Líder mundial del cemento, el grupo Lafarge ha sido acusado, el jueves 28 de junio, como persona moral, por “financiación de una empresa terrorista”, “complicidad de crímenes contra la humanidad”, “violación de un embargo” y “puesta en peligro” de la vida de otras personas”. La empresa es sospechosa de haber financiado entre 2011 y 2015 a varias organizaciones terroristas, inclusive el Estado islámico, con el único objetivo de mantener en actividad una fábrica en Siria. Ocho cuadros dirigentes de la empresa han sido ya acusados en este asunto.
Esta decisión, tiene lugar después de la acusación de ocho cuadros y dirigentes, entre ellos Bruno Lafont, director general de Lafarge de 2007 a 2015, por financiación de una empresa terrorista y/o puesta en peligro de la vida de otras personas. Se refiera a Lafarge SA, el holding accionario al 98% de la filial siria Lafarge Cement Syria que ha sido cuestionada. Inicialmente programada para el 5 de junio, esta comparecencia había sido aplazada in extremis a petición de Lafarge SA, el holding no podía enviar a su director general Saad Sebbar, nombrado en 2017, y había dimitido después de haber recibido la convocatoria.
El grupo francés, que ha fusionado en 2015 con el suizo Holcim, es sospechoso de haber pagado cerca de 13 millones de euros entre 2011 y 2015, cuando el país se hundía en la guerra. Estas sumas, han beneficiado en parte a grupos armados, inclusive la organización jihadista del Estado islámico (EI), correspondían especialmenteal pago de un “impuesto” para la libre circuoación de los asalariados y de las mercancías y adquisiciones de materia primas -inclusive el petróleo- a proveedores cercanos del EI, según la investigación.
Fuente: lesmoutonsrebelles
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