En un mundo donde los conflictos armados son a menudo sinónimos de violencias gratuitas y violaciones de los derechos humanos, una historia sorprendente del sur del Líbano, nos recuerda que la humanidad puede, incluso, trascender incluso las peores violencias de guerra.
Cartas de respeto y sumas de dinero: los soldados de Hezbollah sorprenden a los libaneses
Mientras se acababa de firmar el acuerdo de alto el fuego entre Líbano e Israel, los habitantes del sur del Líbano pudieron regresar a sus hogares, pero les esperaba una sorpresa. Cuando entraron en sus casas, descubrieron cartas de disculpa y sumas de dinero dejadas por los combatientes de Hezbolá, que habían ocupado esas casas durante los combates.
Esta actitud de respeto, poco común en tiempos de guerra, muestra una dimensión de la resistencia libanesa que con demasiada frecuencia se ignora: el respeto por la humanidad, incluso en tiempos de conflicto. Los combatientes de Hezbollah, aunque participan en enfrentamientos violentos contra la entidad sionista, muestran cortesía y solidaridad hacia los civiles. Una ética de guerra que no se encuentra frecuentemente en los conflictos modernos, donde el sufrimiento de personas inocentes a menudo parece relegado a un segundo plano.
Aquí está la carta de los soldados de Hezbolá:
“Que la paz esté con vosotros. Perdónanos por utilizar su hogar, sus medios de vida y sus suministros del hogar. Para mantener nuestra conciencia tranquila, hemos decidido dejar una modesta suma de dinero como compensación. Esperamos que regreses a su hermosa casa con la cabeza alta. Sinceramente, los hombres de Dios”.
Una humildad sorprendente en tiempo de guerra
Las cartas encontradas por los habitantes del sur del Líbano están impregnadas de sencillez y sinceridad. Revelan un profundo respeto por las familias cuyas casas fueron ocupadas durante los combates. Los soldados de Hezbolá, mientras luchaban contra un enemigo poderoso, han tenido el cuidado de disculparse por su intrusión en las casas. También dejaron sumas de dinero como forma de compensación por el uso de alimentos, agua y otros bienes personales.
Estos son algunos extractos de estas conmovedoras cartas de disculpa:
1. “A la familia de esta casa le pedimos perdón, hemos utilizado su casa para comer y dormir. Firmado – Los hombres de Dios”.
2. “Queridos compatriotas, perdónenos por haber entrado en su casa y por la colada. Oramos para que puedan regresar a salvo a sus casas . Firmado: Muyahidines de la Resistencia Islámica – Hezbolá.
3. “Perdónenos hemos tomado algunas cosas de su casa y dormimos en ellas. Firmado:. Hezbolá.”
4. “Que la paz esté con vosotros y que la victoria y las bendiciones de Alá estén con vosotros. Por favor perdónenos por haber usado su casa, agua, utensilios de cocina y tus pertenencias. Dejamos una modesta suma para saldar nuestra deuda. Firmado: Hombres de Dios.
Una moral de guerra diferente a la del ejército israelí
Este impulso de respeto de los combatientes de Hezbolá contrasta sorprendentemente con el comportamiento de los soldados israelíes en Palestina, cuyas acciones han estado marcadas por violaciones sistemáticas del derecho internacional. Mientras que Hezbolá parece mantener una forma de respeto hacia las poblaciones civiles, incluso durante las hostilidades, los soldados israelíes, por su parte, son acusados de masacres y destrucción deliberada, crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos.
Una prueba de humanidad en tiempos de guerra
La historia de estas cartas y el dinero dejado por los soldados de Hezbolá muestra que incluso en tiempos de guerra es posible actuar con cierta dignidad. Este contraste entre las acciones de Hezbolá y las de las fuerzas israelíes abre una reflexión importante sobre la guerra y sus efectos en la humanidad. Si Hezbolá, a pesar de su lucha de resistencia armada, muestra respeto por las familias libanesas, el ejército israelí parece estar inmerso en una lógica de masacre e impunidad. Esto nos recuerda que siempre es posible, incluso en tiempos de guerra, actuar con respeto, dignidad y humanidad.