Agnès Ogier, directora general de Thalys desde el 1 de diciembre, ha empezado su carrera profesional en el seno de una empresa americana singular: su nombre: “Booz Allen Hamilton”.
Oficialmente especializada en el “consejo de gestión, seguridad y tecnología”, BAH constituye en realidad uno de los principales socios privados de la inteligencia militar americana.
En 2013, el semanario Bloomberg Businessweek (que mencionó en su portada una “compañía que espía para América”) y el diario Le Monde habían desmenuzado sus lazos fructuosos con el Pentágono y los servicios secretos.
El actual director de los servicios de información nacional en Estados Unidos, James Clapper, es también un antiguo de BAH.
Lo mismo va por el hombre convertido en exiliado político revelando la sofisticación y la extensión del espionaje practicado por la NSA: Edward Snowden.
El trayecto profesional de Agnes Ogier, arranca en Booz Allen y Hamilton en 1990. En SFR de 1992 a 2010, ocupa diferentes puestos en el ámbito del marketing, y en particular de la tarificación, antes de asumir en 2008, la dirección de la estrategia y del marketing, producto de SFR Business Team. Representante del SFR en el grupo Vodafone. En Alemania, Lycamobile, empresa de telefonía en la cual El-Khazzzani ha trabajado, es socio privilegiado de Vodafone.
Recordatorio: el asunto Thalys, imputado al presunto terrorista Ayoub El Khazzani, ha mejorado la imagen de los Estados Unidos ante la opinión pública francesa, dos meses después de la revelación de Wikileaks que hizo referencia al masivo espionaje de los dirigentes franceses-entre ellos los últimos presidentes de la República- por la NSA.
Fuentes: