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Manifestación pro-Palestina en la Universidad de Columbia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con suspender la financiación federal a cualquier colegio o universidad que permita que se realicen “protestas ilegales” y ha afirmado que castigará a los estudiantes que participen en las manifestaciones.
Trump hizo la advertencia en una publicación en su plataforma de redes sociales Truth Social el martes, después de que manifestantes propalestinos se reunieran frente al campus de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York.
“Se DETENDRÁ toda financiación federal para cualquier colegio, escuela o universidad que permita protestas ilegales”, afirmó.
El presidente continuó diciendo que los “agitadores” serán encarcelados o enviados permanentemente de regreso al país de donde vinieron, y agregó que “los estudiantes estadounidenses serán expulsados permanentemente o, dependiendo del delito, arrestados”.
No mencionó específicamente las protestas a favor de Palestina en su publicación, pero Trump ha amenazado previamente con deportar a cualquier estudiante que participe en las protestas contra el genocidio de los palestinos por parte de Israel en la Franja de Gaza.
A fines de enero, Trump firmó una orden ejecutiva, comprometiéndose a deportar a los estudiantes extranjeros que hayan participado en protestas propalestinas.
Afirmó que las protestas pro palestinas en los campus universitarios habían desatado una “ola sin precedentes de vil discriminación antisemita, vandalismo y violencia contra nuestros ciudadanos, especialmente en nuestras escuelas y en nuestros campus”.
Grupos de derechos humanos y académicos legales dicen que la orden viola el derecho constitucional a la libertad de expresión.
El último acontecimiento se produjo casi una semana después de que Leo Terrell, jefe del grupo de trabajo sobre antisemitismo del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), dijera que los manifestantes estudiantiles que participaron en las protestas a favor de Palestina podrían enfrentar años de prisión.
El anuncio se produjo cuando los estudiantes de la Universidad de Columbia iniciaron nuevas protestas propalestinas después de que dos estudiantes fueron expulsados por su activismo contra el genocidio.
Las amenazas de Trump también coincidieron con los discursos programados del ex primer ministro israelí Naftali Bennett en Columbia y Harvard en medio de protestas estudiantiles.
Más de 200 manifestantes pro palestinos y anti israelíes se reúnen frente a la Universidad de Columbia en Nueva York para manifestarse contra Bennett.
“La decisión de acoger a un hombre con un historial tan violento y abiertamente discriminatorio envía el mensaje de que la universidad valora algunas voces por encima de otras”, dijo en un comunicado un portavoz de la Coalición de Solidaridad con Palestina de Columbia, uno de los grupos que participaron en la protesta.
Mientras tanto, el gobierno federal dijo el lunes que estaba considerando terminar los contratos que tiene con Columbia por un valor de más de 50 millones de dólares, culpándola por no proteger a sus estudiantes judíos del antisemitismo en curso en las protestas.
La decisión de encarcelar a los estudiantes antiisraelíes se produce a pesar de que Trump había declarado su intención de "detener toda censura gubernamental" y "devolver la libertad de expresión a Estados Unidos" durante su discurso inaugural.
Durante el año académico anterior, las universidades y colegios estadounidenses emergieron como un foco de protestas propalestinas lideradas por estudiantes, lo que desencadenó una importante ola de manifestaciones en universidades de todo el mundo, donde cientos de estudiantes pidieron a sus universidades que desinvirtieran en empresas que tienen vínculos con el régimen israelí.
En la primavera, después de que estudiantes pro palestinos instalaran tiendas de campaña en la Universidad de Columbia y los funcionarios escolares trajeran a la policía de la ciudad para dispersar la manifestación, comenzaron a surgir campamentos similares en universidades de todo el país.
Las protestas estallaron en universidades importantes como Harvard, Yale, MIT y la Universidad de California, y con frecuencia se intensificaron hasta convertirse en enfrentamientos entre facciones de grupos opuestos y aumentaron las tensiones dentro del ambiente del campus.
La policía estadounidense arrestó a más de 3.000 estudiantes, profesores y miembros del personal docente después de acusar a los activistas involucrados de “antisemitismo” y “terrorismo”, y los administradores escolares amenazaron a algunos líderes de la protesta con suspensión y libertad condicional académica.
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