Los trastornos que traen la izquierda y la derecha al mundo

Publié par Contra información sur 27 Décembre 2023, 15:55pm

Es un gran error creer que la Guerra Fría terminó con la caída del Muro de Berlín y la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).

Aunque el bloque atlantista (el orden capitalista de la OTAN) salió victorioso políticamente, los conflictos ideológicos y filosóficos sólo remitieron durante un tiempo, y estamos asistiendo a un importante recrudecimiento en estos días. De la misma manera que los nazis fueron reutilizados por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, el marxismo, que sigue aportando el separatismo a las sociedades tras su hundimiento, se ha integrado intelectual e incluso económicamente en el capitalismo.

Es interesante señalar que estas dos corrientes, que sembraron la discordia entre las naciones durante décadas, fueron conspiradas por las mismas personas que dirigían ambos campos. De hecho, tanto el capitalismo como el comunismo sirven al gran capital sionista y masónico. Los campos de la OTAN y de la URSS, que se enfrentaron superficialmente, en realidad trabajaban mano a mano para cansar a las naciones.

Los analistas llaman a esta insidiosa regla la "dialéctica hegeliana". En pocas palabras, consiste en presentar una "antítesis" a una "tesis" y conseguir que el pueblo acepte una "síntesis" desesperada. Por ejemplo, el plan de Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial (FEM), de integrar la renta universal de inspiración comunista en la economía capitalista. Como si no hubiera una tercera vía o alternativa.

Pero las líneas entre la izquierda y la derecha deben mantenerse, porque por supuesto tiene que haber una oportunidad para imponer la ley marcial, que se presenta como una "síntesis" de los Estados frente a su creciente violencia social. ¿No nos recuerda esto al golpe de Estado del 12 de septiembre de 1980 en Turquía? Es su mejor herramienta para debilitar a un país y a una nación, fomentando los conceptos de "traidor" o "fascista" en ambos bandos y trayendo tanto prosperidad como hostilidad. Es más, por alguna razón las sectas de derechas e izquierdas se superpusieron con las obediencias suníes y alevíes en Turquía, por lo que la ya débil unidad social se desintegró por completo.

Más insidiosa es la explotación de las emociones humanas naturales. Los que quieren preservar los valores tradicionales y un modo de vida conservador caen en la trampa del capitalismo salvaje de derecha. Los que quieren justicia social y el fin de la guerra de clases caen, por desgracia, en la trampa del maxismo.

Como hemos visto, propagar el sectarismo es un método habitual; es esencial deshumanizar al bando contrario. Así, religiosos y laicos, conservadores y progresistas, nacionalistas y humanistas deben despreciarse mutuamente.

Así es como se divide una sociedad difícil de reunificar, y se acostumbra a llevar a cabo acciones violentas en ambos bandos porque las fuerzas secretas así lo han decidido. En otras palabras, los años 70, que fueron la pesadilla de nuestros mayores en Turquía, podrían volver al mundo entero.

Por supuesto, hay planteamientos moderados y no todas las partes recurren a un discurso degradante, pero esta división es un hecho consumado en la mente de las sociedades.

Es más, las corrientes extremistas vuelven a crecer estos días y la Escuela de Fráncfort se fortalece con quienes abusan de la religión. (NdA: la Escuela de Frankfurt es la cuna del marxismo cultural, de la perversión sexual, del movimiento "wokista" que escuchamos hoy en día y del LGBT radical).

Por tanto, las generaciones conscientes deben oponerse a estos juegos globales y luchar contra la retórica separatista. Todos debemos volver a trabajar por la unidad de la sociedad, tanto por nuestra propia psicología como por la de las generaciones futuras.

Özler ATALAY YÜKSELOĞLU

ozlecarolo