Mientras la puesta en escena Ucrania va en aumento continúa el rastreo de las poblaciones

Publié par Contra información sur 3 Mars 2022, 17:20pm

No hay nada como una buena crisis para mantener a la gente ocupada. Y para hacer olvidar una buena crisis. Y hacer avanzar obstinadamente una agenda global.

No hay ninguna duda: en Ucrania se está librando una guerra desagradable que, por el momento, no parece que vaya a ser ganada fácilmente ni por los rusos ni por los ucranianos. La propaganda de ambos bandos es ahora implacable, propaganda de ambos bandos que se suma a los podridos sesgos de los medios de comunicación occidentales de distorsiones más o menos profesionales y a una falta de autocrítica que la pandemia (recordemos que esta fue la crisis anterior) no había cuestionado en absoluto.

Así que todo el mundo tiene la mente puesta en Europa del Este, y cada uno tiene su propio y fino análisis de la imprevisibilidad (o supuesta imprevisibilidad) de Putin, de las fuerzas implicadas, de las verdaderas razones del conflicto y, por supuesto, de los verdaderos objetivos de unos y otros, que todo el mundo sabe que están a unos pocos clics de ratón en una u otra red social que no está en absoluto controlada de cabo a rabo.

Y después de dos años de descubrir que nuestros medios de comunicación decían tonterías casi todo el tiempo, todo el mundo se olvidó inmediatamente. Así que volvemos a escuchar fervientemente a los mismos medios de comunicación escupiendo las mismas aproximaciones, las mismas mentiras, ocultando las mismas verdades incómodas del discurso oficial, participando así en esa especie de comunión de mente debilitante en la que una masa considerable de personas burbujea con cierto deleite.

Esto es extraordinariamente conveniente porque permite que pase completamente desapercibida toda una avalancha de noticias que sólo son buenas para una ínfima parte de la humanidad y son una pesadilla en ciernes para más del 99,9% del resto. Al igual que un gorila en medio de un partido de pelota que ningún observador parece ver debido a la concentración en la pelota, los medios de comunicación y los políticos de hoy parecen decididos a hacernos contar los pases para olvidarnos del gorila en medio del juego:

Porque en el mismo momento en que Putin intentaba su aventura ucraniana, impulsando a Europa y luego al mundo a un letargo pretermonuclear con pequeños trozos de traje NBC y grandes trozos de guerra no del todo fría, la prensa retransmitía con púrpura discreción varios avances importantes de varias entidades estatales y paraestatales en el campo de la identidad electrónica.

Es así como la OMS está impulsando con fuerza y persistencia la idea de imponer un pasaporte mundial de vacunas, obviamente electrónico, presentado como la clave para viajar internacionalmente sin problemas y con alegría.

Sí, aunque la experiencia pasada de los pequeños pases sanitarios y luego de vacunación habrá permitido tomar conciencia de la sociedad a dos velocidades que las instituciones promotoras pretendían instaurar, la agenda continúa sin parecer querer descarrilar. Y el hecho de que estos pases y otros sistemas de numeración ciudadana puedan ser utilizados, en términos muy concretos, para establecer segregaciones, divisiones y castigos para cada individuo no parece asustar más que a una pequeña banda de acérrimos (convenientemente llamados conspiracionistas o cualquier otro término desacreditador del momento, desde vacuno-escéptico o antivax hasta fascista).

Mejor aún: paralelamente a la OMS y a sus desastrosos proyectos de etiquetado de la población, Estados Unidos, aunque abandona estado por estado las diversas obligaciones más o menos ridículas que había puesto en marcha, está sin embargo pensando muy bien en establecer un pasaporte local de vacunación: el proyecto "SMART Health card" permitirá por fin digitalizar las actuales tarjetas de vacunación del CDC y marcar al rebaño contribuyente (electrónicamente primero, el hierro candente será para más adelante)

El proyecto no es sólo una idea vacía. En la práctica, el funcionamiento preciso de este pasaporte es ya lo suficientemente conocido y detallado como para que muchos otros países se unan a Estados Unidos (y a la OMS) en su loco deseo de vigilar a todo el mundo, todo el tiempo: así, todas las provincias canadienses han adoptado ya la verificación de la SMART Health Card, (tarjeta sanitaria SMART), al igual que Aruba, las Islas Caimán, Singapur y Japón. En África, la tarjeta sanitaria SMART se está implantando en Kenia y Ruanda, los primeros de los 32 países africanos de la alianza Smart Africa en adoptar un enfoque digital de los historiales médicos.

En cuanto a la Unión Europea, ... bueno, no es de extrañar que ya tenga todo en sus cajas, muchas de las cuales ya están abiertas y con sus embalajes ya desembalados: Del mismo modo que es imperativo localizar al individuo en todas partes en América y en África, no sería adecuado ni limpio olvidar a Europa, que por ello se ha lanzado a construir su sistema de identidad electrónica, el eID, que permitirá -no hace falta decirlo, pero digámoslo igualmente- llevar la seguridad, la prosperidad y la paz a todas partes del mundo (del mismo modo que, por cierto, la Unión Europea que se suponía iba llevar la seguridad, la prosperidad y la paz al mundo con el éxito que se puede medir).

Gracias a los esfuerzos desplegados (con el pretexto de la "seguridad"), todos los estados occidentales y pronto todos los estados mundiales tendrán una forma de rastrear a todos y cada uno de nosotros y, lo que es mucho más práctico, de prohibirnos todas las transacciones comerciales, todas las interacciones sociales, toda la vida, sin siquiera tener que disparar un tiro, sin tener que usar la fuerza, sin tener que movilizar una costosa fuerza policial o un ejército.

No sabemos cómo terminará el triste circo ucraniano, pero nada parece detener la esclavización del pueblo. Nuestra atención se desvía con la ya habitual incoherencia crasa (queremos la libertad de los ucranianos pero nos oponemos ferozmente a la de los franceses, que no están vacunados, no están suficientemente marcados con el chip-QRCod, por ejemplo), pero por desgracia es mejor dejar que todas las autoridades occidentales hagan nuestras propias cadenas, coloquen nuestros propios barrotes a la prisión que estamos construyendo con la aplicación.

h16free