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Según una conferencia impartida en 2018 en West Point por el profesor James Giordano en Modern War Institute, las nanopartículas lipídicas PEGiladas se han utilizado como como armas neuronales de aerosalización para secuestrar emocional y mentalmente a líderes influyentes. Las nanopartículas lipídicas (LNP) también pueden utilizarse para inducir una pandemia de "preocupados" o una "pandemia de accidentes cerebrovasculares" (coagulación de la sangre).
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Según el documento presentado por PFIZER para su aprobación por la FDA el 23 de agosto de 2021, hay nanopartículas lipídicas (LNP) con PEG y otras LNP (exosomas artificiales catiónicos) en las vacunas de ARNm COVID-19 de PFIZER.
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Los lípidos PEGilados y las LNP que se encuentran en las vacunas de ARNm son tanto dispositivos médicos como nanoarmas de grado militar.
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Las vacunas de ARNm COVID-19 no sólo cumplen los criterios como armas biológicas de grado militar, sino que también cumplen los criterios de armas neurológicas (atraviesan la barrera hematoencefálica).
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Las vacunas de ARNm COVID-19 también cumplen los criterios de las armas radiactivas que contienen tecnologías que emiten radiación (dispositivos electrónicos Qdot y Bluetooth).
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Las vacunas de ARNm COVID-19 también cumplen con los criterios de las armas químicas (suministran toxinas y neurotoxinas de la proteína de espiga WIV1 S-2P).
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El 27 de febrero de 2020, el secretario del HHS, Alex Azar, autorizó el desarrollo de vacunas de ARNm para contrarrestar los efectos de un arma química, biológica, radiactiva o nuclear (CBRN). Pero la conclusión es que las propias vacunas de ARNm COVID-19 son armas químicas, biológicas y radiactivas. Las vacunas de ARNm no sólo cumplen los criterios de las armas de destrucción masiva (ADM), sino que pueden causar y causarán mucho más daño a la humanidad que una bomba nuclear.
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