Gilad Atzmon – un israelí critica a Israel

Publié par Contra información sur 10 Décembre 2023, 11:37am

Por qué necesitamos hoy voces críticas sobre Israel

Cuando se trata del Estado de Israel, las voces críticas son raras, especialmente en los países de habla alemana. En cambio, escuchamos cada vez más a menudo en los círculos de los grandes partidos populistas de oposición de derecha, como el AfD y el FPÖ, que “Un ataque de Israel sería un ataque contra todos nosotros.» (Alexander Gauland) e incluso en Austria, Herbert Kickl se unió a todos los partidos parlamentarios a favor de Israel. Por lo tanto, es tanto más importante que las voces críticas cuestionen la imagen de Israel "como única democracia en Oriente Medio" difundida acríticamente por los medios de comunicación, para poder dibujar una imagen realista de la situación en la región. Porque sin esto no será posible llevar a cabo una política exterior en Oriente Medio que responda a los intereses de Alemania y Europa.

Del sionismo al entendimiento entre los pueblos

Una de esas voces críticas e israelíes es la del músico, activista político y autor israelí Gilad Atzmon. Nacido en 1963 en Jerusalén, estuvo imbuido desde muy joven de la tesis de la superioridad de los judíos sobre los árabes. Su abuelo fue miembro de la organización terrorista Irgun, que llevó a cabo atentados contra la presencia británica en Palestina durante el Mandato Británico. Además del odio a los árabes y a los británicos en Palestina, también aprendió de él el odio a Alemania, razón por la que su padre no le permitió comprar un coche alemán.

Lleno de entusiasmo, el joven Atzmon se preparó para servir en el ejército israelí, las FDI, a la edad de 17 años. Su generación creció con la increíble victoria de Israel sobre sus vecinos árabes en la Guerra de los Seis Días, que implantó en sus mentes, como personas con educación secular, la fábula de la superioridad israelí sobre los árabes. Sólo conocía a los palestinos como trabajadores agrícolas, personas que reparaban sus coches por la mitad del precio normal, pero no como personas con las que trabajaba o interactuaba.

El contacto con el músico de jazz negro Charlie Parker, cuya música le atraía pero que no tenía nada que ver con las tesis de la superioridad del “pueblo elegido” y la moral chauvinista, supuso para él un primer punto de inflexión. Cuando estalló la guerra del Líbano, en junio de 1982, Gilad Atzmon ya se sentía más atraído por el jazz que por el sionismo, razón por la cual pidió entrar en la Banda de la Fuerza Aérea israelí, cosa que hizo. En 1984, él y la orquesta visitaron el famoso campo de detención israelí de Ansar, en el sur del Líbano. Fue allí donde conoció por primera vez a los combatientes de la OLP encarcelados, que no eran devotos como los palestinos en Israel, pero estaban animados por un espíritu de lucha. El joven Gilad se da cuenta en ese momento de que estas personas no son esclavos sumisos sino luchadores por la libertad. Cuando el oficial del campo israelí finalmente le mostró las celdas de aislamiento de 1 m y 20 m de altura, le dijo: Dos días en estas celdas convierten a cada hombre en un sionista fanático", sabe que está en el lado equivocado. A partir de entonces empezó a cuestionar críticamente la doble moral del Estado de Israel. Se dio cuenta de que "Shalom" no significaba paz para los israelíes, sino seguridad a expensas de los palestinos, y que si los judíos tenían derecho a regresar después de 2000 años, los palestinos perdían el suyo en cuanto permanecían fuera del país durante más de dos años.

¿Qué judío errante? – una crítica al “judaísmo” de Israel

En su libro ¿The Wandering Who??» (¿Qué judío errante?) (2011), somete la política de identidad israelí y la imagen del Estado judío a una crítica en profundidad. Distingue tres dimensiones de la identidad israelí: por un lado, los judíos como seres humanos, por otro, el judaísmo como religión y, finalmente, el judaísmo como ideología. Refiriéndose al historiador israelí Shlomo Sand y su obra “La invención del pueblo judío» (2011), Atzmon cree que no existe un pueblo judío étnicamente homogéneo. Por el contrario, el judaísmo primitivo, como el cristianismo, fue una religión misionera, lo que explica el surgimiento de comunidades judías en España y la conversión de los jázaros al judaísmo. Por lo tanto, los inmigrantes judíos no estarían en continuidad con los antiguos judíos en Palestina; los análisis genéticos incluso sugieren que los palestinos actuales están más cerca de los antiguos judíos que de los israelíes actuales. Por tanto, el reclamo sionista sobre Palestina no es más que hasbara (propaganda). Pero para los sionistas, esta creación del “judaísmo” es importante, por un lado para secularizar la idea de que los judíos son un pueblo elegido (espiritualmente) y, por otro, para justificar el proyecto sionista.

El lobby israelí: escudo de Israel en el exterior y obstáculo en el camino hacia la paz

De manera similar, Gilad Atzmon muestra que Israel ha establecido una red de grupos de presión internacional centrada en Occidente, que obstaculiza más que bien el establecimiento de la paz con los palestinos. El joven, que tuvo numerosos contactos con sobrevivientes del Holocausto en Israel en su juventud, critica aquí la explotación por parte del Estado judío de la persecución nazi de los judíos para justificar su propia persecución de los palestinos.

Según Atzmon, esto no sólo justifica el chovinismo israelí y sus crímenes contra los palestinos, sino que también hace que Israel sea incapaz de extraer lecciones de la historia, vista como una serie de acciones y las consecuencias que se derivan de ellas. En cambio, en la conciencia israelí sólo existe un pragmatismo a corto plazo, desprovisto de toda ética hacia aquellos que no representan el chovinismo israelí, ni siquiera hacia la oposición israelí en su propio país.

Para ilustrar las terribles consecuencias que esto podría tener para el mundo entero, cita el debate en Israel sobre un posible ataque nuclear contra Irán, que se debate periódicamente en el contexto de la llamada “opción Sansón”. En la lucha contra los propios enemigos, cualquier medio está justificado, incluso si pudiera resultar en la extinción de la humanidad. Quienes no aprenden de su propia historia están condenados a repetirla: en este punto, el activista político israelí menciona que Estados Unidos y el Reino Unido también seguirían ese camino, porque no reflexionan sobre sus propios crímenes durante la Guerra Mundial. II durante los bombardeos de Dresde, Hamburgo y Nagasaki. Por lo tanto, se verían obligados a continuar con su propio imperialismo hoy.

Su análisis de la política de identidad israelí culmina en la tesis de que la paz en Oriente Medio con Israel sólo es posible si este último renuncia a su pretensión de "ser elegido". Porque, según Atzmon, el tribalismo y el universalismo humanista no pueden coexistir. Pero entonces, ¿cómo puede ser la paz en Oriente Medio?

No habrá paz en Medio Oriente sin desionización de Israel

Mientras que a nivel internacional lo que se discute principalmente es la solución de dos Estados como solución de paz viable, el autor israelí toma un camino inesperado. Su propuesta es tan inusual como radical: la paz en la región sólo puede lograrse si Israel renuncia a su doble rasero moral y lleva a cabo una desionización del Estado. Con esto se refiere al derecho de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares, pero también al fin de la ideología chovinista del Estado de Israel. Sólo renunciando a las propias ideas de superioridad, reconociendo que el país en el que hoy viven millones de judíos es también la patria de los palestinos y que se llama Palestina, será posible la convivencia entre judíos y árabes.

La actual guerra en Palestina: un círculo vicioso para Israel

Aunque Gilad Atzmon ya no concede entrevistas a los medios desde la crisis del coronavirus, comenta sobre la actualidad en Oriente Medio en su cuenta de Telegram “Gilad Atzmon pensamientos y música”. En él, critica la conducción de la guerra israelí, calificándola de incompetente y de una consecuencia extrema de la política de identidad del Estado. Según él, el aventurero político Benjamín Netanyahu no sólo arruinó a las FDI y al Mossad bajo su gobierno, sino también la reputación de Israel en el mundo con los bombardeos selectivos contra niños y mujeres palestinos. Considera que el 7 de octubre fue el mayor desastre en la historia militar israelí, una consecuencia de la arrogancia israelí. Es evidente que el Estado de Israel no sólo es incapaz de proporcionar un hogar seguro a los judíos, sino que además representa hoy el mayor peligro para ellos, según los criterios de la "Doctrina Aníbal". En este contexto, Atzmon sigue pidiendo que Israel detenga su política de escalada y se convierta en “un pueblo como cualquier otro”.

Pero su pronóstico sigue siendo sombrío: Netanyahu no tiene nada que perder, pero los israelíes y los palestinos tienen mucho que perder.

por Alejandro Markovics

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