La capital china registra actualmente un aumento de casos de infección. Para luchar contra la pandemia, las autoridades han decidido reabrir un centro de aislamiento colectivo. Este es el Hospital Xiaotangshan Fangcai. Ante el temor de que se produzca un caos en Shanghái, donde 25 millones de habitantes están actualmente confinados al extremo, la capital china está utilizando todas las estratagemas posibles para detener la pandemia.
Mientras el resto del mundo está ideando estrategias para aprender a convivir con el Covid-19, las autoridades chinas siguen aplicando drásticamente la estrategia de "cero covid". El gobierno infantiliza a su población, que pierde cada vez más su capacidad para gestionar a la pandemia a diario.
¿Una solución contra el confinamiento?
Con cerca de 1.200 camas e instalaciones de detección, el Hospital Xiaotangshan Fangcai se abrió por primera vez en 2003 durante la epidemia de SARS. En 2020, se transformó en un centro de aislamiento para pacientes de Covid.
En un comunicado, la Comisión Municipal de Salud de Pekín anunció su reapertura. Dijo que era una decisión preventiva. El Presidente Xi Jinping insta a la ciudad a encontrar una estrategia para contener el Covid por todos los medios.
La reapertura de este centro de aislamiento colectivo es una de las soluciones adoptadas para gestionar el aumento de los casos de infección y evitar el confinamiento total de la ciudad. El miércoles se detectaron 46 nuevos casos sintomáticos y 5 asintomáticos. Actualmente, la ciudad tiene más de 400 casos de infección por Covid-19.
La reapertura de este centro de aislamiento colectivo es una de las soluciones adoptadas para gestionar el aumento de los casos de infección y evitar el confinamiento total de la ciudad. El miércoles se detectaron 46 nuevos casos sintomáticos y 5 asintomáticos. Actualmente, la ciudad tiene más de 400 casos de infección por Covid-19.
Fracaso de la política de cero covid
Aunque las autoridades aún no han impuesto un cierre total de Pekín, ya se han adoptado restricciones bastante severas. Por ejemplo, algunas comunidades están sujetas a normas de confinamientos específicas. Los locales de ocio y los lugares públicos, como los restaurantes, también están cerrados.
El miércoles, las autoridades también anunciaron el cierre de unas decenas de estaciones de metro y más de 150 líneas de autobús a partir de la medianoche. Además, los residentes de Pekín deben someterse a frecuentes tests de masas.
Evidentemente, esta estrategia de "cero covid", que exige un estricto confinamiento, el uso de máscaras, controles masivos... no es más que un buen pretexto para que Pekín reprima las libertades. Frente a estas restricciones inútiles, el hecho es que resurgen nuevos casos de Omicron. Además, esta política sanitaria tiene un impacto real en las cadenas de suministro internacionales, ya que amenaza los mercados nacionales e incluso mundiales.