 Cómo los expertos occidentales pueden ser un arma de destrucción masiva

Publié par Contra información sur 4 Février 2024, 16:09pm

Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que puedes entender un sueño para interpretarlo.

Génesis, 41, 15

El mundo moderno está lleno de matemáticas, cifras, extrañas maquinarias e ilusiones mágicas; vacila ante los datos; A pesar de su arrogancia, este mundo inquieto necesita un nuevo tipo de magos y "previsores científicos" llamados expertos. Alrededor de 6.000 canales de televisión de todo el mundo llaman en todo momento a expertos para estudiar con ellos acontecimientos complejos o pronosticar un futuro mejor. Se les consulta en cualquier momento, cuando hay un bombardeo, una nueva pequeña amenaza, un problema global relacionado con el clima, el crecimiento, la deuda y, por supuesto, ahora el fútbol y el arte. Los expertos proliferan ahora como los virus o los mosquitos en verano. Algunos lo llaman el síndrome del mago de Oz. Pero se trata principalmente de un síndrome bíblico, el síndrome de los profetas -o de Daniel-.

Por cuanto en Daniel, a quien el rey llamó Baltasar, se halló un espíritu excelso, ciencia y entendimiento, interpretación de sueños, demostración de sentencias duras y resolución de dudas, llámese ahora Daniel, y él mostrará la interpretación.

Recientemente, un excelente escritor, el señor John Freed, que además resulta ser un experto en expertos, ha revelado en su libro: estos expertos a menudo se equivocan; a menudo son peligrosos y se les sobreestima y se les consulta demasiado. Pensemos en los siguientes datos proporcionados por el libro del señor Freed: Comienza escribiendo que alrededor de dos tercios de los hallazgos publicados en las principales revistas médicas son refutados en unos pocos años. ¡Y la cosa empeora! Se ha descubierto que hasta el 90% del conocimiento médico de los médicos es sustancial o completamente erróneo. Existe una probabilidad de 1 entre 12 de que el diagnóstico de un médico sea tan erróneo que cause al paciente un daño significativo. Y no se trata sólo de medicina. Los economistas han descubierto que es probable que todos los estudios publicados en revistas económicas estén equivocados.

La nueva obsesión global por los expertos proviene también de un exceso de estudios o de datos: sin embargo, estos estudios están financiados por personas no inocentes y pueden revelar cualquier cosa; por ejemplo que comer todos los días en un MacDonald puede ser bueno para la salud (¿alguna duda al respecto?). El Sr. Freed afirma aquí que hay estudios que dicen que la obesidad es realmente buena para usted y otros que dicen que el ejercicio no le hace ningún bien.

Por supuesto, siempre hubo expertos en la historia y un elemento fundamental de la fuerza de los antiguos hebreos en la Biblia reside en el hecho de que son excelentes expertos (y no sólo previsores): pueden leer los sueños como el profesor Freud y descifrar el futuro económico y agrícola de un país. Los mejores libros sobre expertos son el Génesis, con la figura tan respetada y prestigiosa de José, que se convierte por casualidad en el favorito del faraón; y Daniel, arrojado al foso de los leones, que se convierte más tarde en un consejero privilegiado (que envía a sus enemigos a la muerte, y con su familia)...

John Freed afirma entonces que la interpretación de los expertos puede impedir acciones políticas: 'cuando se nos presenta el consejo de un experto, en realidad perdemos nuestra capacidad de tomar nuestras propias decisiones... De hecho, el cerebro se apaga un poco ante el consejo de un experto. Cuando escuchamos a un experto, renunciamos a nuestro propio juicio.'

Creo que se equivoca en parte; gracias a los expertos muchas veces tomamos malas decisiones. ¡Cuanto más equivocado, mejor! Por ejemplo, decidimos ayudar a Wall Street, los bancos y los fondos de cobertura para arruinar a las naciones americanas y europeas; luego decidimos recortar el bienestar social; por ejemplo, decidimos atacar Irak, bombardear Libia, desestabilizar Egipto.

Mas yo he oído decir de ti que puedes dar interpretaciones y resolver problemas difíciles. Ahora, si puedes leer la inscripción y darme a conocer su interpretación, serás vestido de púrpura y llevarás un collar de oro al cuello, y tendrás autoridad como tercero en el reino. (Daniel 5:16)

Si un experto como Hans Blix no encaja, inmediatamente lo descartan: hay que matar al enemigo de papá y, por supuesto, un experto tiene que ser política y económicamente correcto, adaptado a la era del "capitalismo del desastre". El experto neoconservador debe enfrentarse a todos los enemigos occidentales -o supuestamente así- con su mezcla posmoderna de mesianismo y jerga científica.

Por supuesto, el señor Freed confirma y demuestra que "los expertos editan y manipulan los datos". Esta expresión me recuerda la perífrasis del Dr. Reich, ex secretario de Trabajo de la administración Clinton: los manipuladores de símbolos. Estas personas son las nuevas profesiones nacidas con la dictadura de la informática y la nueva sociedad de control. Su experiencia altera y manipula continuamente la realidad. ¿Cómo podemos marcar la diferencia con una película de terror de Hollywood y una escena de atentado tan comentada como la de Boston? ¡Pregunta a un experto!

Inmediatez e irrefutabilidad son las características de la verdad que nos llega a través de las computadoras: sí, hay un calentamiento global; sí, Saddam Hussein tiene armas destructivas de masas; sí, la crisis ha terminado gracias a la flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal; Sí, en Colorado hay suficiente petróleo de esquisto para mil años o más.

Un punto muy importante que subraya Freed es el siguiente: estamos inundados por flujos de información y noticias que alteran nuestra comprensión o producen insensibilización: 'Los periódicos, las revistas, la televisión e Internet nos obligan a informar constantemente sobre el tema. Nos enfrentamos a este mar de consejos todo el tiempo. Entonces, ¿dónde está esa aguja en el pajar? ¿Quién quiere encontrar una aguja? Lo importante es el pajar; ellos pondrán la aguja.

Los agentes están para actuar; los expertos, para reaccionar.

Pero los datos más importantes giran en torno a la investigación con animales: Freed escribe básicamente que no es buena porque, sencillamente, ¡no somos ratones!

La mayor parte de la investigación animal no se traslada bien a los seres humanos, y a pesar de que a los científicos les encanta señalar que compartimos entre el 90% y el 99% de nuestros genes con diferentes tipos de mamíferos, sabemos que somos realmente diferentes a los ratones e incluso somos realmente diferentes a los simios".

Esta buena noticia es a la vez buena y preocupante: es buena porque los expertos occidentales (¿dónde si no están los expertos?) se equivocan con su caricaturización del darwinismo; es preocupante porque su visión se impone finalmente, a pesar o gracias a su equivocación.

Nicolás Bonnal

pravda.ru