Los contratos militares, la manipulación de políticas y la censura exponen la verdadera naturaleza de la respuesta al COVID-19
Esta es la tercera parte de una discusión de tres partes en Freedom Train International, organizada por el periodista independiente Wayne Peters. Sasha Latypova, el Dr. Joseph Sansone y yo denunciamos una campaña impulsada por militares disfrazada de política de emergencia. Descubrimos capas de engaño (desde contratos del Departamento de Defensa hasta colusiones políticas internacionales coordinadas) que revelan la verdadera naturaleza de la respuesta global.
Una operación militar, no medicina
Sasha Latypova mostró cómo la Ley PREP, diseñada estrictamente para amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares, se utilizó como arma para justificar el despliegue global de "vacunas" a nivel mundial. Los contratos de Pfizer, Moderna e incluso las operaciones de censura se emitieron directamente a través del Departamento de Defensa de Estados Unidos, redactados como contratos de armas militares. Esto no era salud pública: era una guerra contra civiles
El papel de DARPA y la declaración temprana de guerra
Sasha reveló que DARPA contrató a gigantes farmacéuticos como AstraZeneca ya en 2017 para desarrollar "contramedidas" de respuesta rápida. También expuso que DARPA declaró al COVID-19 una amenaza a la seguridad nacional el 4 de febrero de 2020, semanas antes de cualquier anuncio público de emergencia. Fueron en gran medida los militares los que posibilitaron la respuesta, canalizando miles de millones de dólares hacia sí mismos y hacia sus socios corporativos mientras protegían las operaciones detrás de contratos redactados y una supervisión vacía.
Un llamamiento a la verdadera rendición de cuentas
La agenda del COVID-19 se extiende mucho más allá de la salud pública. Los actores corruptos se esconden detrás de marcos legales fabricados y utilizan la política como escudo para legitimar sus crímenes. El Dr. Sansone pidió una rendición de cuentas implacable, no solo contra figuras destacadas como Fauci, sino contra la red global de criminales que orquesta este ataque a la humanidad. Subrayó que la justicia no vendrá de la esperanza pasiva en los líderes políticos sino de la presión persistente sobre las instituciones para que reconozcan estas acciones como violaciones de las leyes sobre armas de destrucción masiva.
La amenaza tecnocrática global
Es importante hacer frente a la alianza de gobiernos, corporaciones e instituciones como la OMS y la ONU, que está utilizando la política para consolidar el control. No se trata sólo de crímenes pasados, sino de una agenda en curso, que se acelera mediante herramientas como la gobernanza de la inteligencia artificial, la vigilancia digital y las emergencias sanitarias perpetuas. Los mismos criminales detrás de la operación COVID-19 ahora están ampliando su alcance, justificando una mayor opresión bajo el pretexto de la eficiencia y la seguridad. Para contraatacar se necesita algo más que exponer la verdad: exige construir sistemas paralelos, rechazar sus políticas y negarse a participar en un sistema diseñado para esclavizar a la humanidad bajo la bandera del progreso. Nos enfrentamos a una elección: someternos a un sistema diseñado para destruirnos o resistir, reclamando autonomía y verdad.