El miércoles, cientos de partidarios del religioso, chiita iraquí jefe de la milicia y hombre político Muqtada al-Sadr desbordaron a las fuerzas de seguridad en la Zona Verde de Bagdad, donde pudieron entrar en el edificio del Parlamento y tomarlo por asalto.
Las protestas se produjeron en un contexto de fricciones políticas entre el bloque de al-Sadr, que obtuvo la mayoría como facción mayoritaria en el parlamento de 329 escaños en las elecciones del pasado octubre, y la facción proiraní del Marco de Coordinación. Los partidarios de Al-Sadr se oponen ferozmente al nombramiento de Mohammed Shia al-Sudani como primer ministro por parte de este último grupo.
La Zona Verde, de máxima seguridad, alberga desde la invasión y ocupación estadounidense de Irak los principales departamentos gubernamentales, embajadas, misiones diplomáticas e instituciones internacionales. Sin embargo, algunos corresponsales locales han sugerido, basándose en los vídeos de las manifestaciones, que las fuerzas de seguridad se retiraron tras verse desbordadas por la multitud. La policía fue vista desplazándose en el edificio al lado de los manifestantes.
Al parecer, no había legisladores iraquíes en el interior del parlamento en ese momento, ya que la multitud ocupaba el edificio y coreaba consignas políticas.
El primer ministro interino, Mustafa al-Kadhimi, exigió que los manifestantes "se retiraran inmediatamente" de la Zona Verde y advirtió que enviaría fuerzas de seguridad adicionales para garantizar "la protección de las instituciones del Estado y de las misiones extranjeras y prevenir cualquier violación de la seguridad y el orden".
Desde los comicios de octubre, la política del país está en punto muerto y esencialmente sin un nuevo gobierno.
Reuters señala que "Irak experimentó el miércoles su más largo estancamiento postelectoral, con la incapacidad de los legisladores para formar un gobierno que obstaculiza las reformas necesarias en un país que lucha por recuperarse de décadas de conflicto".
"Más de nueve meses después de las elecciones de octubre, los legisladores encargados de elegir un presidente y un primer ministro no parecían estar cerca de llegar a un acuerdo, lo que llevó a Irak a la cifra récord de 290 días sin jefe de Estado o de gabinete", señala el informe.