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(Crédito de la foto: Reuters/Amir Cohen/Pool)
La frustración se produce tras una retirada masiva de tropas israelíes de Gaza, que ha dejado sólo unos pocos cientos de soldados en la franja.
Las tensiones continúan aumentando dentro del gobierno de Israel a medida que los ultraradicales expresan su frustración por la desaceleración de la guerra en la Franja de Gaza.
El Ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, del partido Otzma Yehudit, dijo el 8 de abril a través de su cuenta X que si el Primer Ministro Benjamín Netanyahu “decide poner fin a la guerra sin un ataque extenso contra Rafah para derrotar a Hamás, no tendrá mandato para continuar sirviendo como Primer Ministro”.
Bezalel Smotrich, del partido Religioso Sionista, pidió el lunes al primer ministro que convoque inmediatamente una reunión del gabinete de seguridad para discutir el estado actual de la guerra en Gaza.
"El único foro autorizado para tomar decisiones importantes en la guerra es el gabinete [de seguridad] en pleno, pero desafortunadamente, las cosas no están sucediendo así", dijo Smotrich en un comunicado.
"Estamos viendo que se toman decisiones en el gabinete [de guerra] más reducido sin aprobación, sin actualizar el gabinete en pleno, bajo presión internacional que está perjudicando el impulso de la guerra y nuestros intereses de seguridad", añadió.
Las declaraciones de Ben Gvir y Smotrich se producen un día después de la retirada del grueso de las tropas israelíes de Gaza, a la que los medios hebreos se refirieron como el fin oficial de la operación terrestre israelí en la franja, hasta nuevo aviso.
El domingo por la tarde, el Jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, se refirió a la retirada diciendo: "Todavía tenemos muchas fuerzas en Gaza y la guerra es larga".
Una brigada quedó en Gaza tras las retiradas, que fueron descritas por el periodista Sherit Avitan Cohen como un “preludio” de las operaciones en Rafah. Cientos de soldados permanecen en Gaza para asegurar el corredor de Netzarim, que corta la franja por la mitad y es utilizado por las fuerzas israelíes para impedir el regreso de los desplazados al norte de Gaza.
Cohen añadió, sin embargo, que las operaciones en Rafah se han pospuesto varias veces y nadie sabe por qué.
Inicialmente, Israel había planeado un asalto a gran escala contra la ciudad desesperadamente superpoblada, que alberga a más de un millón de palestinos asediados, la mayoría de los cuales fueron desplazados de otras áreas de Gaza. Washington ha estado presionando a Israel para que lleve a cabo redadas limitadas y operaciones “contraterroristas” en la ciudad más al sur.
El ministro de la Knesset, Gideon Saar, del partido derechista Nueva Esperanza, dijo el domingo que "la continua reducción del tamaño de las fuerzas y la intensidad de la presión militar en los últimos meses nos ha alejado mucho de alcanzar los objetivos de la guerra", y añadió que esto “tiene una relación directa con evitar idear un nuevo plan para los rehenes”.
Esta no es la primera vez que los ministros de extrema derecha expresan su frustración por lo que se percibe como un fin de la guerra en Gaza. El propio Ben Gvir lo ha hecho varias veces, amenazando más de una vez con retirarse del gobierno.
Smotrich también ha hecho amenazas similares sobre la idea de un gobierno palestino en una Gaza de posguerra.
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