Dr. Geert Vanden Bossche: "el mundo está a pocas semanas de una nueva variante mortal".

Publié par Contra información sur 1 Août 2023, 12:53pm

"Todos los ámbitos juntos, enfermedad, discapacidad, cáncer, corazón, autismo, fertilidad... ¡¡¡Estamos en ello !!!" -El escéptico ético en Twitter

¿Y si el Dr. Geert Vanden Bossche tuviera razón? Justo al comienzo del episodio Covid-19 en 2020, el virólogo holandés declaró que no tenía sentido vacunar al mundo en medio de una epidemia, porque provocaría que el virus evolucionara de forma más peligrosa mientras inhabilitaba el sistema inmunológico humano.

La semana pasada, advirtió de que el mundo estaba a semanas de una nueva variante mortal de la inmunidad que causaría una espeluznante oleada de enfermedad y muerte entre las personas que habían recibido múltiples vacunas contra el virus Covid-19. Esto se sumaría a un aumento ya acelerado de los efectos adversos latentes de las vacunas en forma de cánceres agresivos, trastornos sanguíneos, daños cardíacos, enfermedades neurológicas y mucho más.

Llegados a este punto de la historia de Covid-19, la sociedad occidental en general, y los Estados Unidos en particular, se han sumido en una épica psicosis colectiva como resultado de la manipulación mental inducida por sus propios gobiernos en connivencia con una industria farmacéutica que se alimenta de metástasis de dinero como un cáncer agresivo se alimenta del azúcar en un cuerpo humano. Los ciudadanos asustados se han tragado todo tipo de irrealidades que se les impusieron mediante la propaganda y la censura.

Todavía no sabemos a ciencia cierta cómo, quién y por qué se desató el Covid-19 en el mundo, y las agencias de salud pública no quieren que lo sepas. El acto más deshonesto y grave fue sin duda la supresión oficial de tratamientos eficaces basados en antivirales comunes y seguros, que podrían haber salvado millones de vidas. Y todo para preservar el escudo de responsabilidad de los fabricantes de vacunas de la autorización de uso de emergencia. De hecho, los gobiernos siguen haciendo campaña contra la venta y el uso de la ivermectina y la hidroxicloroquina, que podrían utilizarse profilácticamente en previsión de una nueva epidemia.

Si estas poblaciones se han vuelto locas por las autoridades que han avivado su miedo y lo han explotado, ¿qué ocurrirá si ese miedo se convierte en ira? Porque eso es exactamente lo que ocurrirá cuando los estadounidenses, y tal vez incluso los europeos, se den cuenta de que han sido víctimas del mayor fraude asesino de la historia. Esta ira buscará objetivos, y los encontrará muy fácilmente entre los representantes de su propio gobierno y también –atención a esto- y del cuerpo médico que ha traicionado a sus pacientes de forma tan desmedida.

Es imposible saber exactamente cómo se desarrollará esto sobre el terreno. Ya están cayendo gobiernos -España, Holanda-, pero se trata de caídas parlamentarias según el procedimiento político habitual. Nuestro país carece de tales procedimientos para cambiar de autoridad en tiempos de crisis. En lugar de eso, tenemos un presidente metido hasta el cuello en escándalos de sobornos y en el bandidismo de la agencia ejecutiva, y unos partidos políticos hundidos en la corrupción, y sin forma de deshacerse de ellos, salvo unas elecciones para dentro de muchos meses, unas elecciones que al menos la mitad de la gente no cree que sean honestas.

Esta crisis de mala fe y enfermedad se produce al mismo tiempo que la sociedad occidental entra en una crisis económica y financiera igualmente atroz. Estados Unidos y Europa están en quiebra. Todos están jugando con sus sistemas bancarios y sus monedas. Todos están desindustrializando economías basadas estrictamente en la producción industrial de bienes que ya no se producen, y pretenden sustituirlas por economías de vaporware informático. Esto no puede funcionar y sólo puede conducir a un hundimiento del nivel de vida.

En los últimos años, una aparente coalición de élites mundiales, que operan dentro de organizaciones como el FEM, la OMS, la UE, el FMI, los bancos centrales e innumerables ONG, así como oscuras unidades de inteligencia y lo que queda de los viejos medios de comunicación, han promovido programas de control vertical cada vez más desesperados para evitar un colapso en un desorden económico y político generalizado. Sus esfuerzos parecen cada vez más una simulación.

¿Intentar imponer monedas digitales y pasaportes sanitarios? Fuggeddabowdit. Lo único que conseguirás es un caos de soluciones provisionales, incumplimiento y, probablemente, una oposición violenta. Mantengan esa estúpida, deshonrosa, pérfida e innecesaria guerra en Ucrania y correrán el riesgo de convertir la sociedad Occidental en un conjunto de ceniceros variopintos.

Como se puede ver, ya se han producido suficientes fechorías, delitos y malversaciones oficiales como para disgustar seriamente a la opinión pública. Si el Dr. Vanden Bossche tiene razón, puede que estemos abocados a la conmoción final de una era nefasta. Es necesaria una corrección monumental. Los ciudadanos tendrán que encontrar la manera de recuperar una autonomía creíble, bien mediante un cambio de personal en todos los lugares de poder, bien mediante una revisión de la estructura y los procedimientos. Por el momento, hay poca confianza en que nuestras instituciones puedan gestionar cualquiera de estas opciones. Lo mejor es no perder de vista la situación mientras nos adentramos en lo desconocido.

James Howard Kunstler

kunstler