El presidente ruso Vladimir Putin dirigió un mensaje directo al pueblo estadounidense por medio del diario New York Times en el que manifestó que “los recientes eventos ocurridos en Siria le llevaron a hablar directamente con el pueblo norteamericano y sus líderes políticos”. “Es importante hacerlo ahora en tiempos en los que la comunicación entre nuestras sociedades es insuficiente”. Al final del discurso, Putin Putin explica que leyó cuidadosamente el discurso de Obama del pasado martes y, aunque sus relaciones personales con el presidente americano circulan por un cauce de “creciente confianza”, debe mostrarse en desacuerdo con un punto de su mensaje: aquel en el que Obama aludía a la excepcionalidad estadounidense. “Es extremadamente peligroso –señala– alentar a la gente para que se vea a sí misma como excepcional, cualquiera que sea la motivación. Hay países grandes y países pequeños, ricos y pobres, unos con una larga tradición democrática y otros que buscan el camino a la democracia. Sus políticas son diferentes también. Todos somos diferentes, pero cuando pedimos las bendiciones del Señor, no debemos olvidar que Dios nos creó iguales”.¿ De qué sentimiento de excepcionalidad se trata?
Este sentimiento de excepcionalidad lo plasma concentradamente Heman Melville en su libro la chaqueta blanca cuando señala:
“En los tiempos antiguos, Israel, después de haber escapado del lugar de su servidumbre, no siguió las costumbres de los egipcios. Este pueblo había recibido una misión formal: había para él algo nuevo bajo el sol. Nosotros, los Americanos, de alguna forma el pueblo elegido, privilegiado-El Israel de nuestro tiempo; portamos el arca de las libertades del mundo.
Hace 70 años que no hemos librado de la servidumbre; y además nuestra primogenitura-que constaba de todo un continente- Dios nos ha acordado, como futura herencia, amplios campos de políticos paganos, que vendrán todavía a extenderse bajo la sombra de nuestra arca, sin que se eleven las manos manchadas de sangre
Dios ha predestinado nuestra raza para el bien del género humano, con grandes cosas. El resto del mundo estará pronto en nuestra sintonía. Somos los pioneros del mundo; la vanguardia enviada a través los vírgenes desiertos, de lo desconocido para trazar una vía nueva en el Nuevo Mundo que nos pertenece. En nuestra juventud reside nuestra fuerza, y de de nuestra inexperiencia nuestra sabiduría: En una era donde otras naciones no saben más que balbucear, nuestra voz resuena remotamente.
Mucho tiempo, hemos dudado de nosotros y mucho tiempo nos hemos preguntado si el mesías político había llegado realmente. Pero nos ha venido y no tenemos más que seguir sus sugestiones. Hay recordar siempre que seremos los primeros, en la historia de la humanidad a hacer de nuestro egoísmo nacional una filantropía ilimitada: porque no podemos crear una reforma benéfica en América sin hacer un donativo al mundo”.
Citado por François Thual en « Géopolitique des États-Unis »,
Revista francesa de geopolítica, nº 3, 2005.