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El científico James Lyons-Weiler, Ph.D., dijo que al menos 10 personas le preguntaron sobre las proteínas del veneno de serpiente en relación con COVID-19. Propuso dos posibles explicaciones, una de las cuales favorece sobre la otra.
La Dra. Meryl Nass dice que lo del veneno de serpiente es una “tontería”. Mi análisis dice que sí, pasemos a vías más productivas.
Comparto dos posibles explicaciones para su presencia en los pacientes de COVID-19, una de las cuales favorezco sobre la otra.
Las serpientes fueron citadas por primera vez como un potencial organismo huésped intermedio por un informe especulativo muy temprano cubierto por SciAm en enero de 2020, que encontró un sesgo en el uso de codones era muy similar al de las serpientes.
El sesgo en el uso de codones viene determinado por el porcentaje de veces que se utilizan codones específicos (tripletes de nucleótidos) para colocar aminoácidos específicos en las secuencias de proteínas.
Esto es sugerente, pero muy, muy débil y nadie lo ha tomado en serio como prueba suficiente de que las serpientes eran los huéspedes intermedios.
Leyendo el artículo de Venom 2021 citado por Bryan Ardis, este es mi análisis.
En Italia, con 20 muestras de COVID-19 y 10 de control (pacientes que no son de COVID-19), en 5 muestras de plasma de pacientes de COVID-19 y en 3 muestras fecales se detectaron evidencias de proteínas de origen desconocido mediante un ensayo de proteínas que llevó a encontrar proteínas de veneno animal en su sangre o heces.
Secuenciaron las proteínas y encontraron varios tipos de veneno, incluidas las proteínas del veneno de serpiente.
Eso es todo. Es un pequeño estudio.
Aquí está una secuencia amino de su estudio que parece tener similitudes con muchos tipos de venenos de diferentes especies animales:
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Este polipéptido sólo tiene una coincidencia en todos los árboles de la vida. Corresponde a una toxina de Conus pulicarius. Aquí hay una foto:
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Conus pulicarius, nombre común del cono picado, es una especie de caracol de mar, un molusco gasterópodo marino de la familia Conidae, los caracoles cono y sus aliados. (Fuente: Wikipedia).
La distribución de este caracol de mar es: Pacífico central y occidental; Polinesia (no las Marquesas); Isla de Cocos (Keeling), Nueva Guinea y Australia (Territorio del Norte, Queensland y Australia Occidental).
Así, el estudio encontró en pacientes italianos proteínas de veneno provenientes de animales distintos a las serpientes y de serpientes, y las secuencias de estos venenos son todas bastante similares entre sí.
La coincidencia es del 100% y se extiende a lo largo de toda la secuencia.
Un buen partido, diría yo.
Pero - eso es porque es una correspondencia – consigo misma.
Esta proteína no corresponde a ninguna proteína del SARS-CoV-2. Tampoco ninguna de las otras proteínas del veneno.
El estudio no aporta ninguna prueba ni afirma que estos polipéptidos estén codificados por el virus del SARS-CoV-2. Sólo informa de que las proteínas del veneno se encontraron en los pacientes de SARS-CoV-2, pero no en los controles.
¿Metabolitos?
Aquí hay un enlace a un artículo de prensa sobre un estudio que afirma que los metabolitos encontrados en los pacientes de COVID-19 -productos del cuerpo humano- pueden ser tóxicos y semejantes al veneno de serpiente.
Aquí hay un enlace al mismo artículo, pero de una fuente diferente.
Y aquí hay un enlace al estudio al que hacen referencia sobre la fosfolipasa A2 secretora humana.
¿Significa esto que el cuerpo humano produce veneno en respuesta a la infección por el SARS-CoV-2?
No hay correspondencia entre la proteína fosfolipasa A2 secretoria humana.
¿Venenos de animales como tratamiento de la autoinmunidad?
Algunos estudios demuestran que los venenos, incluidos los de serpiente, pueden restablecer el desequilibrio CD4/CD8 observado en los casos graves de COVID-19:
“"Muchas toxinas son multifuncionales y tienen varios objetivos biológicos que pueden no estar relacionadas con su papel tóxico. Algunos péptidos derivados de toxinas se utilizan ahora para tratar la diabetes de tipo 2, la hipertensión, el dolor neuropático y otras enfermedades.
"Algunos datos confirman el efecto del veneno de abeja (VB) en la prevención del COVID-19 y su mejora [1]. Otros datos ignoran el efecto del VB en la prevención del COVID-19 y plantean la hipótesis de que la menor infección por SARS-CoV-2 en los apicultores se debe a su menor exposición a otras personas [3].
"Una dosis baja de neurotoxina botulínica (BoNT) puede reducir los síntomas del COVID-19 y, por tanto, podría utilizarse en las líneas de tratamiento [14]. Se ha demostrado que la tasa de vacunación DTP tiene una correlación inversa con la prevalencia del COVID-19 [15].
“La cobrotoxina tiene un efecto antiinflamatorio y también puede restaurar la relación CD4/CD8 y ejercer una actividad inmunoprotectora contra el SARS-CoV-2 [16]. La tetrodotoxina es un inhibidor del MPro del SARS-CoV-2 y, por tanto, puede afectar al virus [17]. "
Algunas preguntas relevantes:
Cinco muestras de control son muy pocas.
1.¿Cuántas personas sin COVID-19 tienen la proteína en la sangre o en las heces?
2.¿Estaban estos pacientes siendo tratados (o bajo cuidado de médicos) por COVID-19 (o alguna otra autoinmunidad) con venenos de animales?
Sabemos que los pacientes con COVID-19 grave probablemente ya tenían autoinmunidad. La tasa de autoinmunidad es de alrededor del 80% en el caso de la COVID-19 grave, en comparación con alrededor del 8% en el caso del COVID-19 leve. Se trata de una gran diferencia en la prevalencia de la autoinmunidad asociada a los resultados del COVID-19.
Mi hipótesis preferida es que los pacientes autoinmunes italianos que utilizan venenos de animales para tratar su autoinmunidad -o para evitar el COVID-19- han confundido a los científicos que han encontrado estos venenos o sus metabolitos en sus heces y sangre.
Pero también es posible que produzcamos proteínas en respuesta a la infección por el SARS-CoV-2 que coincidan con el veneno de otras especies. Es poco probable, pero no puedo descartarlo.
Aquí hay un artículo sobre la inmunoterapia por veneno de Brasil, que contiene muchas citas de estudios sobre las proteínas del veneno para tratar la autoinmunidad.
Recuerde que el SARS-CoV-2 ha sido presentado como "todo el mundo morirá" - y el vínculo entre la autoinmunidad anterior y el SARS-CoV-2 grave es muy, muy fuerte.
Me gustaría saber si alguien tiene alguna pista sobre la prevalencia de las inyecciones de veneno animal utilizadas para tratar la autoinmunidad o para intentar tratar el COVID-19 en Italia.
'Mira el agua'
Si consumes veneno de serpiente... bueno, es una proteína, y basta con hacer una búsqueda en internet para saber qué sucede con las proteínas en nuestros estómagos.
No tengo una respuesta definitiva, pero sé que el veneno tiene que ser inyectado o producido endógenamente para encontrarse en la sangre o a en las heces de cualquier persona.
¿Qué te parece? Deja un comentario.
James Lyons-Weiler
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