Lucifer descendió de los cielos para que un ejército de momias construyera los anillos olímpicos al son de música fúnebre. Y luego grupos franceses de electro-rock de los años 2000 llenaron el vacío.
A pesar de sus provocaciones y blasfemias, la ceremonia de apertura tuvo cierta altura, pero la de clausura fue larga, lenta y poco inspirada. Para evitar nuevas protestas, ¿tuvieron que replantearse los organizadores sus planes en el último minuto?