La ilusión del 11-S, parte 3: Sociedades secretas y mentes maestras
(Extraído del libri, Big Oil & Their Bankers , Capítulo 20: 911)
El apretón de manos secreto
El cártel bancario de las Ocho Familias y su descendencia, los Cuatro Jinetes, consideran que el fundamentalismo islámico es totalmente compatible con el capitalismo monopolista global del que obtienen su inmensa riqueza. Ambas ideologías propugnan el control centralizado, la intolerancia de la oposición, el gobierno por decreto y el retorno al régimen feudal mediante la monarquía. Tienen enemigos comunes: el nacionalismo y el socialismo, que buscan redistribuir la riqueza y el poder obtenidos ilícitamente.
A lo largo de la historia, los banqueros Illuminati han creado provocadores islamistas para aterrorizar a los movimientos nacionalistas populares que pretendían arrebatar el control de sus naciones al programa de dominación global del FMI y el Banco Mundial. Los ejemplos más recientes de esto se están desarrollando tanto en Libia como en Siria, pero se trata de una alianza antigua.
Los Caballeros Templarios trabajaron con la secta Hashshashín (asesinos)de la Hermandad Musulmana para llevar a cabo conspiraciones de la época de las Cruzadas contra los nacionalistas musulmanes sarracenos. El fundador de los Hashhashín (asesinos) fue Hasan bin Sabah, que comparte nombre con el clan Hachemí gobernante de Kuwait. Este último había sido empleado por los británicos para repeler a los turcos de la región del Golfo Pérsico, rica en petróleo, a finales del siglo XVIII.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el director de la CIA, Allen Dulles (primo de los Rockefeller), llegó a un acuerdo con la Hermandad Musulmana-Benoist-Mechin, cuyo centro de poder se encuentra dentro de la Casa de Saud wahabista. El acuerdo se cerró en Lausana, Suiza (sede de la Internacional Nazi de Otto Skorzeny) y promovió los esfuerzos de control mental de la CIA mediante el MK-ULTRA, a través del conocimiento de la Hermandad Musulmana sobre los hashshashin (asesinos) controlados mentalmente. (1)
Las Ocho Familias y sus agencias de inteligencia subrogadas apoyaron a los fundamentalistas islámicos durante el derrocamiento por parte de la CIA del gobierno izquierdista de Sukarno en Indonesia en 1964. [2] Cuando el Sha de Irán fue depuesto, la CIA y la inteligencia británica proporcionaron al fundamentalista Ayatollah Khomeini una lista de líderes del Partido Tudeh de izquierdas a quienes deseaban exterminar. En Afganistán, la CIA lanzó su mayor operación encubierta desde Vietnam, una campaña de 3.800 millones de dólares que respaldó a los extremistas de Gulbuddin Hekmatyar que arrojaban ácido a Hezbi-i Islami en su guerra por delegación contra una sucesión de gobiernos socialistas en Kabul. Estos Frankensteins fueron luego desplegados en toda Asia Central y los Balcanes para aterrorizar a los gobiernos hostiles a la hegemonía de los Cuatro Jinetes y las Ocho Familias.
"Por la vía del engaño harás la guerra"
El Mossad israelí utilizó al fundamentalista Hamás como quinta columna contra el nacionalista presidente palestino Yasser Arafat y financió la Jihad Islámica egipcia junto con los fundamentalistas de Jordania. [3] El ex presidente egipcio Anwar Sadat –un aliado incondicional de los banqueros– alentó a los islamistas en su país como contrapeso a los grupos izquierdistas pro-Nasser. Los islamistas respaldados por la CIA en Somalia desgarraron ese país para las grandes petroleras. La Casa de Saud financia la mayoría de estos esfuerzos.
En 1996, según el London Observer, el MI6 británico utilizó operativos de Al Qaeda en Libia en un intento de asesinar al presidente nacionalista Muammar Gaddafi.
Osama bin Laden supervisó la construcción de campos de entrenamiento de terroristas de la CIA en Khost y tenía cuentas en la BCCI. Lo hizo como emisario de la Casa Saud de la Hermandad Musulmana, y en cierta ocasión declaró: “Para contrarrestar a estos ateos rusos, los saudíes me eligieron como su representante en Afganistán. Monté mi primer campamento donde estos voluntarios fueron entrenados por oficiales paquistaníes y estadounidenses. Las armas las suministraron los estadounidenses y el dinero los saudíes”. [4]
¿Es de extrañar que 15 de los 19 secuestradores del 11-S fueran saudíes? ¿O que a 24 miembros de la familia Bin Laden se les permitiera volar en aviones privados a un “punto de reunión secreto en Texas” poco después del 11-S, cuando todo el resto del tráfico aéreo en los EE.UU estaba suspendido, para que la familia pudiera evacuar a Arabia Saudita? Raytheon incluso proporcionó un avión que llevó a la realeza saudí de Tampa a Lexington, Kentucky. Ningún saudí fue detenido para ser interrogado por el FBI. La noche del 11-S, el príncipe saudí Bandar –el hombre clave de la Casa de Saud en la financiación de las operaciones encubiertas de la CIA durante décadas– estaba fumando un puro en el balcón de la Casa Blanca junto al presidente Bush. [5]
Aga Khan es el líder espiritual de la Hermandad Musulmana, cuyos tentáculos actuales incluyen la Casa de Saud, Hamás, la Yihad Islámica Egipcia, la secta chiíta ismailita, la Hermandad Musulmana de Louis Farrakhan y Al Qaeda . La Casa de Saud sirve como financista para todos estos neocruzados. Según David Icke, la Fundación Aga Khan es propiedad de Crown Agency, una subsidiaria de la Casa de Windsor británica.
En su libro La rebelión de los robots, Icke dice que las familias bancarias Illuminati y los islamistas comparten raíces que preceden incluso a las sociedades secretas de la era de las Cruzadas. Los monarcas del CCG son descendientes de los hachemitas que emplearon sociedades secretas como los karmatitas, los drusos, la Hermandad de los Nueve y los hashshashin (Asesinos) para llevar a cabo sus travesuras políticas. El centro de poder de estas sociedades secretas musulmanas era la Gran Logia de El Cairo, dirigida por la Hermandad Musulmana.
La Hermandad Musulmana –al igual que los banqueros Illuminati– desciende de la Hermandad de la Serpiente, que supervisó la construcción de las pirámides egipcias con mano de obra esclava, posiblemente supervisada por los Reyes Serpiente Annunaki. El padre espiritual de los Illuminati , el rey Salomón, frecuentaba la misma Gran Logia de El Cairo que la Hermandad Musulmana. [6]
Las Ocho Familias surgieron de una maraña de sociedades secretas: masones, caballeros templarios, caballeros teutónicos, rosacruces, la Orden Cabalista de Melquisedec, los Caballeros de Malta y los Caballeros de San Juan de Jerusalén. Estos grupos también descienden de la Hermandad de la Serpiente sumeria y egipcia, que más tarde llevó a cabo las maquinaciones políticas de las familias de banqueros genoveses que financiaron la expansión del Imperio Romano y que ahora controlan la City de Londres.
Uno de los temas más misteriosos son algunas alusiones a la denominada Orden de Melquisedec. Se alude a ella, por ejemplo en Salmos 110:4:
La suerte de la Casa Saud de la Hermandad Musulmana se entrelazó con la de los Illuminati cuando ARAMCO descubrió petróleo en el Reino en 1938. A partir de ese momento, los viejos amigos cruzados se reunieron y trabajaron juntos para controlar el mundo utilizando el petróleo como eje central. Mientras que la Casa Saud representa a la Hermandad Musulmana, la rama saudí de la masonería se concentra entre los ejecutivos de ARAMCO y los banqueros del “White Father” de SAMA. Otros gobernantes hachemitas de los Estados del Golfo fueron incluidos en el esquema de petrohegemonía global de los Illuminati y la Hermandad Musulmana en 1981 con la formación del CCG.
A finales de noviembre de 2002, el periodista de Newsweek Michael Isakoff publicó una noticia que revelaba que la princesa Haifa (esposa del embajador saudí, el príncipe Bandar) había emitido cheques a favor de dos intermediarios saudíes, quienes entregaron el dinero a dos de los presuntos secuestradores del 11-S. A los pocos días de las revelaciones, se permitió a los dos saudíes abandonar los EE.UU. antes de que se hubiera iniciado siquiera una investigación creíble sobre el rastro del dinero. El senador Joseph Lieberman (demócrata por Connecticut) acusó a la administración Bush de proteger a la Casa de Saud al bloquear una investigación significativa sobre la participación saudí en el 11-S. Los líderes de un grupo de trabajo conjunto del Congreso que investigaba el 11-S acusaron tanto al FBI como a la CIA de retener documentos clasificados de su investigación.
Fue Bandar quien veinte años antes había donado personalmente 20 millones de dólares a la contra nicaragüense. ¿Su esposa y los otros saudíes ricos con los que se entrelazaba el rastro del dinero de Al Qaeda estaban simplemente desempeñando el mismo papel de pagadores que los saudíes han desempeñado para la CIA durante décadas?
Los Masterminds (mentes maestras)
El ex oficial de inteligencia naval William Cooper –autor de Behold a Pale Horse– hizo un programa de radio en Phoenix en octubre de 2001. Cooper perdió ambas piernas cuando lo sacaron de la carretera después de exponer varios elementos de los planes de los Illuminati para un Nuevo Orden Mundial. Ahora sugería la participación de la CIA y el Mossad israelí en el 11-S, nombrando al agente del Mossad Josie Hadas como el encargado de los chivos expiatorios árabes involucrados en los secuestros. Las transmisiones por Internet y por cable de la transmisión fueron cortadas inmediatamente. Unos días después, Cooper fue asesinado a tiros a la 1:00 AM en su casa por agentes del condado de Maricopa. [7]
Mientras los propagandistas de Bush insistían en la tesis del "terrorista árabe", proporcionado fotos de los "secuestradores" del 11-S en cuestión de horas y "encontrando" convenientemente el pasaporte de Mohamed Atta entre los escombros del WTC, varias agencias estadounidenses estaban siguiendo silenciosamente pistas relacionadas con las redes de espionaje del Mossad activas en Estados Unidos durante y desde el 11-S.
Los israelíes fueron detenidos en Detroit, Albuquerque y una ciudad no identificada de la Costa Oeste. Un camión Ryder lleno de israelíes fue descubierto mientras inspeccionaba la base naval de Whidbey Island en Washington. Según un informe de Fox News del 13 de mayo de 2002, el camión dio positivo en las pruebas de detección de explosivos de uso militar TNT y RDX. Los servicios de inteligencia estadounidenses también investigaron una misteriosa red de “estudiantes de arte israelíes” que se habían infiltrado en las instalaciones policiales y bases militares estadounidenses durante los dos últimos años.
A principios de 2002, un grupo de israelíes fue detenido en un suburbio de Filadelfia a bordo de un camión que contenía imágenes de vigilancia de la Torre Sears en Chicago. El 11 de septiembre, un grupo de cinco israelíes fue detenido en Hoboken, Nueva Jersey, por comportamiento sospechoso. [8] El semanario judío Forward los señaló como agentes del Mossad. ABC News informó en junio de 2002 que una mujer con un apartamento cerca de la zona cero presenció a varios israelíes en una camioneta blanca filmando los aviones mientras se estrellaban contra el WTC y celebrando el evento.
¿La CIA –utilizando su canal Carlyle Group dirigido por el ex director de la CIA George Bush– urdió este brutal ataque para introducir más fuerzas estadounidenses en Asia Central y proteger la mina de oro negra del Mar Caspio de los Cuatro Jinetes, dando a los carniceros israelíes otro pretexto para su ocupación de tierras palestinas y promoviendo una nueva cruzada de la Tercera Guerra Mundial contra los molestos musulmanes nacionalistas, comenzando con una invasión del Irak rico en petróleo? ¿Y qué decir del momento en que se realizaron las inversiones de la familia Bin Laden a través de Carlyle? ¿Osama era realmente la oveja negra de la familia Bin Laden?
Según el periódico francés Le Figaro, la CIA se reunió con Osama bin Laden en numerosas ocasiones en los meses anteriores al 11-S. En julio de 2001, Bin Laden se sometió a un tratamiento renal en el Hospital Americano de Dubai, donde lo visitaba con frecuencia un agente de la CIA. También lo visitaba con regularidad su extensa familia saudí, que aparentemente no había repudiado a Osama, como nos hicieron creer los medios occidentales.
Según el Washington Post, Qazi Hussein Ahmed –líder del Jamaat-i-Islami, con base en Pakistán, que ayudó a crear a los talibanes– visitó a la CIA en Langley en julio de 2001. ¿Por qué, preguntó el Village Voice, el emisario del líder talibán Mullah Mohammed Omar en Washington, Rahmatullah Hashemi, fue rechazado por el Departamento de Estado de Bush cuando prometió en el verano de 2001 retener a Bin Laden hasta que la CIA pudiera detenerlo? ¿Por qué, preguntó Vanity Fair, la CIA había rechazado una oferta anterior de Sudán?
Newsweek se preguntó por qué funcionarios de alto rango del Pentágono cancelaron repentinamente sus planes de vuelo para el 10 de septiembre. The Wall Street Journal cuestionó el momento en que el ministro de Defensa saudí, el príncipe Sultán, canceló un viaje a Japón a mediados de septiembre y se preguntó por qué el príncipe Turki al-Faisal, de la inteligencia saudí –que era especialmente cercano a los talibanes y se reunía regularmente con Osama bin Laden– renunció repentinamente a su cargo de 25 años el 31 de agosto de 2001.
Mientras el asesor de Unocal y presidente afgano Hamid Karzai se reunía con el funcionario de Unocal y el enviado afgano de Bush, Zalmay Khalilzad, la embajadora de Estados Unidos en Pakistán, Wendy Chamberlain, se reunía con el ministro de petróleo de Pakistán, Usman Aminuddin, y sus homólogos saudíes para planificar el nuevo oleoducto transafgano que unirá Turkmenistán y el océano Índico. En 2005, Chevron Texaco compró Unocal, lo que aseguró a los Cuatro Jinetes el control del oleoducto recientemente terminado.
El 28 de noviembre de 2001, la Casa Blanca de Bush celebró discretamente la inauguración oficial del oleoducto Caspian Pipeline Consortium, el oleoducto propiedad de los Cuatro Jinetes, construido por Bechtel y custodiado por el Mossad que atraviesa Turquía hasta el Mar Negro. Bush declaró: “El proyecto CPC también impulsa la política energética de mi administración al desarrollar una red de oleoductos que incluye Bakú-Tbilisi-Ceyhan, Bakú-Supsa y Bakú-Novorossiysk”.
Se dice que la confidente más cercana de Bush en la Casa Blanca era Condoleezza Rice, que formó parte del consejo de administración de Chevron antes de convertirse en experta de la Universidad de Stanford en Asia Central y Kazajstán. ¿Bush incorporó a Rice a la empresa sabiendo que pronto se dirigirían tropas estadounidenses a Asia Central? ¿Fue mera coincidencia que Uzbekistán –al que el fundador de la Comisión Trilateral y miembro del consejo de administración de BP Amoco, Brzezinski, identificó como el país clave en su juego de ajedrez global– recibiera de repente bases estadounidenses? ¿Por qué comenzaron los ejercicios militares estadounidenses en la región meses antes del 11 de septiembre?
El periódico londinense The Guardian informó de que en el verano de 2001 los Rangers del ejército estadounidense se estaban entrenando en el vecino Kirguistán afgano. En los medios de Montana se informó de que tropas uzbekas y tayikas se estaban entrenando en Alaska y Montana antes del 11-S. A principios de septiembre de 2001, los británicos desplegaron miles de tropas en Omán bajo el pretexto de la Operación Swift Sword, mientras que los EE.UU. enviaron 17.000 tropas a Egipto, aparentemente para participar en la Operación Bright Star. ¿Se desplegaron estas tropas de avanzada en previsión de las guerras en Afganistán e Irak?
En una reunión celebrada en julio de 2001 en Berlín, a la que asistieron el ex embajador de los Estados Unidos en Pakistán Tom Simmons, el ex secretario de Estado adjunto para Asuntos del Asia Meridional Karl Inderfurth y el ex experto en Asia Meridional del Departamento de Estado Lee Coldren, participaron funcionarios de inteligencia rusos y paquistaníes. La delegación estadounidense informó a sus homólogos paquistaníes y rusos de los planes de Estados Unidos de bombardear Afganistán en octubre de 2001. [9]
El 28 de enero de 2002, en su programa Insight Media File, la cadena canadiense Vision Television analizó la agenda de Estados Unidos en Asia Central, y se sugirió la participación de la CIA en los ataques del 11 de septiembre. El teniente Delmart Vreeland, oficial de inteligencia naval de Estados Unidos, había alertado a las autoridades canadienses sobre la posibilidad de que se produjeran ataques terroristas en Estados Unidos y Canadá. Vreeland se dirigía a Rusia y China para recuperar documentos relacionados con las respuestas rusas y chinas al programa de defensa antimisiles de Estados Unidos.
Vreeland fue detenido por las autoridades canadienses y encarcelado. Su carta del 11 de agosto de 2001 desde la prisión menciona específicamente el World Trade Center, el Pentágono, la Casa Blanca, la Torre Sears, el Royal Bank of Canada y el Parlamento de Ottawa como posibles objetivos terroristas en los “próximos días”. Su carta decía que el plan era “dejar que ocurriera uno y detener el resto”. La carta fue admitida como prueba de la defensa por un tribunal canadiense. El Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha confirmado el rango de Vreeland. [10]
A pesar de las advertencias de Vreeland y de numerosos gobiernos de todo el mundo, el 11 de septiembre se ordenó a la Guardia Nacional de la Fuerza Aérea que abandonara el procedimiento habitual de interceptar cualquier avión que se desviara de su trayectoria de vuelo prevista, y mucho menos los aviones jumbo que volaban hacia el World Trade Center y el Pentágono. Aunque los compinches de Bush hicieron mucho ruido político sobre los intentos fallidos de último momento de enviar aviones de combate para derribar los aviones, el hecho es que los aviones de combate deberían haber interceptado automáticamente esos aviones.
Alguien del Poder Ejecutivo debe haber ordenado que esos aviones se retiraran. Incluso cuando se desplegaban los jets de prueba, volaban desde la base de la Guardia Nacional Aérea Otis en Falmouth, Massachusetts, y la base aérea Langley en Hampton, Virginia. Mientras tanto, dos escuadrones listos para el combate –el 121.º Escuadrón de Cazas del 113.º Ala de Cazas y el 321.º Escuadrón de Cazas de Ataque de los Marines– permanecían en tierra en la base aérea Andrews, a apenas quince millas del Pentágono.
Según un artículo de AP del 22 de agosto de 2002, “una agencia de inteligencia de Estados Unidos de alto nivel estaba planeando un ejercicio el pasado 11 de septiembre en el que un avión errante se estrellaría contra uno de sus edificios”. El Washington Post informó el 16 de septiembre de 2001 que el vuelo 77 de American, que supuestamente se estrelló contra el Pentágono, estaba pilotado por Charles Burlingame, cuyo trabajo anterior era piloto de caza F-4 para la Marina de Estados Unidos. En esta función, Burlingame redactó un plan de respuesta de emergencia en caso de que un avión se estrellara contra el Pentágono. La mañana en que el avión de Burlingame aparentemente hizo exactamente eso, el médico del Pentágono Matt Rosenberg estaba estudiando el borrador de Burlingame en el Corredor 8 del edificio.
Dick Cheney habría estado a cargo del “ejercicio” planeado para el 11-S, ya que el 8 de mayo de 2001 fue nombrado director de la Oficina de Preparación Nacional (ODP), que identificaría las vulnerabilidades de Estados Unidos ante el terrorismo interno. La ODP de Cheney estaba llevando a cabo cuatro ejercicios diferentes sobre el 11-S: Operación Guardián del Norte, Operación Guardián Vigilante, Operación Guerrero Vigilante y Operación Vigilancia del Norte.
Este último retiró la mayoría de los aviones de combate de la Costa Este y los envió a Canadá y Alaska. Los dos primeros simularon secuestros de aviones comerciales en el noreste. El tercero puede haber sido el componente de ataque. NORAD fue informado de que esperaba estos ejercicios. Esa mañana sus radares mostraron veintidós aviones secuestrados. [11] No sabían cuáles eran secuestrados y cuáles formaban parte del "ejercicio".
El 10 de septiembre de 2001, miembros de los Comités de Inteligencia de la Cámara de Representantes y del Senado filtraron un memorando que el supuesto secuestrador principal, Mohammed Atta, había enviado al hombre que los servicios de inteligencia estadounidenses consideran el cerebro del 11-S: Khalid Sheikh Mohammad. El memorando utilizaba un lenguaje que se asociaría con un ejercicio militar, afirmando que “el partido está a punto de comenzar. Mañana es la 'hora cero'”. Cheney se indignó por la filtración del memorando y ordenó al FBI que investigara a los miembros de los comités del Congreso. Toda la información relativa a Khalid Sheikh Mohammad sigue siendo clasificada.
El fin del imperio americano
Desde el comienzo de Estados Unidos, ha existido una noción bien fundada de que los banqueros Illuminati liderados por los Rothschild europeos han buscado poner a Estados Unidos de rodillas, revertir la Revolución estadounidense y devolverla al redil de la Corona de Inglaterra, cuyo poder se deriva de los restos oligárquicos del Imperio Romano.
Esta reversión medieval podría lograrse fácilmente con la simple retirada de la financiación de las Ocho Familias a la deuda estadounidense de 14 billones de dólares, que se ha acumulado en su mayor parte debido al papel del ejército estadounidense como guardia pretoriana mercenaria del imperio global Illuminati. Si a esto le sumamos una devastadora derrota militar estadounidense, Estados Unidos podría quedar de rodillas.
El 15 de agosto de 1871, el Soberano Gran Comendador del Antiguo y Aceptado Rito Escocés de la Francmasonería, el general Albert Pike, escribió una carta al Gran Comendador italiano de grado 33 P-1 y fundador de la mafia, Giuseppe Mazzini. En la carta, Pike hablaba de un plan de la Hermandad para tres guerras mundiales. La primera, decía, destruiría a la Rusia zarista y crearía un “coco” comunista que los banqueros podrían emplear para justificar sus intervenciones extranjeras en todo el mundo. La segunda, decía Pike, se utilizaría para crear Israel, que se convertiría en una fuerza mercenaria para los banqueros internacionales, protegiendo los intereses petroleros de los consorcios Rothschild y Rockefeller.
La Tercera Guerra Mundial, afirmaba la carta de Pike, enfrentaría a los árabes contra los sionistas y culminaría en un Nuevo Orden Mundial completamente controlado por los banqueros internacionales y sus sociedades secretas. Pike describió los acontecimientos que se desarrollarían como pretexto para la Tercera Guerra Mundial: “Debemos provocar un cataclismo social que, en todo su horror... en todas partes, los ciudadanos obligados a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios... recibirán la verdadera luz a través de... la doctrina pura de Lucifer, finalmente sacada a la luz pública”. [12]
Un grupo de pilotos de aerolíneas comerciales, muchos de ellos veteranos de Vietnam, se reunió después del 11 de septiembre para discutir los aspectos logísticos de la tragedia. Llegaron a la abrumadora conclusión de que los tres árabes que supuestamente volaron los jumbo jets contra el WTC y el Pentágono no podrían haberlo hecho con la limitada experiencia en simuladores de vuelo que recibieron en las escuelas de vuelo de Estados Unidos. Al grupo le pareció extraño que todos los transpondedores de los aviones estuvieran apagados, ya que esto no serviría de nada si los árabes estuvieran al mando de los aviones. El grupo llegó a creer que las trayectorias de vuelo de los aviones estaban programadas por aviones de vigilancia AWAC que volaban frente a la costa atlántica.
Esta tecnología de vuelo por cable existe desde hace décadas y se emplea en los aviones espía Predator de la CIA. Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos utilizó esta tecnología para hacer volar drones no tripulados a través de túneles japoneses en el Pacífico para destruir depósitos de armas. Las aberturas de estos túneles tenían solo entre 6 y 9 metros de diámetro. Los sistemas de vuelo por cable modernos, como Global Hawk, Home Run Tech y Black Star, son mucho más avanzados.
Los pilotos comerciales dijeron que esto explicaba que los transpondedores estuvieran apagados, ya que esto es necesario para entregar el control manual de una aeronave a los AWACS computarizados, que luego hacen volar el avión por control remoto. Esto también explicaría la precisión milimétrica de los ataques, que tuvieron que haber sido calibrados utilizando especificaciones de ingeniería para haber derribado las torres del WTC, junto con explosivos preestablecidos colocados en los huecos de los ascensores.
En este escenario, los asesinos islámicos de la CIA que llevaban mucho tiempo en el poder fueron inducidos a secuestrar los aviones por sus controladores del Mossad con el fin de desmentir la realidad y realizar propaganda antiárabe. Los secuestradores no sabían nada de los planes de estrellar los aviones contra el Pentágono y las Torres Gemelas. Fue allí donde los AWACS tomaron el control de la operación. Hasta el día de hoy no se ha presentado ninguna prueba de que los árabes estuvieran realmente en las cabinas de esos aviones.
Los únicos países –además de Estados Unidos– que poseen esta capacidad electrónica remota son Israel, Rusia, China y el Reino Unido. ¿El Mossad israelí y el MI6 británico perpetraron el 11-S como parte de un plan maestro contrarrevolucionario en curso para derrocar a Estados Unidos? ¿Las órdenes vinieron del Palacio de Buckingham?
¿Podría estar surgiendo una nueva alianza financiera/militar global organizada por las Ocho Familias? ¿Eran Deutsche Bank y Standard Chartered los pagadores de esta alianza? El fundador del Deutsche Bank, el Dr. Hermann Josef Abs, fue un banquero importante para los nazis y siguió siendo el presidente honorario del banco hasta su muerte en 1994. [13] Cuando el Deutsche Bank compró el Banker's Trust, la propiedad de los Cuatro Jinetes pasó al consorcio Bohn Warburg que financió a Hitler. El Deutsche Bank se convirtió rápidamente en el banco más grande del mundo.
El lanzamiento del euro unos meses después representó un serio desafío al dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. En 2002, el dólar comenzó a debilitarse drásticamente. En agosto de 2002, Rusia y China llevaron a cabo otra ronda de ejercicios militares conjuntos, justo cuando Bush hacía sonar los tambores de guerra por Irak. Francia respaldó cada vez más las posiciones rusas y chinas en el Consejo de Seguridad de la ONU. Mientras Estados Unidos viró a la izquierda y votó por el presidente Barack Obama, una mayoría de los países europeos comenzaron a votar por presidentes de extrema derecha.
¿Acaso los banqueros Illuminati de la Internacional Nazi incitaron a Estados Unidos a entrar en un círculo de fuego en Asia Central rodeado por China, Rusia e India –que recientemente formaron la coalición G-3 como contrapeso a la hegemonía global de Estados Unidos–? ¿Es Pakistán –sede de la Fundación Aga Khan, propiedad de la Agencia de la Corona, creador de los talibanes, consolador de Osama bin Laden y pagador de Mohammed Atta– la mecha de la Tercera Guerra Mundial?
En junio de 2001, una doctora rusa afirmó en una columna del diario Pravda que Estados Unidos sería objeto de un ataque terrorista masivo a finales de agosto de 2001. Entonces se le preguntó qué creía que ocurriría a continuación. Sugirió vender dólares y comprar rublos rusos, diciendo que el grupo secreto detrás del 11-S era la fuerza más poderosa del mundo, con un valor de más de 300 billones de dólares. Dijo que este grupo pronto “golpearía a Estados Unidos por la espalda” mientras estaba caído y que el siguiente golpe sería la aniquilación de la economía estadounidense, que predijo que comenzaría en 2002. [14]
El desplome del Nasdaq, la caída del dólar y la crisis masiva del mercado inmobiliario le han dado una vez más la razón. Este “grupo secreto” sólo podía estar formado por las Ocho Familias de los Rothschild lideradas por los Illuminati.
Cecil Rhodes, el protegido de los Rothschild que fundó la Business Roundtable a principios del siglo XX, escribió su último testamento en 1877. Su voluntad se hizo realidad mediante la creación del Royal Institute for International Affairs en Londres, cuyo grupo hermano en Estados Unidos es el Council on Foreign Relations. Rhodes fundó el Standard Chartered Bank, cuya sucursal en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, proporcionó a los secuestradores del 11 de septiembre los fondos necesarios para llevar a cabo el ataque.
El último testamento de Rhodes aspiraba a “establecer un fideicomiso para el establecimiento, la promoción y el desarrollo de una sociedad secreta, cuyo verdadero objetivo y propósito sería la extensión del dominio británico por todo el mundo... y la recuperación final de los Estados Unidos de América como parte integral del Imperio Británico”.[15]
Dean Henderson es autor de siete libros, entre ellos, Big Oil & Their Bankers in the Persian Gulf , Illuminati Agenda 21 , Nephilim Crown 5G Apocalypse y Royal Bloodline Wetiko & The Great Remembering . Suscríbase gratis a su columna Left Hook en deanhenderson.substack.com