Traición absoluta: la alianza sio-yihadista toma Damasco sin luchar

No pasará mucho tiempo antes de que se den cuenta del grave error que cometieron. Una vez firmemente establecidos en las ciudades, los yihadistas liquidarán progresivamente a todos aquellos que no estén alineados con su programa de regreso al siglo VII. Es decir todas las minorías religiosas o étnicas. Este vasto territorio verde está ahora en manos de los cabecillas de Al Qaeda, sin importar el nombre que utilicen actualmente.

Para Irán, es un desastre estratégico, pero un desastre predecible. Una poderosa facción de traidores opera desde hace varios años dentro del Estado iraní. Esta facción está dirigida por el pérfido Zarif, quien negocia con los judíos de Washington. Su objetivo es inclinar a Irán hacia el campo estadounidense destruyendo a la Guardia Revolucionaria.

La serpiente Mohammad Zarif

Ya ha traicionado a Nasrallah y a todo el liderazgo de Hezbolá y no tiene intención de detenerse ahí. Los servicios iraníes habían sido informados de la ofensiva que preparaban los turcos y la OTAN, pero el Ministerio de Asuntos Exteriores, bajo la dirección de Zarif, aseguró que el Gobierno no reaccionara. No se desplegaron refuerzos a pesar de las alertas. El ex subdirector de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Mohammad Reza Qulamreza: “Hace dos meses supimos que habría movimientos en Idlib. Interrogamos a los turcos y a algunos países árabes y recibimos garantías de que no habría ningún movimiento. Esto es lo que nos dijo en particular Hakan Fidan.

Después de invertir 10 años en Siria, Rusia también está experimentando un revés estratégico. Sin embargo, mientras mantenga su puerto en Tartous, este revés es relativo. Así que todo depende de lo que suceda en este frente, de si los alauitas repelerán a los yihadistas o no.

Vladimir Putin tiene una gran responsabilidad por el golpe que tuvo lugar. Su filosemitismo resultó mortal. Al permitir que los judíos llevaran a cabo sus operaciones aéreas durante años contra asesores iraníes en Siria, particularmente alrededor de Damasco, Putin impidió que Irán construyera el marco militar que podría haber contribuido decisivamente a la defensa del país.

Los judíos y los turcos lo duplicaron con una audacia tan espectacular como nada sorprendente.

El resultado es que ahora tenemos un Estado yihadista que avanza hacia las costas del Mediterráneo con la protección de Turquía, un Estado de la OTAN. Entre las alegrías del menú, el apoyo inmediato de los yihadistas de Damasco a los del Líbano bajo la mirada benevolente de los judíos. A los judíos no les gusta Erdogan, pero Turquía está en manos de la OTAN. Sólo Irán tiene los medios estratégicos para contener las actividades de los judíos en el Medio Oriente.

Los rusos pronto descubrirán lo que cuesta negociar con los judíos de Tel Aviv. Siria se convertirá en una gigantesca escuela de formación para el yihadismo internacional, un Afganistán elevado a diez. La CIA y la OTAN entrenarán a gran escala a yihadistas de todo el mundo que serán responsables de incendiar el Cáucaso y más allá, pero también en Asia Central, Xinjiang, China y, por supuesto, Europa.

Erdogan tiene dos cartas que los judíos quieren usar contra Eurasia: el yihadismo y el racismo panturco. Ya lo está poniendo en práctica con Azerbaiyán liquidando a Armenia.

Estas personas en Moscú y Teherán no tienen idea de lo que han permitido que suceda ante sus ojos. Lo que planeaban ahorrar al no tomar medidas decisivas para reconstruir el Estado sirio y su ejército, pronto tendrán que pagarlo diez veces más para garantizar su propia seguridad.

Reconozcamos a los judíos por su alerta y determinación cuando se trata de aniquilar naciones enteras.

Además, ya han aprovechado la oportunidad para reclamar nuevas tierras en el sur de Siria con el apoyo de los yihadistas.

Las fuerzas de ocupación israelíes, acompañadas de tanques, entraron en territorio sirio desde el Golán sirio ocupado la madrugada del domingo, según medios israelíes.

El régimen israelí se ha infiltrado en la zona desmilitarizada de Siria, desplegando grandes fuerzas en la región de Al Quneitra, en el suroeste de Siria.

Esta operación se produce después de que militantes sirios tomaran el control de la provincia, tras la retirada de las fuerzas del ejército árabe sirio de la región.

Mientras no se abandona la lucha, nunca terminará. Todo depende de la situación de Bashar al-Assad, de si está vivo o no. Si logra establecerse en un país amigo, como Rusia o Bielorrusia, podría formar un gobierno en el exilio. Desde allí podría reorganizar su red desde la costa siria, siempre que rechace a los yihadistas ahora con la ayuda de los rusos. Las actuales celebraciones en Damasco no durarán. Jolani no está allí para compensar los números y, tarde o temprano, sus yihadistas exigirán establecer el Estado wahabita por el que lucharon sus hombres.

Es evidente que no están trabajando para crear una utopía multicultural resuelta mediante elecciones.

Al-Jolani imagina un “gobierno islámico” para Siria. Este sería un escenario de pesadilla para los Estados árabes suníes seculares de la región Siria, estratégicamente ubicada en Medio Oriente, se convertirá en el “centro de la yihad” para los radicales desde Asia Central hasta Europa.

Si se queda para complacer a los turcos que quieren limar mediáticamente las asperezas, los elementos de línea dura se rebelarán para tomar el poder y proclamar un emirato yihadista. No se trata de negar la gravedad de la situación ni de restar importancia a la magnitud de la debacle, pero no todo está escrito en piedra en esta región. Nada de eso. El ingenuo ejército sirio que aceptó deponer las armas a cambio de vagas promesas pronto quedará desacreditado. Esto dejará espacio para que Bashar al Assad establezca contactos con sus leales, estructure una red de espionaje, continúe su acción diplomática, particularmente con Irán, y plantee una alternativa al salvajismo yihadista.

Tarde o temprano los iraníes despertarán y se darán cuenta de la magnitud del desastre y tendrán que contraatacar. Si lo deciden, se podría montar una poderosa fuerza terrestre para atacar al este de Irak. Los alauitas del oeste, reforzados por leales que han perdido ilusiones, podrían formar una coalición con ellos y aquellos decepcionados por este golpe pro-turco. Habrá que esperar a saber dónde está Bashar al Assad y, si logró ser exfiltrado a tiempo, a que comunique sus intenciones. No hay otra alternativa que continuar la lucha, incluso si los yihadistas de Erdogan tienen la ventaja por el momento.

Hasta hace dos semanas, los yihadistas en el poder en Damasco todavía ocupaban el equivalente del área que ocupan actualmente los partidarios de Bashar. Todo puede cambiar muy rápidamente, o relativamente rápido, dependiendo de la dinámica general. Si el Raïs está vivo y todo indica que lo está, nada está perdido. En esta guerra apocalíptica que se extiende, necesitamos a este hombre más que nunca.

La Redacción
Démocratie Participative

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