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El mundo en el que vivimos es pequeño. El miedo a la "Variante Nu" de la que se habla constantemente proviene de las mismas personas e instituciones que crearon el miedo al COVID más reciente, y el anterior, y el anterior, remontándose al inicio de la histeria del Covid mania.
[Actualización: la Organización Mundial de la Salud ha etiquetado esta cepa como la "variante Omicron", omitiendo llamativamente la "Xi" del alfabeto griego].
La prensa corporativa y los gobiernos de todo el mundo han montado un increíble alboroto sobre una supuesta nueva variante de COVID, la variante "Nu", que se ha detectado en Sudáfrica y Botsuana.
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Al igual que con los anteriores brotes de Histeria-19 fomentados por la clase dirigente, no hay ninguna razón estadística para alarmarse por esta nueva cepa, que es una de las 100.000 mutaciones del coronavirus.
La "nueva cepa" apenas ha producido casos confirmados en laboratorio, pero ya se ha sembrado el pánico en la opinión pública. El Reino Unido, en particular, ha aumentado el miedo a un nivel superior. El país ya ha añadido varios países africanos a su lista de prohibición de viajar, citando la nueva cepa.
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Como todas las políticas prescritas por los gobiernos para combatir un virus, las prohibiciones de viajar no detienen un virus, pero sí consiguen agitar los mercados y las masas en ataques de locura.
Y no es casualidad que el Reino Unido sea de nuevo pionero en actuar en el frente de la "cepa Omicron".
La histeria de la nueva variante se originó en el Imperial College del Reino Unido, sede de una institución de modelos académicos corrupta y de mala reputación que hizo proselitismo a favor del confinamiento del mundo occidental. A lo largo del COVID Mania, el Imperial ha sido la fuente de innumerables versiones de propaganda de la "nueva cepa". La institución no sólo participa en la modelización de mala calidad. Fomenta la locura y exige una serie de medidas totalitarias para hacer frente a sus creaciones narrativas defectuosas
La campaña de miedo a la nueva variante comenzó a principios de esta semana con un mensaje en Twitter de Tom Peacock, un treintañero postdoctoral empleado en el Imperial College de Londres. Prendió fuego a la polvora por su interpretación alarmista de la variante, y describió que la nueva cepa tenía un "perfil de mutación de la proteína espiga verdaderamente horrible".
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Los medios de comunicación corporativos, los gobiernos a nivel mundial y otras instituciones han regurgitado las proclamas pandémicas de Peacock, desencadenando una nueva series de demandas autoritarias de la clase dirigente.
El pánico actual por la nueva cepa llega en un momento en que los casos de COVID-19 están aumentando en Europa, a pesar de la adopción universal de las inyecciones de ARNm que se prometieron para resolver el problema del COVID-19".
Al parecer, esta "nueva cepa" se ha encontrado en Europa, llevando la narrativa de los medios de comunicación aún más hacia el abismo totalitario.
Esta "nueva cepa" habría sido descubierta en Europa, empujando la narrativa mediática hacia el abismo totalitario.
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Con afirmaciones difundidas a las masas por las grandes empresas tecnológicas y los gobiernos del mundo, la Organización Mundial de la Salud, influida por Gates Inc. y China, está sembrando el máximo pánico y terror.
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Aparte del Partido Comunista Chino, ninguna otra institución ha tenido tanta influencia en las políticas destructivas de COVID-19 como el Imperial College de Londres.
El Imperial College de Londres fue el responsable de los tristemente celébres "modelos apocalípticos" del COVID-19, que prometían que millones de personas serían eliminadas de la faz de la tierra si el mundo occidental no se confinabaen marzo de 2020 a causa de COVID-19. La idea de que el mundo debía "aplanar la curva" mediante confinamientos pseudocientíficos nació de un modelo académico erróneo de Neil Ferguson, epidemiólogo del Imperial College. Cuando se le pidió que abriera sus modelos, Ferguson se negó rotundamente. Posteriormente, dimitió en desgracia del consejo asesor científico del gobierno británico. Sin embargo, el "Profesor Confinamiento" sigue siendo, de un modo u otro, una figura muy influyente en la conducción de las políticas de respuesta a la pandemia totalitaria en Gran Bretaña.
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En cuanto a las nuevas cepas, parece que todo lo pasado vuelve a ser de actualidad. El Imperial fue la fuente principal de la nueva variante de los modelos de miedo de 2020. Fue por estas fechas el año pasado cuando el Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, citando las especulaciones del Imperial sobre una cepa diferente, lanzó un confinamiento invernal.
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Lea mi artículo en El Dossier sobre esta "nueva cepa" de 2020 y verás los increíbles paralelismos. La propaganda de la "nueva cepa Omicron" de Sudáfrica y Botsuana se basa en la misma campaña del miedo, pero en una versión con nuevo aspecto. Es exactamente el mismo manual.
El año pasado comenzó con Erik Volz, un epidemiólogo del Imperial College de Londres, que afirmó que la nueva cepa era un 70% más transmisible. Sus palabras exactas fueron utilizadas después por el Primer Ministro Johnson para justificar su confinamiento.
Antes de Nu, el último scariant, más conocido como la "variante Delta", tuvo una campaña de marketing viral similar detrás de su aparición.
Lea el resto del informe aquí.
En particular, los departamentos de virología y epidemiología del Imperial han recibido increíbles cantidades de fondos de la Fundación Gates, el impulsor más influyente de la política de "salud pública" mundial. Según una revisión de sus registros públicos, Gates Inc ha entregado cerca de 300 millones de dólares al Imperial College London.
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