El fenómeno está explotando y es una consecuencia inmediata y trágica del desarrollo de la inteligencia artificial. En todo el mundo, las jóvenes son acosadas y traumatizadas porque los pervertidos (a menudo estudiantes de su escuela) distribuyen imágenes pornográficas de ellas creadas por IA
El chantaje sexual en la escuela se está convirtiendo en algo común en la era digital, donde los teléfonos inteligentes facilitan la distribución de fotografías íntimas y pornografía falsa.
El repentino aumento de la pornografía con IA deepfake (ultrafalso)constituye una auténtica bomba que está acabando con nuestra juventud: niños y adolescentes utilizan aplicaciones digitales para crear imágenes pornográficas de sus compañeros. Estos escándalos están ocurriendo en todo el mundo, y los principales medios de comunicación informan sobre escándalos en países de todos los continentes. Hay informes de una avalancha de casos de niños que chantajean a niñas con pornografía deepfake creada en las llamadas aplicaciones de inteligencia artificial, que desnudan digitalmente a las niñas, causando angustia y trauma mental agudo.
El fenómeno se suma al de adolescentes o niños que envían a otros imágenes reales de sí mismos desnudos. La policía canadiense ha advertido que a veces las imágenes son enviadas por niños que aún están en la escuela primaria, lo que constituye pornografía infantil.
Cada vez hay más informes de suicidios entre adolescentes que han sido objeto de estafas calificadas de Sextorsión, aterrorizados ante la idea de que las imágenes fueran enviadas a sus familias.
Varias encuestas señalan que los niños o adolescentes que se suicidaron habían sido víctimas de acoso en las redes sociales, particularmente en TikTok y Snapchat, con “rostros de estas chicas colocados en los cuerpos desnudos creados por Inteligencia Artificial», fotos desnudas luego compartidas entre estudiantes.
La atmósfera hipersexualizada del entorno social de estas víctimas a menudo las sumerge en un profundo odio hacia sí mismas.
Populares o engreídos, tanto en las grandes ciudades como en las provincias remotas, ahora hay muchísimas escuelas en las que los canales gestionados por estudiantes comparten fotografías íntimas –falsas o auténticas– de otros estudiantes. Según Nancy Jo Sales, periodista de Feria de las vanidades que ha escrito el libro American Girls: las redes sociales y la vida secreta de los adolescentes”, casi todas las escuelas estadounidenses experimentan este fenómeno. Es fácil imaginar el tormento que esto inflige a las víctimas.
El mundo en el que crecen las niñas y los niños fue creado por adultos y tenemos la responsabilidad de arreglarlo. A los niños y adolescentes no se les debe dar teléfonos inteligentes. Se debe advertir a los jóvenes contra tales prácticas y contra la pornografía. Las aplicaciones que facilitan imágenes de desnudos falsos deberían prohibirse por completo.
Los padres deben comprender que sus hijos viven en un mundo digital y eso significa que las luchas a las que enfrentan suelen ser muy diferentes de las que recuerdan de su propia infancia.
Pierre-Alain Depauw