En 2014, la visionaria Maud Kristen describió sus visiones, "explosiones, multitudes furiosas, incendios y violencia urbana en Francia". También evoca un aumento del nacionalismo y una crisis en la próxima década que irían mucho más allá de las fronteras de Francia y que sería imposible de resolver a través de la política nacional, independientemente del gobierno que esté gobernando.
En Francia, en la próxima década, un Estado todopoderoso con una deuda impagable asumiría el derecho a recurrir a la propiedad de los individuos, a restringir las libertades individuales, a practicar una censura cada vez mayor, incluso en Internet, demostrando al mismo tiempo que es incapaz de frenar el creciente desempleo y los problemas sociales que se derivarán de él.
Maud Kristen también mencionó el riesgo de una explosión en el sistema financiero que pondrá en riesgo a los más vulnerables. Evoca escenas de disturbios en París, pero también en Lille, Lyon, Marsella y muchos otros, que conducirán a una fuerte represión y a la aplicación de métodos de vigilancia que "socavarán todos los principios de la democracia".
En la próxima década, la desobediencia ya no será culpa de unos pocos, como en el pasado, sino la garantía de nuestra supervivencia.
No, no habrá recuperación económica, no habrá vuelta atrás a la época de los 30 gloriosos años, no habrá reparación del ascensor social, sino la necesidad de aceptar que el mundo anterior será definitivamente deconstruido.
Pero surge una pregunta: ¿No sería que la puesta en escena del movimiento que expresa el movimiento de los chalecos amarillos, ha sido organizado deliberadamente para derribar el sistema actual y reemplazarlo con otra cosa?
Algunos se preguntan, por qué el gobierno no reacciona y da una respuesta favorable a las pocas demandas de los insurgentes, que en realidad sólo piden una economía de unos pocos cientos de euros para mantener un nivel de vida decente.
Todavía no se ha llegado al momento álgido, pero si lo que dice es cierto, el reto actual sólo sería la primera fase de un proceso que terminaría con la república y Macron sólo estaría allí para servir como síndico de la quiebra del sistema.
La afirmación del Secretario de Estado Laurent Núñez según la cual no descartaba cambios en el derecho a manifestarse, ¿ no sería la puesta en marcha de una dictadura?