William Guy Carr, 1895-1959, antiguo combatiente de submarinos de la guerra mundial dio la voz de alarma sobre el complot satanista en los libros como Pawns in its Game (1955) y Red Fog Over America (1956).
En el extracto que sigue, de su último libro inacabado, Satan, Prince of this World, (Satanás príncipe de este mundo) 1959, publicado a título póstumo en 1997, describe su contacto personal con los conspiradores illuminati.
“ A sabiendas que existía una “potencia secreta” que había utilizado el nazismo e intentaba utilizar el comunismo para servir sus propios proyectos secretos, y seguir sus propias ambiciones para realizar una dominación mundial incuestionable, estaba determinado a saber más.
Finalmente me di cuenta que los illuminati, de los quien había desvelado sus intenciones secretas estaban controlados en la CIMA por la sinagoga de Satanás.
Por el comandante Guy Carr
(de Satan, Prince of this World.) Satanás, Príncipe de este mundo, 1959, capítulo 8, abreviado).
Admito que todavía en 1945, estaba convencido que el gobierno mundial era la única solución a los numerosos problemas del mundo, particularmente políticos, económicos, sociales y religiosos.
Solamente cuando entré en contacto con hombres que habían preconizado y ayudado a organizar la Organización de las Naciones Unidas, es cuando comencé a sospechar que en algún lugar, algo iba mal.
Cuando fui nombrado al personal del cuartel general del Servicio naval en 1944, como autor de siete libros ya publicados, fui bien acogido en el mundo internacionalista. Así, entré en contacto con los hombres en el más alto nivel del gobierno en Canadá que estaban protegidos por William Lyon Mackenzie King, entonces primer ministro. Su casa estaba “realmente” muy cerca de la embajada soviética (Sus secuaces o más bien sus pistoleros) eran despiadados y sin escrúpulos.
Mackenzie King, él mismo era tan impenetrable que la proverbial esfinge.

MacKenzie King, 1874-1950, antiguo empleado de Rockefeller , ha dirigido Canadá de 1921 a 1948.
Como decía un hombre que lo conocía en la universidad y le sirvió más tarde hasta su muerte: “"Si Mackenzie King hubiera tenido un amigo muy próximo en quien confiar, solo podría ser el diablo.” Otro ha declarado: “ Estaba tan metido en las intrigas internacionales que no se atrevía a casarse, por miedo a hablar mientras duerme”.
Mientras era miembro del personal en Ottawa, estuve cuidadosamente sometido a examen para determinar si mi lealtad hacia la Corona británica era tan marcada que pudiese aceptar “la idea” de un gobierno mundial único, aunque cuando los que presentaban esta “idea” han señalado, el hecho que los gobiernos nacionales serían autorizados a gestionar sus propios asuntos. Esta presentación es una mentira que que fui extremadamente cauteloso desde entonces.
Sabiendo que existía una “fuerza secreta” que había utilizado el nazismo y tenía la intención de utilizar el comunismo para servir sus propios proyectos secretos, y proseguir sus propias ambiciones de dominación mundial incuestionable, estaba determinado a saber más. Así que fingí ser un internacionalista (hoy, se dice “mundialista”). Más tarde estuve en contacto personal con hombres a nivel de viceministros y con ciertos “especialistas”, “expertos” y “consejeros” que han servido al gobierno en secreto, entre bastidores. Luego comencé a sospechar la verdad.

De una manera general, la mayoría de estos One-Worlders (Mundialistas) eran satanistas. Han evitado los servicios religiosos, han ridiculizado la religión. Han aceptado el código de la moral freudiana, lo que significa que se burlaban de lo que hacían y con quienes lo habían hecho, siempre que se satisfaga sus propios placeres y deseos carnales. Si utilizaban el nombre de Dios, era con desdén. Si utilizan las palabras “Jesucristo”, era para inyectar una dosis en las conversaciones ordinarias o junto a palabras sucias de cuatro letras. Sin profesar abiertamente, que eran evidentemente adeptos del rito paladiano de Pike, o de la masonería del Gran Oriente. Una aobservación cuidadosa, cuando bebían en el comedor de los oficiales, o en otra parte, utilizaban los signos que los masones y caballeros de colon no conocían.
Me puedo equivocar, pero la observación de hombres que obviamente habían desertado de Dios y se habían convertido en satanistas, me convenció de que podían reconocerse e identificarse unos a otros por el pliegue de su pañuelos que llevaban en el bolsillo superior de sus abrigos.
Evidentemente han aceptado el dogma de Pike en lo que concierne a las mujeres: Pike exigía que los miembros de todos los Consejos de su nuevo Rito Reformado seleccionen a mujeres escogidas en los “Consejos de adopción” Estas mujeres debían ser utilizadas como propiedad común de los miembros masculinos porque, según el dogma de Pike, antes de que un miembro se volviera "perfecto", tenía que obtener el control absoluto sobre los sentimientos del corazón, y los deseos de la carne. Afirmó que muchos hombres fueron desviados del camino del deber porque eran lo suficientemente débiles como para sentir amor y afecto por las mujeres. Argumentó que para que un miembro llegue a ser "perfecto", debe obtener el control absoluto sobre sus sentidos y sentimientos, y ha propuesto que la mejor manera para dominar las impulsiones sexuales, es usar a las mujeres "a menudo, y sin pasión, y encadenar a las mujeres a la voluntad de los hombres".
Cualquier persona que haya tenido que vivir en Londres, Ottawa y/o Washington sabe que en lo que respecta a la homosexualidad, las tres son ciudades modernas como Sodoma y Gomorra. El "Caso Burgess y MacLean" es típico de lo que quiero decir.
Fuente: henrymakow