Overblog Tous les blogs Top blogs Politique Tous les blogs Politique
Editer l'article Suivre ce blog Administration + Créer mon blog
MENU

Le blog de Contra información


El sueño de la razón engendra monstruos

Publié par Contra información sur 9 Octobre 2025, 10:49am

El sueño de la razón engendra monstruos

Desde el coronacirco, el miedo se ha convertido en el nuevo opio del pueblo. 
Se ha infiltrado en todas partes: en las venas, en las miradas, en las conversaciones. 
La gente ya no respira, cuenta sus respiraciones. Ya no vive, espera la siguiente orden. Y cuando llega, la orden, obedece, dócil, convencido de estar del lado del Bien. Lo vi, este miedo. Lo oí en la voz temblorosa de una mujer que conocí ayer. 

Una buena jubilada, educada, feliz de que le hablaran, lo que, por cierto, me conmovió. Me confesó que «los jóvenes son irrespetuosos». Eso estuvo bien: yo mismo acababa de tener un encontronazo con un pequeño déspota con chaleco de autobús, el tipo de conductor que confunde su volante con un cetro. En resumen, hablamos, nos quejamos. Y de repente, su rostro se congela. Me habla de la guerra. De Putin. Del gran loco de Moscú que, al parecer, nos va a sumergir en el apocalipsis. 
Tembló. Cita a los expertos, a los «analistas». Y entonces, la frase cae, la frase de siempre: «En la tele, dijeron que…». Ahí lo tienes.  La tele.
Esta máquina infernal que nunca muestra la realidad, sino el miedo a la realidad. Esta caja de imágenes que blanquea el cerebro. La tele es la misa vespertina de los modernos: se arrodillan, escuchan, repiten. Creen. Y tienen miedo.

Porque el miedo es conveniente. Nos impide pensar. Lo justifica todo: la docilidad, la cobardía, el odio al prójimo. Un pueblo con miedo es un pueblo que se deja gobernar por la fuerza.

Miro a esta mujer, sincera en su angustia, sincera en su ilusión. 
Y me digo que no está sola: hay millones de ellas, infectadas por el miedo. Miedo al virus, miedo al prójimo, miedo a la guerra, miedo a la escasez, miedo al futuro, miedo a todo. El miedo se ha vuelto moneda corriente. Lo intercambiamos, lo compartimos, lo cultivamos. Y como la mayoría está vacunada, con microchip, tranquilizada, lo creen aún más. Todas están domesticadas. Han negociado con sus instintos. Su sentido común. Solo se indignan con la aprobación del presentador. Ya no se rebelan. Le tienen miedo a todo.

Y los veo hundirse en esta marea de ansiedad, alimentada, inflada y perfundida por las pantallas. Ya no puedo compadecerme de ellos. No después de 2020. Porque a fuerza de miedo, han dejado de existir. Han encerrado sus almas bajo cristal, sus conciencias bajo tutela, su libertad en el congelador.
Pero hay algo que el miedo jamás podrá digerir: la lucidez de quien no tiene nada que perder. Porque quien no tiene nada que perder no le teme a nada. Y ese es el verdadero peligro para el sistema: quienes ven con claridad. Los indómitos. Los insolentes. Los "locos" que se niegan a doblegarse ante la pantalla. No tiemblan. Ríen. El miedo jamás conquistará a quienes mantienen viva la llama de la duda, el gusto por el riesgo y la dignidad de pensar por sí mismos. Mientras haya una sola persona que se levante para decir que no, el miedo no reinará por completo.

Y, sin embargo, a pesar de este atisbo de resistencia, el panorama en el que vivimos delata un dominio sutil y omnipresente de la televisión. Y, cuando vemos los muros invadidos por este susurrador —el nombre que se le da a la televisión en la misteriosa sociedad Benedict (serie de televisión)— , comprendemos que la batalla está lejos de estar ganada.

La televisión se ha deslizado por todas partes: en los bolsillos, en las paredes, en las camas.  La televisión ha mutado. Ya no es solo una pantalla; es portátil, íntima, táctil. Ya no habla, susurra. Ya no muestra, hipnotiza. Pronto, apuesto a que le pedirán amablemente permiso para pensar a la susurradora. Y ella, con su sonrisa píxeles, les concederá, o no.

amaldjebbar

Pour être informé des derniers articles, inscrivez vous :
Commenter cet article

Archives

Nous sommes sociaux !

Articles récents