Hasta hace poco, las personas que escribían sobre los microchips eran consideradas teóricos de la conspiración. Sin embargo, las élites globalistas del Foro Económico Mundial predicen que los chips subcutáneos acabarán siendo lo más natural del mundo, informa Reclaim The Net.
En un artículo del sitio web del FEM sobre la realidad aumentada, titulado "una sociedad aumentada", se afirma que los padres pueden considerar el microchip de los niños como una medida "sólida y racional".
La realidad aumentada, o AR para abreviar, puede utilizarse en la sanidad, la educación y el trabajo, pero debe regularse de forma éticamente responsable, según el FEM.
Perfectamente integrado
El FEM describe el AR y las tecnologías relacionadas como transformadoras, pero subraya que "requieren el apoyo, la visión y la audacia apropiados".
"La realidad aumentada no se detiene ahí. Tu teléfono puede parecer formar parte de tu cuerpo, pero no está insertado quirúrgicamente. La tecnología se entrelazará más con el cuerpo en forma de implantes, pero también se integrará de manera transparente con el entorno: podrías tener sensores en una silla, por ejemplo", escribe Kathleen Philips, de la empresa de microelectrónica Imec.
"El nuevo mundo feliz
"¿Estamos avanzando hacia un "mundo feliz"? Aunque los implantes de chips puedan parecer aterradores, forman parte de la evolución natural que experimentaron en su día los dispositivos portátiles", afirma Philips, y añade que ya no existe estigmatización con respecto a los audífonos o las gafas.
Incluso se consideran un artículo de moda. Del mismo modo, los implantes se convertirán en algo habitual, predice Philips.
Los críticos, sin embargo, no se preocupan por el estigma, sino por los derechos civiles, la privacidad y la autonomía humana.