La misma empresa de biotecnología que dio origen a Moderna, la compañía detrás de una de las vacunas más controvertidas contra el COVID-19, ahora está volviendo su mirada hacia el suministro de alimentos. Flagship Pioneering, el gigante de capital de riesgo que financió el ascenso de Moderna, ha presentado una nueva empresa llamada Terrana Biosciences, diseñada para rociar cultivos con ARN sintético que se infiltra en las plantas, reescribe sus funciones biológicas e incluso puede pasar estas instrucciones genéticas artificiales a las generaciones futuras. Esto no es ciencia ficción; es la próxima frontera de la manipulación genética, una que plantea preguntas alarmantes sobre el control corporativo y gubernamental sobre la vida misma. Si el ARN puede ser diseñado para persistir en las plantas, extenderse a través de los ecosistemas y alterar la biología a voluntad, ¿qué impide que estas mismas fuerzas lo desplieguen en las poblaciones humanas, sin consentimiento, transparencia ni rendición de cuentas?
Puntos clave:
- Flagship Pioneering, la empresa matriz de Moderna, ha lanzado Terrana Biosciences para rociar cultivos con ARN sintético diseñado para penetrar en las plantas, alterar su biología y potencialmente transmitir rasgos a las generaciones futuras.
- La tecnología se basa en bibliotecas de ARN generadas por IA, que reflejan la misma plataforma de ARNm utilizada en las vacunas COVID-19 de Moderna, lo que genera preocupaciones sobre consecuencias no deseadas en la cadena alimentaria.
- Los documentos revelan planes pasados de entidades vinculadas al gobierno como EcoHealth Alliance para aerosolizar agentes biológicos sobre poblaciones humanas, lo que sugiere un precedente perturbador para el despliegue encubierto de ARN.
- La Ley PREP otorga al gobierno de Estados Unidos amplia autoridad para administrar medicamentos y productos biológicos experimentales sin consentimiento durante emergencias, dejando la puerta abierta para intervenciones forzadas con ARN.
- Los críticos advierten que la exposición crónica al ARN diseñado por IA en los alimentos podría tener efectos desconocidos a largo plazo para la salud, ya que estas moléculas fueron diseñadas para la manipulación, no para el consumo humano.
De las vacunas a los vegetales: el control del ARN se expande
Flagship Pioneering no es ajena a las audaces, y algunos dirían imprudentes, ambiciones biotecnológicas. Fundada en 1999 por Noubar Afeyan y Ed Kania, la empresa lleva mucho tiempo operando en la intersección de los contratos gubernamentales y la medicina experimental. Afeyan, quien también cofundó Moderna, desempeñó un papel fundamental en la obtención de miles de millones de dólares en financiación pública para la vacuna de ARNm contra el COVID-19 de la compañía, a pesar de su desarrollo apresurado y los numerosos informes de efectos adversos. Ahora, la misma estrategia se está aplicando a la agricultura.
Terrana Biosciences afirma que sus aerosoles de ARN ayudarán a los agricultores a combatir plagas, adaptarse al cambio climático y aumentar la producción, todo ello sin alterar el genoma de la planta. Sin embargo, esta distinción es engañosa. Mientras que los OGM tradicionales editan directamente el ADN, el enfoque de ARN de Terrana secuestra las vías de señalización natural de la planta, reprogramando eficazmente su biología desde dentro. Como admitió el director ejecutivo Ryan Rapp en una entrevista con AgFunderNews, los aerosoles de ARN anteriores simplemente cubrían las hojas antes de degradarse. La versión de Terrana, sin embargo, "realmente penetra en la planta", lo que permite una manipulación más profunda y persistente.
Un legado de experimentos biológicos encubiertos
El momento del lanzamiento de Terrana es inquietante, ya que se produce justo cuando documentos de denunciantes revelan planes previos para aerosolizar agentes biológicos sobre poblaciones humanas. La infame propuesta DEFUSE, presentada por EcoHealth Alliance a DARPA antes de la pandemia de COVID-19, detallaba planes para desplegar proteínas de espiga quiméricas de coronavirus y "vacunas autopropagantes" mediante drones, un método inquietantemente similar a la fumigación agrícola.
Peor aún, la Ley PREP otorga al gobierno estadounidense un poder casi ilimitado para administrar contramedidas médicas experimentales durante emergencias declaradas, protegiendo a funcionarios y corporaciones de toda responsabilidad. Si el ARN puede rociarse en cultivos bajo el pretexto de la "sostenibilidad", ¿qué impedirá su uso encubierto en humanos con el pretexto de prevenir enfermedades?
Jugando a ser Dios con la IA y la biología sintética
La plataforma de Terrana se basa en IA para generar estructuras de ARN sintético a partir de una vasta biblioteca de secuencias, imitando el lenguaje genético natural. Sin embargo, la naturaleza no diseñó estas moléculas para ser producidas en masa, rociadas y absorbidas por consumidores desprevenidos. La empresa presume de que su ARN puede persistir en el medio ambiente, propagarse a través de los tejidos vegetales e incluso volverse hereditario a lo largo de generaciones de plantas. Si estas instrucciones sintéticas se infiltran en el suministro de alimentos, ¿qué sucede cuando los humanos las ingieren a diario?
La historia ofrece precedentes sombríos. Desde el DDT hasta el glifosato, las corporaciones han asegurado repetidamente al público la seguridad de sus productos, solo para que la verdad saliera a la luz décadas después, sepultada bajo demandas y vidas arruinadas. Con el ARN, hay más en juego. A diferencia de los pesticidas químicos, las instrucciones genéticas pueden interactuar directamente con las células humanas, lo que podría desencadenar respuestas inmunitarias imprevistas o disfunción celular.
El auge de la agricultura de ARN no se trata solo de cultivos; se trata de control. Al dominar el código genético del suministro de alimentos, un puñado de élites biotecnológicas podrían dictar qué crece, qué prospera y qué termina en tu plato. Y si los gobiernos pueden imponer "tratamientos" basados en ARN durante emergencias, ¿qué les impide imponer alimentos con ARN bajo el lema de la "salud pública"?
Una vez liberado, el ARN sintético no puede ser recuperado. Se replica, se propaga y potencialmente altera los ecosistemas de maneras impredecibles. Las mismas fuerzas que precipitaron una vacuna experimental al mundo ahora atacan los cimientos mismos de la vida: los alimentos que comemos, las plantas que cultivamos y el orden natural que sustentan.
Lance D Johnson
Las fuentes incluyen:
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