El FBI ha « animado » empujado y a veces pagado a musulmanes americanos para incitarlos a perpetrar atentados, en operaciones de vigilancia teledirigidas montadas. Es la conclusión del informe de Human Rights Watch publicado el 21 de julio.
Según HRW, el FBI ha tenido como objetivos a personas vulnerables, que sufrían de perturbaciones mentales e intelectuales. Informadores o agentes infiltrados interactuaban con ellas elaborando planes de atentados, facilitando recursos para ponerlos en obra, incluso presionado sobre la persona para que participe.
El estudio nombra los « cuatro de Newburgh », acusados de haber planificado atentados contra sinagogas y una base militar americana, cuando el gobierno había, según un juez “facilitado la idea del crimen, los medios, y despejando la vía” transformando en “terroristas” a dichas personas.
El informe cita el caso de Rezwan Ferdaus, condenado a 17 años de prisión cuando tenía 27 años, por haber querido atacar el Pentágono y el Congreso con mini aviones teledirigidos cargados de explosivos. Un agente del FBI había dicho de Ferdaus que tenía “sin duda algunos” problemas mentales, pero el plan había sido enteramente concebido por un policía infiltrado, el FBI, había financiado su viaje y su armamento.