El Foro Económico Mundial (FEM) busca "urgentemente" soluciones para el "problema" de que el mundo esté superpoblado de individuos considerados "redundantes" e "inútiles", mientras la élite mundial se prepara para el dominio de la inteligencia artificial (IA) en la sociedad.
Al abordar este asunto, la mano derecha de Klaus Schwab y asesor principal del FEM, Yuval Noah Harari, ha lanzado una dura advertencia a sus colegas globalistas, describiendo el surgimiento de una creciente "clase de gente inútil".
Según Harari, el advenimiento de la revolución de la IA está poniendo en marcha la creación de lo que él denomina "la clase inútil" entre la humanidad, un fenómeno que, según argumenta, debe abordarse y, en esencia, eliminarse.
Cuando se le preguntó sobre las posibles soluciones, señaló su best seller de 2015.Homo Deus, y expresó que la mejor estimación actual implica mantener la satisfacción de esta "clase inútil" mediante el uso de drogas y juegos de ordenador.
Reflexionando sobre la influencia de Harari en los círculos de élite, el Dr. John Lennox, distinguido matemático de Oxford y autor de 2084: Artificial Intelligence and the Future of Humanity, expresó su preocupación por el impacto generalizado de las ideas distópicas de Harari.
Dentro de Homo Deus, Lennox destacó la identificación de Harari de dos temas de la agenda globalista para el siglo XXI. El primero gira en torno a resolver los retos tecnológicos asociados a la mortalidad humana, vistoos por Harari nada más que una cuestión técnica con sus correspondientes soluciones técnicas. El segundo tema de la agenda se centra en mejorar la felicidad humana, con el objetivo último de transformar el Homo sapiens en lo que Harari denomina Homo Deus, aspirando esencialmente a elevar a los humanos a la categoría de dioses.
Harari destacó el carácter especulativo de sus observaciones, presentando dos posibles resultados. Un escenario implica la creación de una clase masiva de "gente inútil", mientras que la alternativa implica la división de la humanidad en distintas castas biológicas, con los ricos elevados a un estatus virtual de dios y los empobrecidos relegados al estatus de "gente inútil".
Harari advirtió que estos " humanos inútiles" suponen una carga considerable para la élite mundial y deben abordarse de forma preventiva para evitar posibles peligros.
En una entrevista posterior con el programa The Newsmakers de la cadena turca TRT, Harari identificó los tres principales retos a los que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI: la amenaza de una guerra nuclear, el cambio climático y los riesgos asociados a las tecnologías disruptivas, en particular la bioingeniería y la inteligencia artificial.
Al resaltar el poder transformador de estas tecnologías, Harari afirmó que las élites están adquiriendo poderes divinos de creación y destrucción similares a las antiguas representaciones religiosas de la capacidad de un dios para moldear la vida.
En el contexto de la economía del siglo XXI, propuso que los productos predominantes no serían los bienes tradicionales, sino los cuerpos, los cerebros y las mentes. Harari subrayó el cambio actual hacia el diseño y la mejora de la vida, situando a la élite como creadores similares a dioses.