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En un mundo donde cada acontecimiento significativo ha sido documentado meticulosamente con siglos de antelación, las impactantes revelaciones de Myron C. Fagin salen a la luz a través de una grabación de 1967. Fagin, un renombrado escritor de Hollywood que desenterró oscuros secretos dentro de la industria del entretenimiento, afirma que los principales acontecimientos del mundo han sido orquestados por un grupo poderoso y esquivo. Esta facción secreta, que él identifica como los Illuminati, supuestamente ha estado manipulando los asuntos globales desde sus inicios en el siglo XVIII. Según Fagin, esta organización clandestina ha estado profundamente involucrada en dar forma a la historia a través de una serie de eventos y operaciones encubiertas cuidadosamente planificadas. El relato de Fagin detalla cómo los Illuminati, fundados por Adam Weishaupt a finales del siglo XVIII, se infiltraron en varias instituciones para promover su agenda. Los Illuminati, afirma, evolucionaron hasta convertirse en el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) de los Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial, manteniendo su influencia bajo diferentes formas. Esta transición fue diseñada para enmascarar sus manipulaciones en curso y controlar las narrativas de los medios. Al adquirir control sobre los medios de comunicación y prensa, Fagin sostiene que el CFR, como encarnación moderna de los Illuminati, ha asegurado que el público siga siendo engañado y desinformado sobre la verdadera naturaleza de las conspiraciones globales. Fagin profundiza en los mecanismos de esta gran conspiración, explicando cómo los Illuminati fomentaron estratégicamente eventos históricos clave, incluidas grandes guerras y revoluciones. El plan, afirma, implicaba orquestar conflictos como la Primera y Segunda Guerra Mundial, y utilizarlos para promover su objetivo final de establecer un gobierno mundial. Esta estrategia también incluía promover divisiones ideológicas y apoyar movimientos revolucionarios para desestabilizar naciones y religiones. Según Fagin, estas manipulaciones históricas eran parte de un plan más amplio impulsado por figuras como Albert Pike y Giuseppe Mazzini para lograr un control a largo plazo sobre los asuntos globales. Finalmente, Fagin advierte sobre un inminente levantamiento cataclísmico, predicho por los documentos históricos de los Illuminati, cuyo objetivo es destruir el cristianismo y el ateísmo simultáneamente. Este trastorno, afirma, allanará el camino para el establecimiento de un nuevo orden mundial bajo la influencia directa de la verdadera doctrina de los Illuminati. El objetivo final de los conspiradores es crear un mundo en caos, donde la población restante, desilusionada y sin líderes, acepte una nueva forma de dominación global. Este funesto pronóstico sirve como un escalofriante recordatorio de la supuesta profundidad del control y la manipulación ejercida por los Illuminati a lo largo de la historia.