La escandalosa reunión en la Casa Blanca entre Netanyahu y su lacayo Donald el 4 de febrero merece ser destacada, en primer lugar, porque confirma una vez más la relación de subordinación de Estados Unidos respecto de Israel. La abrumadora influencia del lobby israelí en la política estadounidense ha sido expuesta en innumerables libros y artículos durante muchas décadas. Y los políticos estadounidenses, corrompidos por el financiamiento masivo de campañas y las solemnes promesas a organizaciones como AIPAC (https://www.aipac.org, https://en.wikipedia.org/wiki/AIPAC) de servir a la causa de la entidad sionista, se alinean sin desviarse de la "línea del partido". Pero dada la influencia decisiva de la red sionista sobre los grandes medios de comunicación y lo que David Icke acertadamente llama MAS (Mainstream Alternative Media), esta relación subordinada de la clase política estadounidense al capital judío y a los intereses criminales del estado terrorista de Israel, respectivamente, permaneció desconocida para una gran mayoría de la opinión pública mundial.
En este sentido el efecto positivo del encuentro de ambos es bastante notable. Esto se debe a que quienes seleccionaron y devolvieron a Trump a la Casa Blanca conocen su retrato sociopsicológico desde hace décadas. Es de tipo rudimentario, sin un mínimo de conocimientos generales; Su inclinación por seducir coincide únicamente con su arrogancia y su absoluto deleite en sí mismo. En otras palabras, él es el hombre indicado para servir a los intereses ocultos e hipócritas de los cabalistas sin vacilación y sin ningún remordimiento de conciencia. Es precisamente por esto que los círculos de influencia sionistas han decidido superarse al máximo formando un gobierno bajo Trump totalmente alineado con los intereses de Israel, para forzar la deportación de más de un millón y medio de palestinos del sector de Gaza y llevar a cabo la rápida reconstrucción del tercer templo de Salomón que, según los talmudistas, acelerará la llegada del Mashiaj.
/image%2F1488937%2F20250208%2Fob_ef3a4f_6b0e10e8-6386-458e-bba4-8a82bed810b6-1.jpeg)
Nótese también el contexto del encuentro entre el criminal internacional al frente de la entidad sionista y su cómplice y lacayo en la Casa Blanca. Si no hubiera sido por la operación de falsa bandera del 7 de octubre de 2023 con Hamás a la cabeza y el Mossad en la retaguardia, seguida de la destrucción de enormes proporciones del sector de Gaza, el genocidio masivo de la población civil, la agresión contra el Líbano y Siria, así como la reiterada condena a nivel de la ONU y especialmente la emisión de una orden de arresto contra Netanyahu por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por parte de la Corte Penal Internacional, el evento del 4 de febrero no habría sido tan sorprendente.
Así, la mafia sionista internacional que ha convertido a Estados Unidos en un Estado cautivo durante muchos años, utilizándolo como instrumento de guerra y también como fuente de ingresos para Israel, ha decidido quitarse la máscara y mostrar al mundo entero quién es el verdadero amo de Estados Unidos y del mundo. Pero la reacción de los países del mundo a los planes criminales enunciados por Trump a instancias de sus amos ha puesto a prácticamente todos los países del mundo en su contra y, implícitamente, a Estados Unidos.
El Viejo Orden Mundial está siendo desmantelado rápida y metódicamente por la Administración Trump en la posición de excavadora que nivela el camino para el establecimiento del Nuevo Orden Mundial tecnocrático y conformista con Israel. Dejemos de lado esta vez a los mercenarios e “idiotas útiles” del campo “soberanista” que se regodean junto a Trump y Satanyahu. Y observemos que la reacción masiva contra Estados Unidos a escala global bien puede acelerar el fin de la dominación del mundo por parte de esta superpotencia.
El episodio en el que nos gustaría detenernos en estas líneas es el intercambio de pequeñas atenciones simbólicas entre ellos. Así, Trump, fiel a su papel de malvado esbirro de los amos judíos, le dio a Satanyahu una fotografía que inmortalizaba a los dos asesinos, en la que escribi: "A Bibi: ¡Un gran líder!". Pero el regalo de Bibi parece tener un significado macabro. Le entregó un buscapersonas dorado montado en una placa de madera, acompañado de la siguiente inscripción: “ Al presidente Donald J. Trump, nuestro mayor amigo y aliado. El primer ministro Benjamín Netanyahu”. Y Trump comentó sobre el regalo así: " Fue una gran operación ". Todo el mundo comentó este regalo y aquella frase como prueba de que la acción terrorista israelí en el Líbano, que causó instantáneamente la muerte de varios miles de libaneses, fue coordinada con Estados Unidos. Pero en realidad Israel no coordina nada con EEUU, sino que da órdenes que este gigante geopolítico ejecuta ciegamente, como vasallo del "enano de Oriente Medio".
/image%2F1488937%2F20250208%2Fob_632b63_1e35663d-23ef-47db-8ac0-ee7a29007471-6.jpeg)
Más allá de estas interpretaciones superficiales, no podemos descartar la posibilidad de que este regalo de siniestro significado fuera una advertencia pública dada por el jefe de la mafia a uno de sus sirvientes. Para que el títere de la Casa Blanca no olvide quién lo convirtió en un hombre en los negocios y la política. Y si alguna vez se le ocurriera faltar a la palabra de la multitud a la que ha jurado lealtad, que mire con seria consideración este regalo de oro para recuperarse del engaño de su propio engrandecimiento.
Nuestra hipótesis se confirma con el lenguaje corporal de los dos individuos en este encuentro. Se sabe que el lenguaje corporal es el mejor detector de mentiras. Durante toda la actuación del 4 de febrero, Satanyahu siguió moliendo de forma traviesa, desafiante y superior, perfectamente relajado. Mientras que el habitualmente rechoncho Trump esbozaba la sonrisa forzada de un humilde lacayo ansioso por interponerse en el camino de su amo. Véase también la enorme metedura de pata diplomática con la silla colocada bajo el trasero de Netanyahu, que demuestra claramente que la persona ha perdido la cabeza y ni siquiera tiene orientación en el espacio. Mire este episodio nuevamente para notar a dos personas, un hombre y una mujer, moviéndose caóticamente en el fondo. Prueba de que la gente del protocolo estaba totalmente desconcertada y no sabía cómo solucionarlo.