein

Hace unos 18 meses, como parte de mi exploración de los sistemas de control tecnológico, comencé a investigar la clonación y su posible relación con el transhumanismo. Había leído informes sobre los intereses genéticos de Epstein en su Rancho Zorro, así que empecé a examinar el simbolismo de su isla en busca de pistas. Encontré una estatua de una vaca Holstein Friesian que ocupaba un lugar destacado en su propiedad.

Eso me llamó la atención porque acababa de leer que Ghislaine Maxwell había salido con Ted Waitt, el CEO de Gateway Computers, pero lo que me animó aún más fue darme cuenta de que Gateway usaba exactamente esa misma raza de vaca como identidad de marca.

Así que investigué más a fondo esta raza. Resulta que los Holstein Frisones no solo han sido manipulados genéticamente, sino que han sido clonados activamente. Starbuck (2)II, un clon del famoso toro Hanoverhill Starbuck, nació en el año 2000 gracias a los esfuerzos conjuntos de instituciones canadienses de investigación agrícola. No se trataba de una técnica experimental, sino de una tecnología de clonación operativa, de hace décadas.

El New York Times reveló el deseo de Epstein de sembrar literalmente la raza humana con su ADN , embarazando a mujeres en su rancho de Nuevo México. Quería usar su fortuna para crear un programa de reproducción con su material genético. Cuando alguien con esos recursos y conexiones piensa en la manipulación genética a esa escala, la tecnología de clonación se convierte en el siguiente paso obvio. Al considerar las migajas simbólicas —la estatua de la vaca que representa una raza clonada, las conexiones a través de Maxwell con empresas tecnológicas que utilizan esa misma imagen—, se empieza a dibujar la imagen de alguien profundamente interesado en la manipulación y la replicación genética.

Lo que sea que estuviera sucediendo en el Rancho Zorro probablemente supere nuestra imaginación. Pero de algo estamos bastante seguros: no se trataba solo de chantaje o indulgencia. Según una extensa investigación de personas como Whitney Webb, la investigación genética de Epstein fue fundamental para su operación, que probablemente involucró a agencias de inteligencia como el Mossad, la CIA y/o el MI-6. El objetivo probablemente era asegurar el cumplimiento de los proyectos futuros, y dado su interés documentado en la manipulación genética humana, la clonación parece el siguiente paso lógico.

La ciencia ya está aquí

¿Recuerdan a la oveja Dolly? Para los lectores más jóvenes, fue el primer mamífero del que tenemos conocimiento creado mediante clonación reproductiva; nació en 1996.

Pero la clonación de animales se ha vuelto rutinaria desde entonces: los agricultores clonan ganado con regularidad, las celebridades clonan mascotas muertas por unos 50.000 dólares, y el presidente argentino, Javier Milei, posee cinco mastines ingleses clonados. La clonación de caballos es una industria lucrativa, con genes de caballos premiados que se venden por más de 200.000 dólares.

¿Crees que la estructura de poder desarrolló esta capacidad y luego simplemente... se detuvo?

Supongo que si Bill Clinton les dijo que detuvieran la investigación de la clonación humana, eso significa que lo hicieron, ¿no? Je.

Mientras Estados Unidos mantenía su moratoria, otros actores avanzaban. Una empresa israelí llamada Clonaid afirmó en 2002 haber realizado la primera clonación reproductiva humana, dando lugar a una niña llamada "Eva". La empresa parece estar vinculada a un movimiento religioso y, sinceramente, no sé qué pensar de sus afirmaciones.

Pero aquí está lo interesante: en 2018, el rapero Kid Buu declaró públicamente que era un clon de segunda generación producido por Clonaid, incluso proporcionando lo que él afirmaba era su número de modelo. Claro, podría ser un truco publicitario, pero es notable que hiciera referencia a la misma empresa.

Lo que definitivamente no es una farsa es esta historia de 2018: el científico chino He Jiankui anunció que había editado genéticamente bebés, afirmando estar "orgulloso de su trabajo" y afirmando que otra voluntaria estaba embarazada como parte de su investigación. La comunidad científica estalló en protestas, pero la tecnología claramente existía.

Casi al mismo tiempo, Matthew Meselson, un científico estadounidense de Harvard, que había ayudado a establecer prohibiciones internacionales de guerra biológica, advirtió que los avances tecnológicos podrían abrir una “caja de Pandora” de modificaciones genéticas que podrían “amenazar la esencia de la humanidad ”.

J. Craig Venter, quien trazó el mapa del genoma humano, dejó aún más claras estas capacidades en un testimonio de 2010 ante una comisión presidencial de bioética que el investigador Benjamin Conner descubrió: «Todo lo que se necesita es la información digital y un sintetizador de ADN... cualquier secuencia de virus que esté en las bases de datos públicas puede ser rehecha con bastante facilidad». Si la información genética son solo datos descargables, ¿qué impide que alguien descargue y reconstruya un ser humano?

Normalizaron los alimentos transgénicos. ¿Por qué los humanos estarían excluidos? La pista es que ya lo hacemos. Stefan Oelrich, de Bayer, describió la tecnología del ARNm en términos que suelen reservarse para la modificación genética. Como declaró Oelrich en la Cumbre Mundial de la Salud: «Realmente estamos dando ese salto para impulsar la innovación en terapias celulares y génicas... en definitiva, las vacunas de ARNm son un ejemplo de esa terapia celular y génica»

Si bien los verificadores de datos han enfatizado que Oelrich se centraba en la aceptación pública en lugar de hacer clasificaciones técnicas, su enfoque revela cómo los ejecutivos farmacéuticos ven estas tecnologías: como parte del mismo proceso de desarrollo. Se le dijo al público que se trataba de vacunas tradicionales, mientras que los expertos de la industria las discutían en el contexto de las tecnologías genéticas.

Hagamos una pausa. No se trata de si Biden es un clon, sino de si existen las herramientas para replicar, manipular o reemplazar a los seres humanos. Y existen.

De los experimentos nazis a la programación predictiva

De lo que estoy seguro es de que, para mediados del siglo XX, la experimentación humana poco ética estaba bien documentada mediante programas como MKULTRA y otros. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Operación Paperclip incorporó a algunos de los científicos más brillantes del mundo —investigadores nazis— directamente a la NASA, la CIA y otras agencias estadounidenses. No se trataba solo de científicos espaciales; muchos tenían experiencia en investigación biológica y genética.

Josef Mengele, el infame médico nazi, realizó horribles experimentos con gemelos en Auschwitz, documentando obsesivamente minúsculas similitudes y diferencias físicas. Según el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos, realizó cirugías, transfusiones e inyecciones innecesarias en gemelos, a menudo sin anestesia, en un intento por desentrañar los secretos de la herencia. Si bien sus motivaciones precisas siguen siendo objeto de debate entre los historiadores, su documentación metódica de los rasgos genéticos y el desarrollo de gemelos sugiere un interés por la manipulación genética que precede en décadas a las técnicas modernas de clonación.

Hollywood ha realizado películas que exploran estos temas. En los años 70, "Los muchachos del Brasil" retrató a nazis intentando clonar a Hitler utilizando muestras de ADN proporcionadas por Josef Mengele. Pero dadas las conocidas conexiones de Hollywood con la CIA y su propensión a revelar el método, ¿es posible que estas películas fueran preparatorias y no ficticias?

Un memorándum de la OSS de 1943 revela la intención de la CIA de utilizar a Hollywood para la guerra psicológica, lo que ahora reconocemos como programación predictiva.

Más recientemente, otras películas han explorado temas similares: Multiplicidad, La Isla , Clonaron a Tyrone, cada una normalizando el concepto de duplicación y reemplazo humano. Cuando la realidad empieza a reflejar la ficción, el público ya ha sido condicionado a aceptarla.

El oleoducto industrial

Existe una empresa llamada EctoLife que ha creado materiales promocionales para lo que llaman "la primera instalación de útero artificial del mundo". Afirman que incubaría 30.000 bebés criados en laboratorio al año, basándose en "más de 50 años de investigación científica pionera". El vídeo sobre el proyecto lo presenta como algo inminente, no hipotético.

Naturalmente, Reuters intentó desmentir esto calificándolo de "fuera de contexto", pero EctoLife mantiene que están planeando exactamente lo que muestra su video promocional. Esté o no operativo, el hecho de que alguien esté planeando seriamente la producción de humanos artificiales a escala industrial debería preocuparnos a todos.

Esto no es ciencia ficción, es un plan de negocios. Si pueden criar 30.000 bebés en un laboratorio, sin duda pueden criar a un político, a una persona influyente, a uno de ustedes.

Consideremos el panorama completo que está surgiendo: la tecnología para clonar humanos existe. Los recursos financieros existen. La infraestructura institucional existe. El precedente histórico existe.

En una era donde la tecnología avanzada de camuflaje, los dobles de cuerpo, la síntesis de IA y la manipulación genética son realidades confirmadas, ¿cómo puede alguien verificar la identidad auténtica? Cuando se puede clonar el rostro, falsificar la voz y reescribir el ADN con la tecnología existente, las suposiciones tradicionales sobre la identidad pierden su sentido. Como exploré en "ADN como Datos", mi análisis de la vigilancia biológica, estamos entrando en una era donde el mapa genético se convierte en otro vector de control y manipulación.

La carga de la prueba ha cambiado radicalmente. Ya no podemos asumir que las figuras que aparecen en nuestras pantallas son quienes dicen ser.

Lo que realmente está en juego

No afirmo que Biden haya sido clonado; aunque tengo una opinión, no tengo ni idea de si es solo un tipo con aspecto diferente, un actor con mascarilla, un deepfake en una pantalla verde o si realmente fue clonado. Mi objetivo es documentar capacidades tecnológicas que existen mucho más allá de la comprensión de la mayoría de la gente.

Esto es lo que sé con certeza: nos han mentido sistemáticamente sobre nuestra historia, nuestras capacidades técnicas y nuestra relación con el mundo que nos rodea. El teatro político oscurece la realidad tecnológica.

Cuando la identidad puede fabricarse y la biología reescribirse mediante métodos científicos comprobados, los conceptos tradicionales de consentimiento pierden su sentido. La soberanía ya no es un hecho: es un campo de batalla que se libra con tecnologías cuya existencia la mayoría de la gente desconoce.

Su gobierno oculta esta información. Los medios tradicionales la ignoran o la presentan como una teoría de la conspiración. Si no profundizan en esta realidad ahora y comparten lo que descubren, les están permitiendo reescribir la naturaleza fundamental de la existencia humana sin resistencia.

El escenario está listo

Cada pieza de esta infraestructura tecnológica ya existe:

Manipulación de identidad a través de tecnología de disfraz de la CIA y clonación de voz/rostro por IA.
Capacidades de ingeniería genética demostradas desde la oveja Dolly hasta los bebés editados genéticamente de He Jiankui y la modificación del ARNm.
Potencial de producción en masa a través de empresas como EctoLife que planean reproducción artificial a escala industrial.
Precedente histórico desde los experimentos nazis pasando por la Operación Paperclip hasta la investigación genética moderna.
Preparación cultural a través de la programación predictiva en películas y medios.
Infraestructura financiera evidenciada por las redes de investigación genética de Epstein y empresas como Altos Labs , Synthetic Genomics y Ginkgo Bioworks que desarrollan activamente capacidades de biología sintética.

Las guerras de clones no han comenzado: ya están aquí.

Que Biden sea un hombre con máscara o un clon, que Trump interprete un papel predefinido o que cualquier figura pública sea quien aparenta ser, importa menos que reconocer las capacidades documentadas que hacen posibles tales escenarios. Vivimos en un teatro donde la identidad es fluida, la biología es maleable y la realidad misma puede fabricarse.

Como documenté en mi serie MKULTRA —desde el Laboratorio que diseñó las herramientas psicológicas, pasando por el Teatro que organizó su despliegue, hasta la Red que las expandió globalmente—, estamos presenciando la culminación de proyectos de décadas de duración para diseñar la conciencia y la identidad humanas. La posibilidad de la clonación humana representa solo una frontera en esta guerra más amplia por la soberanía cognitiva.

Estas dinámicas políticas parecen teatro, y no me atrevo a venerar a los actores de una obra escrita por otros. En un mundo donde las personas pueden ser reemplazadas como actores de una película, debemos centrarnos en las ideas y las agendas, no en los actores individuales en escena.

Para más adelante: El misterio de la repoblación

Uno de los misterios más asombrosos que he explorado es lo que parece ser una masiva operación de "repoblación" a finales del siglo XIX en Estados Unidos, que la mayoría de los libros de historia nunca mencionan. Las Ferias Mundiales exhibían bebés prematuros en exhibiciones de " bebés de incubación", como maravillas científicas y espectáculos eugenésicos. Los " trenes de huérfanos " reubicaron a unos 250.000 niños de las ciudades de la Costa Este a zonas rurales, prácticamente como mano de obra en régimen de servidumbre. Las granjas de cría de bebés aceptaban niños no deseados para obtener ganancias, y muchos simplemente los abandonaban a su suerte.

Les Fées aux Choux (El Hada de las Coles), posiblemente la primera película narrativa jamás realizada en 1896, mostraba bebés creados artificialmente a partir de plantíos de coles. Para los espectadores de la época, este concepto aparentemente tuvo suficiente resonancia como para justificar su filmación y distribución. ¿Por qué la creación artificial de seres humanos sería el tema de la primera película narrativa de la historia? ¿Qué contexto existía entonces que hiciera que este concepto fuera familiar en lugar de impactante?

Este es un tema mucho más profundo que se conecta con todo lo que hemos discutido aquí de maneras que podrían sorprenderte; un tema que exploraré con más profundidad en un próximo artículo. Si te interesan los aspectos más alucinantes, visita el canal de YouTube de Mind Unveiled, especialmente su exploración de los "bebés de las parcelas de col". Sí, el cuento popular de que los bebés vienen de las parcelas de col tiene raíces históricas más extrañas de lo que imaginas. Por ahora, comprende que el patrón de control tecnológico sobre la identidad y la reproducción humanas podría no ser realmente nuevo; apenas está alcanzando su culminación tecnológica.

El ajuste de cuentas final

El escenario está listo. La tecnología está desplegada. Pero el público sigue dormido, y la trama nunca fue nuestra, para empezar.

Si pueden reescribir la identidad, pueden reescribir la memoria, el comportamiento y el consentimiento. Esto no es solo ciencia, es autonomía humana.

En este teatro de máscaras y espejos, la mayor ilusión es que simplemente estás observando. No eres parte del público; te están escribiendo.

Si todavía te preguntas "¿Es Biden un clon?", ya te perdiste el punto.

Joshua Stylman

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