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En la fachada de un bloque de apartamentos de gran altura visible entre los edificios que rodean lla estación de tren Gare du Midi de Bruselas, se están dando los últimos retoques a una extraordinaria obra de arte. Uno puede apenas percibir la figura en la jaula extendida sobre el brazo hidráulico del vehículo que proporciona la plataforma desde la cual el artista puede aplicar sus pinturas a este vasto lienzo.
La obra representa, tal y como yo la veo, una brillante torre tecnoindustrial de telefonía móvil que emerge de la cima de un inmenso templo de hormigón flanqueado por dos grandes escaleras curvas, al pie de las cuales hay una plataforma cubierta por una gran multitud de personas. Por encima de la torre, unas tenues estelas químicas forman una X en el cielo, mientras que la cuarta parte inferior de la obra está dominada por un voluminoso mar rojo salpicado de manchas negras.
El simbolismo es poderoso. La obra podría titularse "Así que aquí estamos". Porque sí, aquí "estamos" se entiende el actual mundo postindustrial materialista y aprisionado, impulsado por la fuerza implacable de la globalización.
Bruselas, que sigue siendo una ciudad extraordinariamente humana para los estándares actuales, tiene la desgracia de albergar la sede de la Unión Europea, que no es un conglomerado muy humano. Y lo que ocurre en él carece igualmente de humanidad. Se trata de ser "grande, central y dominante".
Grande, central y dominante es el futuro del planeta, si nos atenemos al determinismo bidimensional de la mente tecnoindustrial. En las tranquilizadoras palabras de Klaus Schwab y Yuval Noah Harari, será un futuro de Tecnología de la Información/Inteligencia Artificial, en el que Schwab nos dice "no tendremos nada y seremos felices".
La torre y el mástil de telefonía móvil que coronan el templo de la proeza tecnoindustrial son una pieza de acero fea y delgada que es una expresión de dominio por derecho propio. La vasta infraestructura global formada por estas estructuras de acero de Saturno lleva consigo una penetrante sopa de toxicidad amplificada por CEM (Campos electomagéticos).
Es esta "red" la que actúa como puerta de entrada al mundo de la realidad virtual de aquellos que dependen de ella para sus "señales". Señales que tienen un tipo de dominio abstracto y una pronunciada tendencia a diluir la sangre y enturbiar el cerebro.
La mayoría de los mensajes que llegan a través de este portal se refieren a cómo avanzar en "el sistema".
Cómo ir de A a B más rápido; las noticias más rápido; los informes financieros más rápido; las conexiones con la familia y los amigos más rápido; todo más rápido.
Se dice que estar permanentemente conectado a esta encrucijada hiperelectromagnética de la vida es la única forma de "estar en contacto", de participar en la matriz mental, de formar parte del "programa".
Pero hace ya veinte años que decidí cortar mis lazos con este programa. Prescindir del teléfono móvil resultó ser un acto de liberación, al que pronto seguiría la expulsión del televisor.
El Gran Hermano quedó relegado a un segundo plano y vi que seguía existiendo una vida que me pertenecía, a condición de dar prioridad a los propios valores con una sólida dosis de determinación para ser fiel a lo que es "real" en la vida.
Tal vez por eso veo tan claramente que quienes siguen participando en el "programa" corren ciegamente hacia un acantilado implacable y escarpado, y que sus voraces exigencias al entorno natural minan cada vez más su resistencia natural.
Puedo ver algo especialmente impactante: que esta frenética carrera hacia el precipicio y el gran consumo de recursos finitos que implica no tienen otro propósito que el de jugar a una fascinación casi demoníaca con juguetes de distracción cada vez más refinados. Distracción del pulso real de la vida.
Sin embargo, esta máquina tecno-industrial del suicidio está tripulada por seres humanos que parecen no reconocer que su misión conjunta está programada para terminar en colapso.
Por el contrario, parecen pensar que aumentando la eficacia y la velocidad del medio de transporte, éstos consumarán de algún modo su propia necesidad de llegar a donde se dirigen. La cuestión es saber dónde y de qué se trata, eso nunca se pregunta..
Sin embargo, los dioses psicóticos del "progreso" insensible que diseñaron el programa han incorporado en él una serie de "acontecimientos" que llegan a una cierta conclusión en algo que llaman Transhumano. Un estado robótico de poder cerebral conectado y controlado por ordenador para aquellos capaces de pagar por ello.
Pagar por el derecho a ser deshumanizado y desprovisto de la necesidad -y, de hecho, de la capacidad- de pensar. Libres de emociones y de un vínculo con el Creador basado en el alma.
Las estaciones en el camino hacia este punto oscuro de la anulación humana se establecen bajo el credo del FEM conocido como "El Gran Reinicio". Un "Reinicio" de lo humano a lo no humano.
He aquí algunas de las estaciones a lo largo de la ruta del Gran Reinicio hacia lo Transhumano:
El cese de los alimentos cultivados en la tierra y la fabricación de alimentos sintéticos producidos en laboratorios (al menos seis de los cuales ya están en producción).
El fin del cultivo de la tierra tal y como lo conocemos y el traslado de los agricultores y habitantes del campo redundantes a "ciudades inteligentes" de vigilancia total controladas por 5 y 6G.
Paisajes rurales y agrícolas rediseñados para dar cabida a proyectos de "rewilding" (el resilvestrar) y acceso restringido a "lugares de ocio" designados para aquellos que puedan permitírselo.
El fin de los billetes y monedas, sustituidos por una moneda digital controlada centralmente cuya disponibilidad dependerá del "crédito social" de cada uno, al estilo de China.
La confiscación de los bienes y la propiedad privada con la opción de "alquilar" parte de ellos al Estado corporativo que se convertirá en el nuevo propietario.
Sistemas de transporte guiados 5G "autónomos" que operan entre las grandes ciudades.
Vigilancia al 100% vía satélite y "el internet de todo" y el uso derrochador de algoritmos para captar cualquier signo de resistencia en las comunicaciones.
La represión de la verdadera espiritualidad en favor de una "religión mundial única".
La confusión deliberada de la delineación sexual "hombre/mujer" y el declive de la reproducción sexual normal.
El recuento de espermatozoides se reduce aún más debido a los alimentos sintéticos OMG sin vitaminas, las vacunas y el aire y el agua contaminados: el control de la población.
Imposición de "ciudades de 15 minutos" como centros de control de las autoridades locales.
Bebés de diseño alterados genéticamente mediante la clonación en laboratorio de secuencias de ADN y tejidos celulares.
La eliminación de ciertas palabras del lenguaje común, especialmente las poéticas y espirituales.
El arte real reducido a pseudoarte como expresión de la voluntad del Estado, incluido el ritual del lado oscuro.
La "salud médica" se considera dominio exclusivo de las grandes farmacéuticas y la medicina natural está proscrita.
Mayor control de los medios de comunicación y del gobierno sobre la información pública.
Hay más, mucho más. Pero esto es suficiente para mostrar la composición básica de las estaciones en el camino hacia el "transhumanismo". Se dice que el punto de llegada será hacia 2035.
Detrás de esta destrucción en regla de las libertades humanas que tanto ha costado conseguir se esconde un vasto ejercicio global de propaganda y adoctrinamiento que ya existe desde hace más de dos décadas y que se ha construido en torno al ya tristemente célebre " cero carbono para 2045" o "Net Zero" en lenguaje periodístico (Orwell).
Cuando son cuestionados por aquellos que aún son capaces de cuestionar la necesidad de estas imposiciones mortales, la respuesta es siempre la misma: "Para salvar al mundo del Calentamiento Global".
Esta pieza de lavado de cerebro agudo, ideada inicialmente en el Club de Roma en 1972, es la clave de todo el "programa". Mientras un número suficiente de personas se lo crean durante el tiempo suficiente, el ejercicio de esclavitud será irreversible. Basándonos en el ritmo actual de despertar, el descubrimiento de que el Calentamiento Global antropogénico es una mega mentira probablemente será neutralizado por las imposiciones ya establecidas para evitar un levantamiento.
El dios tecno-industrial habrá cumplido entonces su propósito. Al igual que el cohete propulsor que pone la cápsula en órbita, habrá llevado a la mayoría de la humanidad al borde de la abyecta esclavitud a su hipnótica cultura de conveniencia, antes de implosionar sobre sí misma y llevarse consigo a gran parte de la humanidad y de la diversidad que sustenta la vida en la naturaleza.
PERO, todo esto puede evitarse. No tiene por qué ocurrir. No sucederá. Nuestras vidas no dependen de adoptar hoy la tecnología inteligente del mañana. Ya no nos dejaremos seducir por la "comodidad" una vez que reconozcamos que nos está llevando a la autodestrucción, ¿verdad?
Conservaremos suficiente fuerza de voluntad para librarnos de esta adicción a las distracciones inhibidoras de la vida de la TI/AI que conforman el camino controlado por la mente hacia el Armagedón.
La única manera de reconocer lo diabólica que es la trampa que nos han tendido -y que nos hemos tendido nosotros mismos- es controlar nuestro sentido de un propósito más profundo en esta vida. Asumir el compromiso inquebrantable de escuchar y responder a la llamada de nuestra alma. El verdadero yo. Y luego sacar a este verdadero yo de cualquier asociación con la máquina trituraadora del metaverso.
Que nadie que posea un alma se deje procesar hasta convertirse en un producto infrahumano del behemot tecnoindustrial (N.del T: Behemot es un demonio gigantesco mencionado en el libro de Job. La palabra hebrea Behemot es el plural intensivo de b´hemat, que significa bestia). Quédate con lo que es sólido, con lo que es real, y abandona el mundo virtual falso que atrapa a los desprevenidos y convierte a mentes antes sanas en víctimas de una carrera ciega hacia una tierra digital distópica de ninguna parte.
Julian Rose
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