Por sexto viernes consecutivo, la policía israelí impidió que miles de habitantes de Jerusalén realizaran las oraciones del viernes en la Mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén Este.
Testigos presenciales dijeron a Anadolu que la policía israelí impuso severas restricciones a la llegada de fieles a la mezquita de Al-Aqsa para realizar sus oraciones.
La policía israelí instaló puestos de control en las entradas de la Ciudad Vieja, se extendió por sus callejones y estableció puestos de control en las puertas exteriores de la Mezquita de Al-Aqsa, según testigos.
Los testigos añadieron que la policía israelí sólo permitió que un pequeño número de personas mayores entraran en la mezquita, cuyos patios parecían casi vacíos de fieles.