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Dra. Naomi Wolf
La Dra. Naomi Wolf, gran historiadora y especialista en literatura, ha escrito el libro más importante de nuestro tiempo. Realmente lo ha entendido todo. Después de leer The Bodies of Others : The New Authoritarians, Covid-19 and the War Against the Human, comprenderás la verdadera conspiración del mal que amenaza al mundo de la destrucción. En un artículo aparecido hace unas semanas, revisé el libro esencial de Robert Kennedy, The Real Anthony Fauci. Kennedy demostró que los esfuerzos de Fauci para promover la catástrofe mundial y beneficiarse de ella se remontan a décadas atrás. Pero la Dra. Wolf va más allá. Muestra lo malvadas que son las fuerzas de la destrucción. Comienza con el inicio de la llamada "pandemia" a principios de 2020. Eso fue hace poco más de dos años, pero el mundo de antes era muy diferente al de ahora. Hemos entrado en una nueva Era Oscura. En su carrera como reportera y periodista, la Dra. Wolf conoció durante un tiempo a Chrystia Freeland, que llegó a ser viceprimera ministra de Canadá. Wolf escribe: “La Sra. Freeland formaba parte de un pequeño grupo de personas influyentes vinculadas al Foro Económico Mundial. Ella y sus compañeros, junto con las élites aliadas de otros ámbitos, acabaron organizando un crimen contra la humanidad sin precedentes en nuestra época, un crimen que implica el robo de bienes y la destrucción de culturas, así como innumerables muertes." "Este libro", dice, "cuenta la historia de cómo hemos llegado a esta agonizante encrucijada civilizatoria -enfrentados a una guerra contra vastas fuerzas impersonales con un control ilimitado sobre nuestras vidas por las libertades que dábamos por sentadas-; cómo estas fuerzas se han apoderado de dos años de pánico por el COVID de manera espeluznantemente nueva; y cómo, sin embargo, contra probabilidades aplastantes, todavía podríamos ganar".
El argumento que presenta la Dra. Wolf para justificar esta conclusión de largo alcance es simple y devastador. La cultura humana depende del contacto entre las personas. Pero nuestros amos todopoderosos quieren mantenernos fuera encerrándonos, controlando todas nuestras actividades a través del gobierno e inyectándonos sustancias nocivas. "En los últimos dos años, la pandemia COVID-, que comenzó a desarrollarse con un "bloqueo" mundial sin precedentes en marzo de 2020, ha remodelado fundamentalmente las relaciones humanas, el capitalismo y la cultura en Occidente. No importa que en el pasado hayamos pasado por crisis médicas mucho peores sin pensar en detener todas las congregaciones, suspender la producción de toda la cultura u obligar a todas las personas sanas a cubrirse la cara, cerrar sus negocios y mantenerse separass; esta vez las élites han utilizado la "crisis" para acabar con las normas occidentales de libertad, el mundo centrado en el ser humano y la propia civilización.
Pero, ¿qué sustituirá a nuestra cultura, que antes creíamos sostenible? Un mundo dirigido por máquinas y mediado por interfaces digitales; un mundo basado en la crueldad, sin la empatía humana como principio organizador; un mundo en el que las fronteras nacionales, las culturas y las lenguas son vaciadas de significado, en el que las culturas sólo encarnan los objetivos de los oligarcas meta-nacionales, un mundo organizado en beneficio de empresas farmacéuticas unos pocos gigantes tecnológicos globales y los tecnócratas…
Cabe preguntarse primero: "¿Está exagerando la Dra. Wolf? ¿No se enfrentaba el mundo a una amenaza real que requería medidas drásticas para combatirla? Una forma de responder a esta pregunta es decir que las medidas "drásticas" no tuvieron suficientemente en cuenta los costes, tanto económicos como psicológicos, que impusieron a la población mundial. Pero la Dra. Wolf, con una perspicacia y una valentía ejemplares, ofrece una respuesta mejor que llega al corazón del peligro al que nos enfrentamos. Toda esta "amenaza" ha sido fabricada por los enemigos de la civilización para controlarnos. "Nada de esto es accidental. Y no tiene nada que ver con la "ciencia". Los datos pronto estuvieron ampliamente disponibles, e incluso en 2020 los estudios mostraron que los "bloqueos" y las restricciones no detuvieron la enfermedad y, a menudo, empeoraron mucho los resultados de salud. Pero las medidas draconianas no cesaron”.
La Dra. Wolf explica con detalle cómo los bloqueos y las máscaras destruyen la civilización. "¿Cómo se destruye la civilización? Una de las formas en que un programa de máquina podría dirigirse a los seres humanos es atacando y deshaciendo el poder mágico de los contactos. Desde el principio de la pandemia, uno de los dictados más fuertes fue la demanda de "distanciamiento", ese verbo inorgánico y torpe que se introdujo en un nuevo contexto, y que se redefinió, al principio de la pandemia.
Las implicaciones de la guerra contra el contacto, más de dos años después, son más que trágicas. La proximidad física no es un "plus" para los seres humanos. Sin ella, sufrimos enfermedades mentales que van desde la depresión hasta la ansiedad, e incluso somos vulnerables a las alucinaciones y otras formas de psicosis, como han demostrado numerosos estudios. Ya sea un abrazo o un choque de manos, los momentos positivos de contacto humano pueden calmar el sistema nervioso, mejorar el estado de ánimo y liberar endorfinas, reforzar el sistema inmunitario y favorecer la curación."
La Dra. Wolf lanza una seria advertencia, que respalda con pruebas contundentes. "El objetivo final es algo mucho más oscuro que un mundo bastante sombrío en el que todo el mundo es vacunado de forma coercitiva, esté o no en riesgo, tenga o no inmunidad, un mundo en el que los "refuerzos" para siete mil millones de personas al año están garantizados para siempre. Más bien, el objetivo final es que nuestro mundo anterior a marzo de 2020 desaparezca para siempre, irremediablemente. Será sustituido por un mundo en el que toda la actividad humana está detrás de un muro de pago digital, y en el que cada uno de nosotros pide permiso a la tecnología para acceder al mundo físico, a la cultura y a otros seres humanos. El verdadero objetivo no tiene nada que ver con la salud pública. El verdadero objetivo es destruir la cultura occidental, humana, y sustituirla por una cultura tecnofascista, una cultura en la que hemos olvidado lo que el ser humano puede hacer. El crimen que se ha perpetrado durante los años de la pandemia de 2020-22 es quizás el mayor que se ha cometido contra la humanidad. Y se sigue perpetrando".
Cuando el gobernador Andrew Cuomo puso a Nueva York "en pausa" en marzo de 2020, la Dra. Wolf y su marido reaccionaron con asombro. "Como ambos habíamos vivido en zonas de combate y de guerra, sabíamos que los negocios nunca se cerraban, ni siquiera en las peores crisis. La gente tenía que seguir ganándose la vida para sobrevivir a la crisis, y la economía tenía que sostenerse para que la comunidad sobreviviera a la crisis. Ambos sabíamos, por la historia de la guerra, que cuando a la gente se le prohíbe comprar y vender, no puede contraatacar. Es la muerte de su economía lo que los mata o conduce a su eventual esclavización u ocupación".
¿Por qué las élites mundiales nos hacen estas cosas terribles? En uno de los pasajes más perspicaces de este libro siempre tan perspicaz, la Dra. Wolf explica que las élites piensan de forma diferente al resto de nosotros. "Porque los otros todavía no piensan como nosotros. Para entender un crimen tan grande, es esencial comprender los procesos de pensamiento de muchas élites políticas, oligarcas financieros y élites tecnológicas. Para entender lo que está ocurriendo en el actual bloqueo de la tiranía, tenemos que comprender que algunas subculturas, algunos líderes y algunas ideologías simplemente no tienen en cuenta nuestros valores fundamentales; y tenemos que afrontar el hecho de que estos monstruos no son sólo nazis muertos desde hace tiempo o miembros del PCCh. Algunos monstruos están muy cerca de nosotros… Para entender el 2020-22, es esencial comprender que el gran mal no tiene por qué llegar en forma de soldado con paso de ganso o de funcionario llamando a tu puerta con botas. Para entender cómo la política del COVID puede ser tan coordinada, tan cruel y tan neofascista, hay que comprender que la maldad humana puede llegar en forma de un hombre o de una mujer bien vestidos, alejados de cualquier lealtad o decencia humana o nacional tradicional, pero pasando agradablemente el jerez".
Volvamos a una pregunta que ya hemos hecho antes. Aunque no te gusten las máscaras y el aislamiento, ¿no son necesarios para hacer frente a una pandemia? La Dra. Wolf no sólo conoce la ciencia médica que necesitamos para responder a esta pregunta. También es especialista en literatura inglesa y ha estudiado las epidemias en la historia y la literatura. Afirma: "En el pasado, las personas con tuberculosis eran a veces puestas en cuarentena o enviadas a sanatorios, pero nunca antes en la historia de la lucha contra las enfermedades graves transmitidas por el aire la humanidad había "distanciado" a las personas sanas para hacer frente al riesgo que supone este tipo de patógeno. Si el "distanciamiento" y el "enmascaramiento" funcionaron en el caso de las enfermedades respiratorias graves transmitidas por el aire, ¿por qué este descubrimiento, presumiblemente importantísimo, únicamente es anunciado por coincidencia con la aparición de una enfermedad totalmente nueva en 2020? La pregunta que surge naturalmente es: ¿cómo hemos manejado crisis médicas similares en el pasado? La respuesta: a pesar de toda la devastación que han causado estas crisis, la civilización y el comercio no han sido paralizados".
La Dra. Wolf nos dice algo sobre las máscaras que aclara y articula nuestra repulsión respecto a ellas. "En todas las culturas y en todos los tiempos, las máscaras han representado la desindividuación y la deshumanización. Los ladrones llevan máscaras. Los verdugos llevan máscaras negras para que sus víctimas no puedan verlos. Los torturadores están enmascarados. En el otro lado de la ecuación, las máscaras permiten castigar y victimizar más fácilmente a las personas".
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¿Pero qué hay de la "pandemia" en sí misma? Experta en cuadros de mando digitales, argumenta que no podemos confiar en los datos que se comunican a través de ellos. Los "casos" que aparecen en un tablero digital no son necesariamente generados por pruebas reales a partir de muestras biológicas humanas reales. Las "muertes" que figuran en un tablero digital no proceden necesariamente de cadáveres reales registrados por forenses reales en morgues de hospitales reales o por empresas funerariass que recogen los cuerpos en los domicilios. Un cuadro de mando digital es simplemente un producto de código que cuenta las entradas de datos de una manera determinada. Cuenta lo que el desarrollador le ha dicho que cuente.
Por si todo esto no fuera suficiente, los "pasaportes vacunas" representan un peligro aún mayor para la libertad. La élite mundial puede utilizarlos para controlar todos nuestros movimientos. "Este mecanismo también puede gestionar directamente la disidencia. Con un ajuste del backend, los que controlan el mecanismo pueden estar seguros de no concederte nunca una marca de 'reincorporación a la sociedad' o 'no tengo COVID'. Estarías a merced de lo que diga el "pasaporte" sobre tu estatus. Por lo tanto, si eres un disidente, puedes dar positivo en la prueba del COVID sin mucho recurso para impugnarlo. Y estarías en una categoría de segunda clase en la sociedad para el resto de tu vida. Tu familia también lo estaría.
La Dra. Wolf señala que mucha gente está harta. Se resisten a las máscaras, al confinamiento y a las "vacunas" médicamente peligrosas y forzadas. Menciona a varios héroes en la campaña contra la tiranía, entre ellos Steve Berger, miembro de la junta directiva del Instituto Mises, que le proporcionó "importantes enlaces de investigación, potentes análisis propios y leyó el manuscrito"; pero ha olvidado a uno. Ella misma es una de las luchadoras por la libertad más heroicas de la actualidad. Su libro es de obligada lectura y presta un gran servicio público. ¡Tres hurras por la Dra. Naomi Wolf!
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