El ex asesor adjunto de Seguridad Nacional, Chuck Freilich, describe los riesgos significativos y seis opciones estratégicas que "Israel" debe considerar en su actual confrontación con Hezbollah.
El ex funcionario israelí afirmó que la capacidad de Hamás para resistir la agresión israelí masiva, junto con el deterioro de la posición estratégica de "Israel" a nivel regional, ha impulsado la confianza del Eje de Resistencia, aumentando probablemente su disposición a asumir mayores riesgos. Señaló que el Eje cree que puede resistir la superioridad convencional de "Israel" e incluso superarla.
La advertencia de Freilich se produjo en el contexto de la presentación de las principales opciones disponibles para "Israel" en su actual confrontación con Hezbolá. Destacó seis opciones: continuar el rumbo actual, un alto el fuego unilateral, diplomacia coercitiva, una iniciativa diplomática, una operación limitada y una operación importante.
Cada opción, añadió, debe evaluarse en función de su probabilidad de éxito militar y diplomático y sus ramificaciones locales. La pregunta más importante es si es probable que esta opción conduzca a una mejora tangible en la posición estratégica general de "Israel" o si "pagaremos un alto precio y eventualmente volveremos al punto de partida".
Seis opciones "difíciles", sin resultados seguros
El artículo profundizaba en los detalles de las seis “duras” opciones para "Israel" en cualquier próxima confrontación con Hezbolá:
Continuando con el rumbo actual: Freilich afirmó que, hasta ahora, tanto "Israel" como Hezbolá han tenido cuidado de mantenerse por debajo del "umbral de escalada". Añadió que "el daño a las ciudades, pueblos y kibutzim en el norte de 'Israel' es significativo y está empeorando, con alrededor de 60.000 evacuados sin poder regresar a sus hogares durante más de ocho meses".
Vale la pena señalar que, según los medios israelíes, el número de evacuados supera los 250.000 en el norte de "Israel".
Freilich subrayó además que el "equilibrio de terror" con Hezbolá, "después de la guerra de 2006, se ha mantenido durante 16 años enteros. Si es probable que un retorno a este tipo de política conduzca a un alto el fuego a largo plazo, no debe descartarse por completo."
Alto el fuego unilateral: Afirmó se haría con la esperanza de "aislar a Hezbolá" y obligarlo a un alto el fuego mientras se construye legitimidad internacional para una operación militar israelí si fuera necesario. Sin embargo, señaló que un alto el fuego israelí sería visto como una señal de debilidad y sería políticamente difícil de implementar, especialmente durante la guerra de Gaza.
Diplomacia coercitiva: Tras un alto el fuego unilateral, "Israel" emitiría una advertencia a Hezbolá exigiéndole que detuviera sus ataques dentro de un plazo determinado, o "Israel" atacaría. Esta opción tiene la ventaja de generar legitimidad internacional, pero la administración Biden se opondría, especialmente ahora que se acercan las elecciones. Es probable que Hezbolá y el Eje de Resistencia lo rechacen, lo que provocará que "Israel" pierda el elemento sorpresa y aumentará el riesgo de una guerra a gran escala.
Iniciativa diplomática: Según Freilich, esta es la mejor opción, pero la probabilidad de alcanzar y mantener un acuerdo en el tiempo no es alta. También mencionó que tal acuerdo requeriría que "Israel" hiciera "concesiones territoriales a lo largo de la frontera".
Operación limitada: El objetivo de esta opción sería "restaurar la disuasión israelí", obligando a Hezbolá a "aceptar un alto el fuego y alejarse de la frontera para que los residentes del norte puedan regresar a sus hogares".
Sin embargo, Freilich señaló que "no hay garantía de que una operación limitada siga siéndolo o de que Israel logre sus objetivos militares". Subrayó que todos los asaltos con Hezbolá desde los años 1990, limitados o no, terminaron de forma decepcionante para Israel, con la opinión pública cansada de repetidas promesas de que las operaciones limitadas mejorarían la situación".
Operación de envergadura: Freilich dijo que el objetivo de esta importante demostración de fuerza sería lograr un cambio radical en la situación. Sin embargo, esta opción entraña grandes riesgos y podría conducir a una guerra en múltiples frentes. Hizo hincapié en que "el frente interno, la economía y las capacidades militares vitales de Israel sufrirían graves golpes". La guerra en Gaza parecería "pálida" en comparación, ya que "Israel" aún no ha logrado sus objetivos militares allí.
Señaló que una guerra de este tipo llevaría a un creciente sentimiento anti-Israel en Estados Unidos y en todo el mundo, afectando potencialmente el resultado de las reñidas elecciones presidenciales estadounidenses. Es más, muchos sospecharían que las acciones de "Israel" fueron impulsadas por la necesidad de Netanyahu de continuar las hostilidades para retrasar las elecciones y su desaparición política, independientemente de la razón objetivaLa actual crisis política interna israelí dificultaría especialmente la gestión de la guerra.
Freilich concluyó destacando el fracaso de "Israel" a la hora de impedir la acumulación de capacidades de Hezbolá. Añadió que el deseo de asestar un fuerte golpe ahora es totalmente comprensible, pero "la política israelí debe calcularse cuidadosamente, reflejando una combinación de estas seis opciones".
Subrayó que "la guerra pospuesta puede ser la que nunca se materialice sobre el terreno, que es la mejor". En consecuencia, los colonos israelíes deben vivir con la realidad actual, un "resultado doloroso", especialmente para los colonos del norte que "tendrán que elegir entre regresar a sus hogares bajo constante amenaza o reubicarse en otro lugar".