Un estudio estadístico realizado por el cardiólogo Christian Mueller, jefe de servicio del University Hospital de Bâle (Suiza), constató una incidencia miócárdica 800 superior entre la población vacunada. Este es un dato aceptado por la Sociedad Francesa de Cardiología.
"Incidencia no despreciable de miocarditis tras la 3ª dosis de la vacuna de ARN mensajero anti-COVID 19": este es el título del estudio publicado el 30 de agosto de 2022 por la Sociedad Francesa de Cardiología, basado en el trabajo del cardiólogo suizo Christian Mueller.
◆ El 2,8% de los vacunados presenta lesiones miocárdicas
835 pacientes han sido incluidos en el estudio, todos ellos empleados del Hospital Universitario de Basilea y que habían recibido al menos una dosis de la vacuna de ARNm de Pfizer o Moderna. A 777 se les realizaron pruebas de troponinas, proteínas implicadas en la regulación de las contracciones cardíacas. En caso de lesiones miocárdicas, la tasa l de troponina aumenta. Así, en el D3 después de la vacunación, 40 presentaban un aumento de los niveles de troponina, y 22 no tenían ninguna causa identificable aparte de la vacunación que pudiera explicar este aumento anormal.
Al final, los resultados concluyen que la incidencia miocárdica en la población vacunada fue del 2,8%. En años anteriores, los ingresos hospitalarios por miocarditis representaban sólo el 0,0035% de los pacientes ingresados en el hospital.
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◆ Causas "aún por determinar"
La miocarditis es una inflamación del miocardio (músculo cardíaco) causada a menudo por un ataque viral y una respuesta estereotipada del sistema inmunitario. En el caso de la miocarditis postvacunal, el autor del estudio, Christian Mueller, dice a Nexus: "Los estudios inmunológicos sobre los posibles mecanismos aún están en curso."
Sin embargo, lo que se sabe es que las inyecciones de ARN mensajero (o vectores de adenovirus) consisten a hacer fabricar por las células de la persona vacunada las proteínas Espiga, responsables de los trastornos sobre el sistema cardiovascular.
También se sabe, por los datos de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que los ARN que codifican la proteína Espiga pueden distribuirse a muchos órganos, incluido el corazón (véase la página 54 del informe público de la EMA sobre la vacuna de Pfizer).
Así pues, la miocarditis inducida por la vacuna podría explicarse por una respuesta inmunitaria desenfrenada dirigida hacia las células cardíacas que han exprimido la proteína Espiga o por la acción directa de esta última sobre las células de revestimiento del tejido cardíaco.