Las máscaras han caído, Occidente respalda el genocidio en Gaza

Publié par Contra información sur 15 Novembre 2023, 13:41pm

Aunque Palestina es, geográficamente hablando, un trozo de tierra muy pequeño y Gaza lo es aún más, los habitantes autóctonos de esta tierra han conmocionado al mundo entero.

"Libertad", "democracia" y un "orden basado en normas" es lo que los gobiernos occidentales autodenominados "civilizados" afirman que los guía.

El llamado "líder del mundo libre" afirma que su administración defiende el derecho internacional humanitario y que se oponen a toda forma de racismo y discriminación. Puede que esta retórica se haya mantenido en el pasado, pero a medida que los regímenes occidentales participan en el genocidio de otra población indígena más, esta vez en Palestina, la máscara que antes pendía de un hilo, finalmente ha caído.

El gobierno encabezado por el presidente estadounidense Joe Biden, que opera sobre el cementerio de una población indígena, está ordenando a su imperio que participe en otro genocidio. Los medios de comunicación occidentales, que durante años han reclamado objetividad y neutralidad, de repente son incapaces de informar simplemente sobre verdades básicas, e incluso lanzan propaganda al estilo nazi para justificar una matanza al por mayor de civiles inocentes en un campo de concentración.

Aunque es "Israel" quien ha masacrado directamente a más de 11.000 palestinos, cada vez está más claro que se trata de otra guerra de Estados Unidos, una guerra que todos los gobiernos occidentales están apoyando, mientras que sus pueblos están en su gran mayoría en desacuerdo. Es sólo cuestión de tiempo que la gente se dé cuenta de que el dinero de sus impuestos, ganado con tanto esfuerzo, se está enviando a financiar un genocidio, mientras los mismos gobiernos se niegan a financiar adecuadamente sus matrículas, su sanidad, sus infraestructuras, y trabajan en cambio para destruir la estabilidad económica de las generaciones más jóvenes.

A pesar de ser un concepto algo oximorónico para empezar, los gobiernos occidentales y las corporaciones que los poseen han proyectado la idea de que el liberalismo occidental es un sistema de valores superior que hace que sus naciones sean moralmente excepcionales a nivel cultural. Sin embargo, para los dirigentes del mundo occidental, la presentación de los ideales de Occidente tiene un problema importante: todo se ha basado en la noción de igualdad. Para los regímenes dirigidos por cleptócratas, cuya única comprensión de la democracia se centra en qué grupo de presión, multimillonario o corporación vota con la mayor donación, han conseguido mantener a muchos de sus leales electores convencidos de que su prolongada supremacía étnica era una cuestión del pasado.

Cuando se enseña a los niños occidentales la historia de Occidente, puede que reconozcan los pecados pasados del colonialismo, la esclavitud, el genocidio, el apartheid y todas las demás formas de opresión practicadas contra los no deseables con los que entran en contacto, pero a menudo intentan convertir en armas los males del imperio para sembrar la división entre los pueblos trabajadores de sus naciones. Un gran ejemplo de cómo han hecho esto recientemente, ha sido la militarización de la política de identidad en Estados Unidos, en la que el Partido Demócrata se había erigido como el campeón de todos los grupos de identidad minoritarios, mientras que el Partido Republicano asumió la imagen de un partido de identidad blanca con inclinaciones pseudo-populistas. Ambos bandos, que se habían apoderado esencialmente de la conciencia colectiva occidental, carecían por completo de un enfoque político basado en las clases, y tampoco presentaban remedios tangibles a las injusticias históricas/en curso cometidas contra diversos grupos.

En el mundo hiperconectado en el que vivimos hoy, nuestras sociedades occidentales son multiculturales en las grandes ciudades y todos los jóvenes poseen un teléfono inteligente con el que se informan sobre el mundo que les rodea. Estos jóvenes están económicamente desfavorecidos, en comparación con las generaciones anteriores, mientras que han crecido en un mundo de interconectividad que les ha educado en los ideales de oponerse al asesinato de personas que puedan parecer diferentes a ellos. I

Incluso a las personas con opiniones de derechas en Occidente hoy en día les resultaría moralmente difícil defender abiertamente el asesinato o la opresión de personas por su origen étnico. La retórica que defienden personas como el ex presidente estadounidense Donald Trump es, en realidad, el tipo de habría sido compartida casualmente en los medios occidentales en el momento de la invasión de Irak en 2003, incluso los partidarios del Partido Demócrata. Hoy, las ideas de Trump sobre los musulmanes, los inmigrantes y las mujeres son controvertidas, incluso despreciadas. La razón por la que es importante señalar esto, es porque el público occidental ha cambiado, especialmente los jóvenes.

Según los datos de las encuestas, parece que la mayoría de los votantes estadounidenses están a favor de un alto el fuego en Gaza, mientras que el presidente estadounidense, Joe Biden, ha caído a un mínimo histórico en su índice de aprobación, incluso dentro de su propio partido. En el Reino Unido, alrededor del 76% de los ciudadanos británicos encuestados respondieron diciendo que estaban a favor de un alto el fuego. Sin embargo, a pesar de ello, los dirigentes de Occidente ni siquiera se atreven a considerar la idea de un término medio tan básico, sino que apoyan el claro asesinato en masa de una población civil indefensa en Gaza.

El gobierno estadounidense se ha movilizado rápidamente para enviar decenas de miles de millones de dólares en ayuda militar y extranjera al régimen israelí, para que pueda continuar su genocidio en Gaza. Todas las grandes empresas occidentales y las agencias estatales de medios de comunicación han tratado a los palestinos como seres humanos inferiores que carecen de la empatía que merecen cuando los traen al entrevistarlos, con muy pocas excepciones, pidiendo a personas que han sufrido la masacre de sus familiares que condenen a Hamás e inventen formas creativas de que "Israel" siga matando a su gente. Mientras que, por otro lado, se permite que los líderes militares y políticos israelíes digan lo que piensan -en gran medida sin ser cuestionados- haciendo alegaciones ridículas, presentándolas como fiables.

Los occidentales están viendo en directo en las redes sociales la horrible matanza de la población civil de Gaza, el 70% de la cual ha sido desplazada y a la que se le ha negado toda ayuda humanitaria. Luego, si han de dirigirse al Presidente de Estados Unidos, éste miente abiertamente sobre haber visto fotos de "terroristas decapitando bebés [israelíes]" y pone en duda el número de palestinos asesinados. En la BBC, que publicó múltiples informes en los que afirmaba que los palestinos mueren, mientras que los israelíes son asesinados, están etiquetando al internacionalmente respetado Ministerio de Sanidad palestino como un "Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás". El Washington Post está publicando caricaturas de palestinos que los representan como los nazis hicieron con los judíos en la Segunda Guerra Mundial. El pueblo estaba mirando. Mentira tras mentira tras mentira tras mentira. Luego, cuando la única miembro palestina del Congreso estadounidense pide un alto el fuego y una Palestina libre "desde el río al mar", la mayoría de los miembros de su propio partido votan para censurarla.

Se han aprobado leyes anti-BDS en unos 35 Estados estadounidenses, a pesar de que constituyen una clara violación de la legislación estadounidense. Países europeos, como Alemania y Francia, han intentado prohibir por completo las protestas a favor de Palestina. En Canadá se está intentando ilegalizar los cánticos pro palestinos calificándolos de "discurso del odio". Todo ello mientras millones de personas llenan las calles de todo el mundo occidental para denunciar las atrocidades que se están cometiendo en Gaza.

La entidad sionista es el régimen más racista de la tierra, ahora está cometiendo una de las mayores campañas de bombardeos de la historia de la humanidad contra una de las zonas más densamente pobladas de la tierra.

El régimen israelí está reconocido por todos los principales grupos de derechos humanos como un régimen de Apartheid y los crímenes de guerra que está cometiendo en Gaza son tan criminales que resultan difíciles de mirarlos. Todos sus crímenes están siendo retransmitidos en todo el mundo las veinticuatro horas del día. No hay forma de que oculten su brutalidad, todo el mundo ve a diario las imágenes y los vídeos de las decenas de niños recién asesinados. Sin embargo, los dirigentes occidentales y los principales medios de comunicación fingen como si la realidad evidente no fuera lo que parece, distorsionan, mienten e incluso abogan abiertamente por la continuación de este genocidio.

Aunque Palestina es, geográficamente hablando, un pedazo de tierra muy pequeño y Gaza lo es aún más, los habitantes autóctonos de esta tierra han conmocionado al mundo entero. Su valentía, ya sean sus combatientes de la Resistencia, sus periodistas, sus médicos y conductores de ambulancias, o los supervivientes de los bombardeos asesinos que se han cobrado la vida de sus familias, son una inspiración para el mundo entero. Gaza es el pulso que mantiene viva a la humanidad, su gente y su fe nos infunden valor, revolución y nos inspiran para hacer del mundo un lugar mejor.

Puede que estemos a un mundo de distancia, pero nuestra alma vive hoy en Gaza. Lo que Palestina ha sacrificado, ha quitado las máscaras del imperio más poderoso de la historia de la humanidad, ha derrumbado cientos de miles de millones de dólares de mentiras que se han conjurado durante cientos de años.

Palestina está despertando al mundo. Aunque la revolución no comience mañana y el pueblo no haga acopio de su poder para salvar Gaza, la motivación crecerá y el ardiente deseo del pueblo servirá de inspiración a las generaciones venideras. Lo que se está haciendo a Gaza nunca podrá perdonarse y nunca se olvidará.

Roberto Inlakesh

almayadeen