Dos misiles balísticos disparados en el Mediterráneo y en dirección del territorio sirio acabaron hundiéndose en el mar el 3 de septiembre de 2013.
La información fue revelada primeramente por el ministerio ruso de Defensa sin indicar el origen de los lanzamientos. Al cabo de unos 20 minutos de confusión y alarma generalizada, Israel y Estados Unidos reconocieron haber sido los autores de los disparos.
Según el Estado Mayor sirio, el objetivo era poner a prueba las frecuencias de radar que utiliza la defensa antiaérea de Siria.
La operación confirma al mismo tiempo el papel de Israel en el dispositivo de ataque estadounidense contra Siria.
Fuente:voltairenet.org
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