Este estudio examina la asociación entre la vacunación contra COVID-19 (ARNm) y la aparición de la enfermedad de Alzheimer (EA) y su fase prodrómica, el deterioro cognitivo leve. (MCI) » 558.000 personas mayores de 65 años.
Antecedentes: Los desafíos de la pandemia de COVID-19 se extienden a las preocupaciones sobre los efectos secundarios de las vacunas, en particular los posibles vínculos con enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer (EA).
Objetivo: Este estudio examina la asociación entre la vacunación COVID-19 y la aparición de la EA y su estado prodrómico, el deterioro cognitivo leve (DCL).
Diseño: Se llevó a cabo un estudio de cohorte retrospectivo a nivel nacional aprovechando datos del Servicio Nacional de Seguro Médico de Corea.
Métodos: El estudio, realizado en Seúl, Corea del Sur, analizó datos de una muestra aleatoria del 50% de los residentes de la ciudad de 65 años o más, para un total de 558.017 personas. Los participantes se dividieron en grupos vacunados y no vacunados, y las vacunas incluyeron vacunas de ARNm y ADNc. El estudio se centró en la incidencia de EA y MCI después de la vacunación, identificadas mediante códigos ICD-10, mediante análisis logísticos multivariados y de regresión de Cox. Los pacientes con demencia vascular o enfermedad de Parkinson sirvieron como controles.
Resultados: Los resultados mostraron una mayor incidencia de deterioro cognitivo leve y EA en personas vacunadas, especialmente aquellas que recibieron vacunas de ARNm, dentro de los tres meses posteriores a la vacunación. El grupo vacunado con ARNm tuvo una incidencia significativamente mayor de EA (odds ratio [OR]: 1,225; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,025-1,464; p = 0,026) y DCL (OR: 2,377; IC: 1,845-3,064; p < 0,001) en comparación con el grupo no vacunado. No se encontró relación significativa con la demencia vascular o la enfermedad de Parkinson.
Conclusiones: Los datos preliminares sugieren un vínculo potencial entre la vacunación contra la COVID-19, en particular las vacunas de ARNm, y una mayor incidencia de EA y MCI. Esto destaca la necesidad de realizar más investigaciones para dilucidar la relación entre las respuestas inmunitarias inducidas por las vacunas y los procesos neurodegenerativos, lo que aboga por un seguimiento e investigación continuos de los impactos neurológicos a largo plazo de las vacunas.
© El autor(es) 2024. Publicado por Oxford University Press en nombre de la Asociación de Médicos. Todos los derechos reservados. Para obtener permisos, envíe un correo electrónico a: journals.permissions@oup.com.
ttps://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38806183
Estas estadísticas son aterradoras: en los tres meses siguientes a las inyecciones, se contabilizaron 558.000 personas, con un 50% más de casos de Alzheimer y 3 veces más de demencia en los vacunados que en los no ... Leer más