Si uno vive con los ojos abiertos es obvio que la deshumanización del mundo y la corrupción total como motor administrativo eran rasgos de la sociedad mucho antes del gran impulso fascista global de marzo 2020. Pero la mascarilla cayó. ya no hay disimulo ni mendrugo de libertad y dignidad públicas para los que no juegan al cinismo, el terror y el sectarismo totalitario. Como detalle irónico, es significativo que tras 20 años de colaborar en un diario de gran tirada regional balear, me llaman para que "descanse" hasta nueva orden. Exterminado y esperan mi consentimiento. Siempre apunté en mis artículos a las trampas políticas en general cada vez más fascistas, pero era tolerado. Ahora se acabó. Un vistazo a las obras de Hannah Arendt o Elías Canetti convencen de que estamos en todos y cada uno de los puntos del totalitarismo.
Desde 2020, como la medicina nazi, estar enfermo es sinónimo de criminal "sospechoso de covid" y además un moribundo. La medicina nazi, vitalismo puro, exterminaba al enfermo por no ser "productivo" y hoy no hablan más de que sobra gente en la nueva normalidad tecnocrática. Los totalitarismos controlan todas y cada una de las acciones y fases de la vida de la gente. No hay derecho sino normas cambiantes y absurdas. El totalitarismo crea una ficción y obliga a pertenecer a la masa global porque quien no esté con nosotros está contra y es asesinado.
El narcisismo maligno es acertadamente asociado al totalitarismo. Quien está en la secta global se siente superior, científico, policía, infalible y se mofa de los hechos. De la caza del contaminado se pasó a la caza del ruso. El narcisismo aprueba el exterminio y la tortura como afirmación de superioridad. Desde 2014, la OTAN dio un golpe de estado racista en Ucrania. Fueron quemadas personas disidentes en Odessa ante las cámaras. Nada, ni una protesta. Occidente es bueno mate o queme a alguien porque el YO es dios. Narcisismo maligno. Toda la política de Ucrania-OTAN desde 2014 es bombardear y bombardear a la "raza inferior" rusa de la región étnicamente rusa del Dombas. Según los nazis de los partidos oficiales de Kiev y el batallón Azov, el ruso es una raza a exterminar. Y así llegamos al suicidio narcisista. Antes de reconocer un error o derrota, o la existencia de Rusia fuera del movimiento global, Occidente preferirá una guerra de aniquilación. Al igial que la vacuna, mejor morir de infarto "inexplicable" en la masa autodivinzada que pertenecer al grupo condenado del apestado no vacunado o al ruso raza inferior. La censura nunca había fusilado como hoy. Cualquier verdad de hecho es fusilada. Pero no se puede ni este mundo ni en el otro organizar permanentemente el infierno en la Tierra donde los condenados eternamente se vengan de nosotros los que simplemente hemos cometido el "crimen" de nacer y no ser robots psicópatas en busca del crimen total sin testigos ni registro. Hay que escribirlo todo, un día se publicará. Es lo que más odian los psicópatas narcisistas.
Alfons Martí, periodista y escritor autor del libro "A la caza del contaminado".